El INDEC difundió su medición de la inflación mayorista de diciembre y el número, un impresionante 54%, debe mover a preocupación.
El INDEC difundió su medición de la inflación mayorista de diciembre y el número, un impresionante 54%, debe mover a preocupación.
Cabe recordar que el índice de precios al consumidor (IPC) de dicho mes –la inflación minorista– fue de 25,5%, menos de la mitad. Asimismo, la mayorista de todo 2023 finalizó en 276,4%, mientras que la minorista lo hizo en 211,4%. ¿Qué dicen estas diferencias exorbitantes?
Básicamente, que existe una enorme inflación reprimida no ya por políticas económicas intervencionistas, sino por la imposibilidad de quienes venden al público de trasladar sus costos a precios en la medida que necesitarían debido a que no hay demanda que convalide semejante abismo.
Entonces, ¿hasta qué punto esas empresas podrán continuar absorbiendo esa diferencia, haciéndose cargo de costos mayores –cambiarios, de combustibles, de tarifas en proceso de descongelamiento y, próximamente, también de salarios–? ¿En qué momento eso se trasladará a las góndolas? Si la recesión que se profundiza no permitiera que eso ocurra, ¿estaría garantizado el abastecimiento de los productos más importantes?
Si las cosas siguieran de este modo, ¿cómo seguiría el "sinceramiento" de la economía? ¿Será que pronto quedarían atrasados los precios más sensibles que pagan los consumidores y el dólar oficial?
Atención a esta tendencia.
Mientras, el mercado no deja de abalanzarse cada día sobre los tipos de cambio paralelos, ensanchando una brecha con el oficial que había bajado a un piso de menos del 20% tras la megadevaluación del mes pasado y que al cierre de la rueda de este miércoles se empinaba hasta un intrigante 55%…
Producto de una inflación que, como se vio, no da indicios de ceder y de la decisión oficial de castigar el ahorro en moneda local, los dólares negociados en bolsa treparon casi 5%, mientras que el blue dio otro salto, esta vez cercano al 3,8%. Así van de rueda en rueda.
Son números grandes, lo que hace que ni la persistente acumulación de reservas por parte del Banco Central –casi 4.900 millones de dólares desde el 10-D– derrumbe la expectativa de otro toque cambiario severo y de una segunda vuelta de remarcaciones.
Este miércoles surgió la primera cuasimoneda de la era Milei, el Bocade (Bono Cancelación de Deuda) riojano, algo sobre lo que hace mucho viene advirtiendo Letra P.
La emisión, equivalente a 22.500 millones de pesos en una paridad uno a uno, servirá para pagar el 30% de los salarios del personal estatal de la provincia. Asimismo, permitirá realizar compras en comercios y realizar pagos de impuestos.
Ricardo Quintelabusca zafar por ese medio de un ahogo financiero complejo, pero Milei no se inmuta. No ve en la tendencia que despunta una erosión del poder federal ni un indicio de disolución de la causa común llamada Argentina. Para él, se trata de un elemento más en la competencia de monedas que, aunque Luis Toto Caputo descrea, debería terminar –supone– en la adopción del dólar.
Ojo: el gobernador arriesga mucho.
En diálogo con este medio, el consultor Leandro Ziccarelli advirtió que "lo primero que se le pide a una moneda es que tenga aceptación social. En 2001-2002, la calle estaba tan seca de pesos que la gente las aceptaba para sus transacciones: la opción para los comerciantes era vender en las cuasimonedas de la época o no vender. Ahora, a tan poco tiempo de la asunción de Milei, por el momento la situación no es esa".
"Si el gobierno de La Rioja abusara de esa herramienta podría generarse un problema grave. Si la aceptación no fuera general, muchos la podrían tomar por debajo de la par, lo que provocaría una licuación de los salarios medidos en pesos de quienes cobren en ella. Eso generaría un negocio para quienes la acepten depreciada y luego la descarguen a valor nominal para pagar impuestos provinciales. No se ve, en principio, que vaya a significar un beneficio para la población". Interesante.
Milei cree en ese escenario y, de hecho, ya habló de una posible "inflación en cuasimoneda, no en pesos". ¿Cree que el Bocade se devaluaría tan rápidamente que su antecedente disuadiría a otras provincias?