La reunión de Gustavo Bordet y Guillermo Michel con Cristina Fernández de Kirchner rebotó fuerte en Entre Ríos. Por un lado, en el peronismo provincial, que ve al dúo obturando la aparición de figuras más jóvenes. Por el otro, en el oficialismo, que responsabiliza al exgobernador de adoptar un tinte kirchnerista y trabar la llegada de inversiones.
Las repercusiones del encuentro del miércoles en el Instituto Patria en Buenos Aires no se agotaron en la política. También alcanzaron al empresariado, que empieza a identificar a Bordet como un referente que no empuja al bloque peronista en el Senado para habilitar las reformas que reclama el sector privado.
Gustavo Bordet y la foto de la discordia
El cónclave que se realizó en el Instituto Patria descolocó a propios y extraños, ya que nadie podía calificar a Bordet de cristinista. Durante su permanencia en la Casa Gris, durante los ocho años que detentó el poder provincial, el diputado jugó a ser cultor de un peronismo blando, sin cercanía con el universo K.
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No solo eso: durante los últimos meses, Bordet fue parte del grupo que intentó romper el bloque de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados y forjar un peronismo con anclaje en las provincias, lejos de una lógica que privilegia el AMBAcentrismo.
Ahora, con Bordet en el centro y aliado a Cristina, parte del PJ entrerriano lee que el exgobernador puede ser perjudicial para el futuro del partido y del surgimiento de una dirigencia emergente. Es más, arranca la sospecha de que Bordet tendría un principio de acuerdo con Michel para las candidaturas de 2025. En ese caso, ¿dónde queda parado el resto del peronismo provincial? La liga de intendentes, por ejemplo, ¿se animará a disputar una jefatura partidaria?
El RIGI, caso testigo
En el equipo del gobernador Rogelio Frigerio leyeron el cónclave como una buena noticia. Es que Cristina se juntó con Bordet y Michel horas después de que, como contó Letra P, el peronismo le bochara al mandatario la adhesión al RIGI que impulsó Javier Milei.
Este medio viene contando desde septiembre pasado, cuando la cámara baja entrerriana aprobó la adhesión al régimen de inversiones, que el peronismo se abroqueló en el Senado con la intención de bloquear la iniciativa. Bordet al lado de CFK, líder de la oposición intransigente a nivel nacional, alimenta las teorías conspirativas que ponen al exgobernador en el lado de quienes ponen palos en la rueda sin reparar en las consecuencias.
Es que el freno al RIGI dispara los reclamos del empresariado. El debate por la adhesión al RIGI y la aprobación de su versión local, el Régimen de Incentivo de Nuevas Inversiones (RINI), sacó a la cancha hace rato al Círculo Rojo local y las cámaras empresariales ejercen presión sobre el peronismo para que apoye el proyecto que impulsa Frigerio. La Unión Industrial de Entre Ríos, el Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER), la Bolsa de Cereales y, más tarde, la Bolsa de Comercio ya expusieron su apoyo al proyecto, al que consideran importante para la creación de empleo privado.
Ahora, la kirchnerización de Bordet encendió las alarmas en las empresas. Hay quienes ven la mano del exmandatario en el bloqueo legislativo de esta semana. En ese contexto, un integrante del gabinete afirmó que “un Bordet cercano a Cristina no hace más que perjudicar los intereses de Entre Ríos”. En el PJ local y en el Círculo Rojo entrerriano hay muchas voces que piensan más o menos parecido.