Si al comenzar el año, en el mundillo del peronismo municipal cordobés se advertía que la candidatura de Daniel Passerini a la intendencia estaba cerrada “en un 85%”, con el correr de las semanas el porcentaje fue creciendo al punto tal que hasta sus otrora rivales en la carrera partidaria para suceder a Martín Llaryora empezaron a alinearse detrás de lo que hoy parece un aspirante oficializado.
El último que se sumó al clamor que instala a Passerini como el candidato del oficialismo fue el Secretario de Participación Ciudadana capitalino, Juan Domingo Viola, que organizó un masivo acto este jueves y lo puso a disposición de la campaña del vice que quiere ser intendente.
“Córdoba Unida para Seguir Progresando” fue el lema con el que uno de los históricos laderos de Llaryora convocó al encuentro que reunió a una buena parte de la militancia capitalina en la cancha de fútbol del Club Villa Azalais. “Daniel Passerini es hombre de consensos, tiende puentes, trabaja en equipo y es de reconocida gestión”, dijo Viola al hablar de su único invitado sobre el escenario, a quien presentó como “el intendente que la Córdoba del futuro necesita”.
Sin haber sido proclamado oficialmente, lo que mantiene todavía en carrera a los secretarios de Gobierno, Miguel Siciliano, y al de Transporte, Marcelo Rodio; el viceintendente avanza en sus recorridos por la ciudad en los que, como su actual jefe político, combina actividades de gestión con una etapa de posicionamiento que anticipa la campaña que comenzará cuando el gobernador Juan Schiaretti defina el calendario electoral provincial, que se descuenta tendrá una réplica exacta en la capital.
En la mañana previa al acto con Viola, el viceintendente había presidido la Sesión Preparatoria para el período 2023 del Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, en la cual confirmó su poderío interno en el legislativo cordobés, que imagina también como una plataforma desde la cual poder mostrar su capacidad de diálogo y gestión conjunta de proyectos. También será un lugar que le permitirá monitorear el terreno futuro que pretende abordar desde la ejecución de política pública a partir de diciembre.
Con la para muchos sorpresiva designación de Natalia Quiñonez, la presidencia provisoria del cuerpo volverá a manos del sector interno que conduce Alejandra Vigo, mientras que la vicepresidencia primera quedó en manos del delasotismo con la designación de Bernardo Knispscheer.
Desde el Concejo había surgido otro de los dirigentes que habían manifestado su intención de competir por el casillero principal en la boleta del oficialismo en la Capital, Diego Casado, que también recibió a Passerini como candidato del espacio la semana pasada. “Hay que trabajar por Hacemos por Córdoba, para no ponerles palos en las ruedas a Juan Schiaretti, Martín Llaryora y Daniel Passerini, que serán nuestros candidatos”, dijo Casado en el acto en el que también estuvieron los llaryoristas Ignacio García Aresca y Juan Manuel Cid, otro de los que también coqueteó con la candidatura que finalmente quedará en manos del viceintendente que ya gobernó la ciudad de cruz Alta entre 1999 y 2005.
Más allá de compartir una agenda de gestión, en la que muchas veces dividen tareas y recorridos, el espaldarazo más fuerte a la candidatura de Passerini parece haber tenido lugar el pasado fin de semana, durante el festival Festival de Jazz, Blues y Rockabilly que se realizó en la capital cordobesa.
Con el viceintendente, reconocido amante del jazz y trompetista invitado de muchas de las bandas del género que desarrollan su actividad en la ciudad, en un plano protagónico, Llaryora se prestó a una recorrida que lo mostró por primera vez compartiendo un formato en clave electoral con su actual número dos. Las imágenes, distribuidas puntillosamente por los equipos de prensa, rememoraron la campaña de 2019, que llevó al peronismo de nuevo al poder de la capital provincial. Solo que esta vez, la campaña se dividirá en dos territorios que ambos dirigentes intentarán hacer jugar en conjunto de cara a las elecciones de este año.
“Llaryora Gobernador, Passerini Intendente” es el lema que, junto con el “Schiaretti Presidente”, embandera al peronismo mediterráneo que, aún sin saber cuándo, quiere convertir la contienda electoral en una bisagra para la renovación partidaria en la provincia.