Como sucede a nivel nacional, la versión cordobesa de Juntos por el Cambio (JxC) se envalentonó con los resultados del fin de semana y busca proyectar los resultados de la elección de Neuquén al futuro mediterráneo a partir de una comparación, un poco lógica y un poco exagerada, entre el Movimiento Popular Neuquino (MPN) y Hacemos por Córdoba (HxC). “Fin de ciclo”, dicen, en sintonía con la dirigencia nacional.
Comparables en su perfil de síntesis institucional de la vida política provincial, el MPN y HxC tienen diferencias marcadas por la historia, los perfiles de gestión y los liderazgos estrictamente políticos. Sin embargo, desde el arco opositor cordobés confían algo que los encuestadores vienen señalando desde hace tiempo, un clima de época que, al ritmo de la crisis social, económica y política, es capaz de llevarse puesto a los oficialismos, incluso en aquellos lugares donde parecían invencibles. Por ejemplo, en Neuquén, donde el MPN gobernada desde el año 1962.
“Eso fue una interna del MPN, Juntos por el Cambio salió quinto”, dicen en el entorno de Martín Llaryora bajándole el precio a la intención de espejo que persiguen las lecturas de la oposición. Y agregan: “Hay que mirar la foto completa, en Río Negro sacaron el 20%”.
En esa “foto completa”, en la mesa política de Llaryora echan mano a otro de los argumentos que se empieza a imponer el en discurso cambiemista en Córdoba. “Acá están ganando todos los oficialismos, yo no sé de qué clima de cambio hablan”, señala un dirigente cercano al intendente que quiere ser gobernador que parece retrucarle al diputado Rodrigo De Loredo, que aseguró que “las sucesivas victorias del radicalismo y JxC en el interior son la antesala al 25 de junio”. En rigor de verdad, las cuatro victorias que el aliancismo se anota en lo que va del calendario electoral fueron la ratificación de los oficialismos locales en Marcos Juárez, La Falda, Hernando y General Cabrera.
Para quienes analizan los números en el entorno de Llaryora, lo sucedido en Neuquén, y también en Río Negro, son discusiones entre expresiones y armados provinciales. “Y en Córdoba el único armado provincial es HxC”, aseguran. “Del otro lado, soportan una alianza electoral con un futuro incierto”, señala otro de los dirigentes del riñón cordobesista.
La proyección nacional
Con horizontes de batallas diferenciados en el peronismo cordobés que busca nacionalizar su modelo de gestión aseguran que la realidad de Neuquén no puede trasladarse al centro del país, aunque la victoria de Rolando Figueroa arroja un dato para leer a nivel país. Marcando las diferencias lógicas entre las experiencias provinciales, los armadores nacionales de Juan Schiaretti ponen el ojo en las posibilidades de los proyectos que se proponen como alternativa a la discusión polarizada.
“Todas las miradas tienen que tener una base de prudencia, sobre todo teniendo en cuenta que este tipo de resultados se explican a partir de las experiencias en el territorio, pero no cabe duda que lo del MPN es un llamado de atención”, señalan los referentes nacionales del cordobesismo que advierten que “más allá de los déficit que podrían marcarse al MPN, hay una respuesta positiva al surgimiento de una alternativa como la de Figueroa que ha una muy buena respuesta por parte del electorado”.
En esa lectura, agregan un dato que ya había sido advertido por los referentes schiarettistas a Letra P: “Queda demostrado que si no aparecen armados alternativos que representen una salida a la disputa de la grieta, Javier Milei tiene chances concretas de convertirse en una expresión política con capacidad para ganar una elección”.
“En una de sus primeras declaraciones después de ganar, Figueroa dice que la grieta le hace mal al país. Bueno, ese resultado es la muestra de que esa división puede empezar a quedar atrás”, señalan esperanzados.
En esa esperanza también empieza a correr el tiempo de descuento para el armado político que busca llevar a la presidencia al gobernador mediterráneo. “Ahora empieza la hora de la verdad”, dicen, advirtiendo un movimiento que ya había sido adelantado por este medio y que plantea que una vez resueltas las elecciones en cada uno de sus territorios, los gobernadores iban a tener las manos libres para empezar a gestionar acercamientos con el espacio de centro que busca encarnar el líder del peronismo cordobés.