“El lunes vamos a seguir haciendo cosas”, escribió Sergio Massa en el chat con los secretarios del Ministerio de Economía el viernes, antes de reunirse con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para sellar entronizado como el postulante único del oficialismo. Anticipó así su doble personalidad por las próximas semanas: ministro y precandidato a presidente. Con una campaña de gestión, en su entorno aseguran que usará el “crecimiento económico” como bandera y reconocieron que en ese camino, falta “recuperar el poder adquisitivo”.
Entre ese mensaje, al que la mayoría del equipo respondió con un sticker de pulgar hacia arriba, y las 20.49, cuando Unión por la Patria confirmó en Twitter la fórmula Massa - Agustín Rossi, hubo “mucho silencio” en los pasillos del Palacio de Hacienda. Varios de sus interlocutores juran que con el titular de la cartera sólo cruzaron palabras por “temas de gestión”. Su equipo tenía noción de sus aspiraciones presidenciales, por eso tampoco sorprendió tanto su definición.
Como Emmanuel Macron en Francia, Fernando Henrique Cardoso en Brasil, o Santiago Peña en Paraguay; como antecedentes que en Hacienda se encargaron de rastrear, el tigrense apunta a ser otro caso de ministro de Economía que ganó las elecciones ejecutivas. Según pudo saber Letra P, Massa seguiría en funciones al menos hasta las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto.
¿A qué se debe el plazo? No dan un argumento específico, aún cuando su precandidatura era previsible, por lo que su doble trabajo era un escenario que podía preverse. Las urnas pueden obligar a replantear la campaña oficialista, pero hay quienes creen que mantener ambos roles será algo complicado incluso antes de las PASO. Uno de ellos es el dueño de Grupo América y amigo del exintendente de Tigre, Daniel Vila, que este sábado opinó: "Me parece que dada la situación económica, quizás deba dejar el ministerio". En declaraciones a Toma y Daca, en AM750, agregó que "es una decisión que va a tener que tomar él". En otros círculos empresariales, consideraron que después de las elecciones primarias "quizás se enfoque más en la campaña".
“Puede estar hablando con el secretario de los Estados Unidos y a la vez ocuparse de la micro. Está en los detalles”, consideró un funcionario del riñón del Frente Renovador y aseguró que en los meses que se vienen enfocará su agenda en “mantener el nivel de actividad, seguir bajando el desempleo, el crecimiento económico, impulsar la inversión”. En esa retórica, el massismo admite que el gran ausente son las medidas para los salarios, que en ocho meses de datos oficiales del Indec quedaron por detrás de los aumentos de precios en cuatro de ellos. “Para recuperar el poder adquisitivo, el sendero de inflación a la baja es importante, luego convocar al Consejo del Salario y analizar medidas de impacto directo”, señalaron cerca de Massa. Sobre la aplicación de una suma fija, como pide el kirchnerismo, afirmaron que “puede estar en la discusión”.
Lo cierto es que Massa viene construyendo la narrativa de campaña y gestión al menos desde que el presidente Alberto Fernández dio un paso al costado para abrir paso al juego de las candidaturas el pasado 21 de abril. Apenas el jefe de Estado lo comunicó, el líder del FR salió a mostrarse la semana siguiente con una agenda hiperactiva, con reuniones multisectoriales, paquetes de medidas anti inflacionarias y mano firme contra "los especuladores" del dólar en los mercados. En su mensaje a los y las secretarias de Economía pidió "no desenfocarse". "Nuestro laburo sigue igual", escribió.