Al principio se especuló con el retorno de Perelmiter al palacio de calle 6 para ocupar la estratégica Secretaria General, pero la decisión fue la de colocar a un hombre de su entorno sin ser él quien ocupara ese cargo. El elegido: Luciano Di Gresia, tresarroyense, actualmente funcionario de ARBA.
Pero así y todo, insatisfechos con únicamente haber reingresado al gabinete, buscan generar un sistema de control económico y político sobre varias de las áreas de gestión para emular y contrarrestar a Pérez, ya que hoy por hoy podría asegurarse que no existe un ministerio que esté ajeno a su control, con incidencia directa en algunas de sus áreas o funciones estratégicas.
La movida del Perelmitismo es la creación de una nueva Dirección General de Administración (DGA), por la cual deberán pasar todos los expedientes de: Automotores, Aeronáutica, Secretaría de Turismo, Secretaría de Deportes y Secretaría de Minoridad, entre otras. Es una jugada llamativa, teniendo en cuenta que cada una de estos organismos ya cuentan con su propia DGA funcionando de manera correcta y eficiente, por eso suena hasta insólito y tal vez cueste imaginar su puesta en práctica.
De implementarse, cualquier expediente de pago, compra y/o contratación será definido exclusivamente por una sola persona, y esto quiere decir que solamente uno tendrá la última palabra, e indudablemente dispondrá de un control que dejará al margen a Pérez.
El poder de Pérez en el Gabinete
El panorama actual pinta a la jefatura de gabinete como una cantera de funcionarios y legisladores sciolistas/peristas de paladar negro. El jefe de gabinete comenzó hace cuatro años una disputa silenciosa con el hermano del gobernador –José Pepe Scioli- que tuvo su punto más alto en las testimoniales del 2009, en las que Pepe mostró su desagrado con la estrategia de Néstor Kirchner, y ese fue el principio del fin para luego de la elección quedar al margen del gobierno provincial y terminar dos años después encabezando la lista de senadores nacionales por UDESO, con Francisco De Narváez.
Aquel fue el punto de inflexión para Pérez, ya que inició una carrera firme, persiguiendo un único objetivo, avanzando en casi todas las áreas de gobierno. Hoy por hoy puede decirse que no existe un ministerio que esté ajeno a su control. Alberto Pérez tiene una incidencia estratégica, ya que ha trabajado sistemática y persistentemente en ello, a lo largo de estos últimos años.
El actual ministro de Producción responde a su esquema político y conforma la mesa chica del Perismo. Al momento de ser reestructurado el ministerio de Seguridad y Justicia con Casal a la cabeza, Pérez ubicó en la subsecretaria de Planificación al diputado Guido Lorenzino. El actual vicepresidente de Lotería también reporta a este esquema de poder, en este contexto.
Alberto Pérez consolidó aún más su fuerza al momento del cierre de listas para las últimas elecciones, donde casi el 90 % de los legisladores sciolistas o reportan o son cercanos al sistema del jefe de gabinete: Martín Ferré en la séptima sección, Martín Cosentino en la cuarta, Rodolfo Manino Iriart en la quinta, Guido Lorenzino en la primera y Nora de Lucía en la octava.
El trinomio que conforman la diputada electa Alicia March, el senador bonaerense Cacho Álvarez, y el subsecretario de asuntos municipales Alberto De Fazio, -todos aliados de Pérez- es otro ejemplo de la mano de éste en el armado del esquema. En su momento, él fue el encargado de confeccionar las listas previas a las elecciones primarias, en conjunto con Zanini.
Para el gabinete modelo 2012 Alberto Pérez tendría monitoreado Desarrollo Social, Trabajo, Seguridad y Justicia, Infraestructura, Economía, Salud, Producción y Lotería con hombres en las primeras o segundas líneas, cosa que el entorno del “sciolismo familiar” parecen no tolerar y pretenden volver al ruedo con otro que empieza con “P”, pero esta vez, es Rafael Perelmiter.