El papa Francisco creó cardenal a Vicente Bokalic, arzobispo de Santiago del Estero, jurisdicción eclesiástica a la que en julio pasado le transfirió el título de sede primada argentina que tenía Buenos Aires. El pontífice sumó 21 nombres a la lista de posibles candidatos para continuar su legado al frente de la Iglesia.
El gobernador Gerardo Zamora, celebró este reconocimiento eclesiástico para el purpurado santiagueño a través de la página web de la gobernación y calificó de “jornada histórica” la vivida este sábado en la basílica de San Pedro.
“Se convierte así en un nuevo símbolo de la rica tradición eclesiástica argentina y un importante referente en la jerarquía católica global”, escribió.
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Gerardo Zamora y Claudia Ledesma Abdala con el nuevo cardenal creado por el papa Francisco
Captura de redes
En su mensaje a los flamantes cardenales, Jorge Bergoglio les pidió que “no se dejen de deslumbrar por el encanto del prestigio, por la seducción del poder”; y los animó a ser "constructores de unidad" y a priorizar en su misión “el cuidado de los más frágiles” de la sociedad.
Las opciones de Jorge Bergoglio
Con este décimo consistorio de su pontificado, Bergoglio perfila a su eventual sucesor en la Cátedra de Pedro. El Colegio Cardenalicio tiene desde este sábado 253 purpurados, de los cuales 140 son electores y 113 no electores por tener más de 80 años.
Desde su llegada al Vaticano, Francisco opta por clérigos con experiencia en el terreno social, misionero y pastoral, habitualmente pertenecientes a congregaciones religiosas e incluso párrocos rasos sin jerarquía episcopal a los que define como “pastores con olor a ovejas”.
Otras dos particularidades de los criterios de elección bergoglianos son la edad y la procedencia cada vez más habitual de representantes de las periferias.
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Los cardenales creados por el papa Francisco
VATICAN MEDIA
Con los 21 nuevos cardenales, el Colegio Cardenalicio será más universal y más joven: de 89 países representados se pasa a 94; y la edad media de los electores baja de 71 a 69 años.
El eje sudamericano
La decisión de Bergoglio de hacer cardenal a Bokalic está en línea con la resolución papal de quitarle, por cuestiones estrictamente históricas, el título honorífico de primado al arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, y transferirlo a quien esté al frente de la Arquidiócesis de Santiago del Estero, por ser la primera jurisdicción eclesiástica del país.
Además del religioso vicentino de 72 años, la lista de Francisco de nuevos cardenales incluye a cuatro arzobispos sudamericanos, afianzando la presencia de la región en el Colegio Cardenalicio.
Se trata de los arzobispos Carlos Castillo Mattasoglio (Lima, Perú), Fernando Chomali Garib (Santiago de Chile), Gerardo Cabrera Herrera (Guayaquil, Ecuador) y Jaime Spengler (Porto Alegre, Brasil).
Los cardenales argentinos
Con la elección de Bokalic, el Colegio Cardenalicio tendrá ocho argentinos: el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Tucho Fernández (61); el arzobispo cordobés Ángel Rossi (66), el curial vaticano Leonardo Sandri (81), los eméritos Mario Poli (77), Luis Villalba (90) y Estanislao Karlic (98) y el fraile capuchino Luis Dri (97).
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El papa Francisco perfila a su sucesor
Sólo cuatro de los ocho argentinos tendrán derecho a voto en un futuro cónclave: Fernández, Rossi, Poli y desde este sábado Bokalic.
Las periferias, también presentes
El resto de los nombramientos ratifican el anhelo de Bergoglio de una Iglesia descentralizada y que tiene en cuenta las periferias geográficas. El papa subrayó que "la intención es expresar la universalidad de la Iglesia" y anunciar a Dios "a todos los hombres de la Tierra".
Por eso, entre los nuevos cardenales hay representantes de las periferias: Tarcisius Isao Kikuchi (Tokio, Japón), Ignace Bessi Dogbo (Aviyán, Costa de Marfil), Jean-Paul Vesco (Argel, Argelia), Domenico Battaglia (Nápoles, Italia), Dominique Joseph Mathieu (Teherán, Irán), Pablo Virgilio Siongco David (Kalookan, Filipinas), Roberto Repole (Turín, Italia) y Ladislav Nemet (Belgrado, Serbia).
Un dato curioso es que algunos purpurados son bastante jóvenes: el ucraniano Mykola Bychok, obispo de la eparquía de San Pedro y Pablo en Melbourne tiene 44 años; el organizador de los viajes pontificios, el indio George Jacob Koovakad, 51 años; el lituano Rolandas Makrickas (52), arcipreste coadjutor de la basílica romana de Santa María La Mayor; y el obispo auxiliar de Roma, Baldasare Reina, y el de Toronto, Francis Leo, ambos con 53 años.
El papa también decidió crear cardenales al fraile teólogo británico Timothy Peter Joseph Radcliffe y al sacerdote italiano Fabio Baggio, subsecretario de la Sección Migrantes del Dicasterio vaticano para el Desarrollo Humano Integral.