La paritaria legislativa en el Congreso definió un aumento del 6,5% en dos tramos, 3,5% desde julio y 3% desde agosto. El premio mayor lo tendrán los representantes del Senado: al estar enganchadas a los salarios del personal de planta, sus dietas subirán a $9 millones bruto, $7,8 millones de bolsillo. Victoria Villarruel intentó frenar esa suba, pero no lo logró.
El enganche en el Senado se definió en una resolución votada en el recinto el 14 de abril, por unanimidad y sin debate, aunque luego La Libertad Avanza (LLA) y el PRO aclararon que no estaban de acuerdo. La medida dispuso un incremento de los haberes y los calculó en función de los módulos que cobran los empleados.
Las dietas en la cámara alta se componen al equivalente de 2.500 módulos, más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 de adicional por desarraigo. Al aumentar el valor de esos ítems que reciben los empleados, también mejora el poder adquisitivo de quienes ocupan una banca.
La indexación con las paritarias legislativas estaba dispuesta para representantes de ambas cámaras hasta marzo, cuando fue derogada por una resolución conjunta luego de un reclamo del presidente Javier Milei.
Esa vez, Villarruel dijo que no estaba de acuerdo con congelar los haberes en el Senado. Este lunes, sus voceros informaron que hubo una gestión de la vicepresidenta con los jefes de bloque para no trasladar a los bolsillos de los representantes esta paritaria. No funcionó.
Cómo las dietas del Senado fueron diseñadas por una resolución que se votó en el recinto, no puede ser corregida por vía administrativa. En la cámara baja la situación es otra.
"Estamos dando el mismo aumento salarial a los empleados que dio el Poder Ejecutivo. Hace 20 días que tenemos la negociación gremial paralizada. Hablamos con las autoridades de las bancadas para eliminar el enganche y nos dijeron que no. Por eso, recién hoy lo firmamos. Había presión de Diputados y teníamos que cerrar", señalaron a LetraP fuentes del Senado.
La pelea de Victoria Villarruel
En Diputados, el aumento salarial no llega a las bancas, porque Martín Menem dispuso un incremento del 80% en las dietas en junio, pero no restableció el enganche con las paritarias como sí rige en el Senado. Tampoco hubo un acuerdo entre los bloques para votarse un dietazo.
Los haberes entre ambos recintos quedaron más desfasados que nunca: un representante de la cámara baja cobra 2,6 millones de pesos en mano, casi cuatro veces menos que sus colegas vecinos.
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El aumento de las dietas en Diputados se dio en tres tramos: 40%, 14% y 8%. Menem se cuidó de no publicar la resolución y de esta manera no está claro cuándo habrá un nuevo incremento.
La suba de las dietas en la cámara baja llegó luego de una fuerte protesta de todas las bancadas, incluido el oficialismo, que amenazaron con no votar la ley ómnibus y la reforma fiscal, las dos normas que pedía Milei para terminar el primer semestre.
La paritaria
El resultado de la paritaria legislativa sí es una resolución pública, firmada por María Laura Izzo, secretaria administrativa del Senado, Agustín Giustinian, secretario parlamentario; mientras que por Diputados suscribieron Laura Oriolo, secretaria administrativa; y Diego Molina Gómez, secretario general.
Por los gremios firmaron Norberto Di Prospero y Fabián Zacardi, de la Asociación del Personal Legislativo, el gremio más poderoso del Congreso; Claudio Britos, de ATE; y Martín Roig, de Unión del personal civil de la Nación (UPCN).
La negociación se realizó durante julio y la presión gremial por la demora había llevado a amenazas de medidas de fuerza. Finalmente lograron cerrar el aumento, que disfrutan también en las bancas del Senado.