El entusiasmo marcó el desenlace del superdomingo electoral en el campamento del candidato a gobernador de Hacemos Unidos por Córdoba, Martín Llaryora. El peronismo cordobesista espera el turno provincial del 25 de junio con la satisfacción de que pudo poner en jaque “la ola del cambio” que amenazó seriamente su plan de “domingos felices” antes de la pulseada por la gobernación.
Es que Juntos por el Cambio (JxC) había dado el batacazo en bastiones centrales para el peronismo como La Calera y Santa Rosa de Calamuchita; y la UCR parecía indomable. La dirigencia boina blanca mostró su tradicional anclaje territorial desde los comicios en La Falda, de marzo pasado, y en los turnos municipales que siguieron hasta este domingo, donde se eligieron nuevas autoridades en 34 municipios y comunas.
El cordobesismo arrebató de manos opositoras ocho localidades, varias de ellas anotadas en el lote de “importantes”. La intendenta radical de Montecristo, Verónica Gazzoni, entregará el poder al peronista Daniel Haniewicz. La radical auténtica y compañera de fórmula de Llaryora, Myrian Prunotto, viajó hasta la populosa ciudad del Gran Córdoba para festejar la derrota de su correligionaria.
A Morteros viajó el vicegobernador Manuel Calvo para celebrar el cambio de manos del gobierno. Su amigo de militancia, Sebastián de Marchi, recibirá los honores del intendente saliente, el deloredista José Bria. La candidata a la sucesión que logró imponerse en la interna cambiemista, Valeria Gandino, no logró hacerlo esta vez.
Al collar de batacazos, HUxC sumó Agua de Oro, Ballesteros, Ballesteros Sud, Las Higueras, Piquillín y Saturnino Laspiur.
Como se había anunciado, Llaryora hizo base en Villa General Belgrano para saludar la reelección de Oscar Santarelli. Elogió el discurso antigrieta del flamante ganador y le prometió confiado: “vas a tener un amigo gobernador que te va a ayudar a que puedas superar todo lo que hiciste en tu primera gestión”.
Con una participación que no superó el 60%, Santarelli logró el 75% de los votos. Detrás quedaron Alejandro Montbrun, del Partido Humanista, con el 13%; y Liliana González, de JxC, con el 11%.
Juntos, en la deloredista Jesús María
Pese a las pérdidas, JxC tuvo su gran triunfo en la ciudad de Jesús María. Allí, el intendente que desestimó la posibilidad de competir por su reelección, Luis Picat, celebró la victoria de su delfín, Federico Zárate, con el 54,44% de los votos, frente a los casi 33 puntos que logró el peronismo.
El candidato a gobernador de JxC, Luis Juez, y el aspirante a la Capital y líder político de Picat, Rodrigo de Loredo, llegaron a la ciudad de la doma y el folclore para acompañar. El intendente deloredista tributó el triunfo de Zárate a la presidenciable amarilla, Patricia Bullrich. Como se sabe, Picat está anotado para encabezar la lista para Diputados de la exministra de Seguridad.
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JxC perdió ciudades importantes en el último superdomingo electoral, pero también le quitó algunas otras al peronismo, aunque más pequeñas. Estas son La Rinconada, Huanchilla, Villa del Dique y Villa Yacanto.
Francioni, junto a Caserio y Alesandri
El intendente que tiene diálogo directo con la vicepresidenta Cristina Fernández, Fabián Francioni, logró su reelección en la ciudad de Leones con el 58% de los votos. Detrás se ubicó el referente de JxC, Mauricio Rosso.
Lejos de la órbita de intendentes que comanda el villamariense Martín Gill, en acuerdo con Llaryora, este festejo se suma a los que el albertista Carlos Caserio protagonizó el domingo anterior, en las ciudades y pueblos de Punilla donde es fuerte y da pelea a sus "compañeros" schiarettistas.
https://twitter.com/RossiAgustinOk/status/1668048965705580545
El candidato a gobernador de Creo en Córdoba, Federico Alesandri, pudo celebrar antes de encarar una elección general que el todismo enfrenta con una expectativa a la baja.
Dudoso impacto
Tras el último superdomingo electoral antes de la gran pelea por la gobernación del 25 de julio, fueron tres turnos consecutivos donde las fuerzas en pugna intentaron construir sus relatos.
Llaryora apuntaló el concepto de “continuidad” que blandea como bandera insignia. Si la gente elige la gestión, en la mayoría de los casos, por qué no sería esa la tendencia dominante cuando Juan Schiaretti, en la provincia, y él, en la Capital, ostentan niveles altos de aprobación de sus gobiernos.
JxC se aferró a batacazos épicos como Corral de Bustos, La Calera o Santa Rosa de Calamuchita, para reafirmarse en un grito de cambio desde el interior.
Cierto es que los municipios que una u otra fuerza retuvo, arrebató o perdió, según corresponda, poco tuvieron que ver con esas construcciones explicativas. No se trató de una ola de cambio o un rechazo a la gestión, sino a problemas de la política: coaliciones divididas, autoridades comunales que pusieron a sus familiares al ser impedidos por ley a la reelección indefinida o al juego de liderazgos territoriales históricos.
En el fondo, el oficialismo y la oposición siempre lo admitieron: no se puede hacer una proyección directa del impacto de estos turnos electorales municipales en la gran pelea provincial.
Llaryora sabe que contará con el empuje de 200 intendencias aliadas el gran día y que Juez, por primera vez, se monta sobre un JxC unido, pero que prefirió despegarse en las rondas municipales.
El mapa del municipalismo que despegó sus compulsas de la puja general termina con cierto grado de previsibilidad. Es decir, la continuidad se impuso en la mayoría de los casos; JxC arrebató enclaves, pero el peronismo le devolvió la gentileza.
Como dato clave, Llaryora pudo verificar el acierto de la estrategia transversal. Algunos festejos cordobesistas fueron el aporte directo de otras fuerzas que permitieron elevar la sumatoria de triunfos. Así ocurrió con las referencias del Frente de Todos que aportó Gill, en el sudeste de la provincia, y algunas más de la mano de Prunotto, la compañera de fórmula de Llaryora.
Todas las fuerzas arriesgaban bastiones estratégicos, la cuenta terminó más o menos equilibrada y los escenarios de festejos se desparramaron por varios puntos de la provincia, pero el premio grande, será para una sola de ellas.