Sergio Massa ya cumplió sus primeros seis meses como ministro de Economía, el mismo tiempo que lleva afuera de la Cámara de Diputados. El 2 de agosto renunció a la presidencia del cuerpo para reemplazar a Silvina Batakis y concluir el breve interregno al frente del Ministerio de Economía de la bonaerense tras el portazo de Martín Guzmán. Al frente del recinto juró Cecilia Moreau en su reemplazo. Desde entonces el tigrense mudó su despacho a diez cuadras, frente a la Casa Rosada, al temido quinto piso del MECON, pero nunca redujo su influencia en la parcela del Congreso que condujo durante dos años y medio.
Cuando finalmente resolvió su nuevo destino político, Massa se encargó de mantener la conducción de la Cámara en manos del Frente Renovador. Fue parte de una negociación con los demás socios del FdT, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que coincidieron en respaldar la nominación de Moreau. Fue el punto de partida para el status quo que funciona en Diputados desde entonces.
Debajo del sillón de la presidencia siguen las mismas autoridades. Recién hubo un cambio a mediados de enero, cuando el cuerpo oficializó la salida del sociólogo marplatense Juan Manuel Cheppi al frente de la Secretaría General de la Presidencia de la Cámara Baja. El cambio no implicó una degradación para el funcionario legislativo porque sigue cerca de Massa: ahora es titular de la Unidad de Articulación Estratégica de Áreas Económicas y Productivas del Palacio de Hacienda. Sin embargo, esa mudanza implicó la promoción para el joven Franco Mollo, que acompaña a Massa como secretario privado desde la intendencia de Tigre. Desde hace dos semanas forma parte del gabinete de gestión de Moreau, donde se sientan los otros dos secretarios del cuerpo. En la secretaría Parlamentaria sigue Eduardo Cergnul, del riñón massista y en la Administrativa continúa Rodrigo Martín Rodríguez, militante de La Cámpora y de estrecha confianza del extitular del bloque, Máximo Kirchner.
Sobre ese gabinete gestiona Moreau, pero en un esquema donde la comunicación con el ministro es cotidiana sobre temas políticos y también legislativos. Según confiaron a Letra P, Massa mantiene contactos diarios con Moreau y Kirchner, pero también con el titular del bloque Germán Martínez y con la secretaria Parlamentaria de la bancada, Paula Penacca. A esos contactos el ministro le suma los que tiene con Cristina Kirchner. Mantiene a la vicepresidenta informada de los principales aspectos de su gestión, pero nunca abandonó los temas legislativos que habló y definió con la titular del Senado cuando eran vecinos a los dos lados del Salón de los Pasos Perdidos. Con ella habría pactado el envío a la Cámara alta de dos proyectos para regular la licuefacción de gas natural y para promover las inversiones de producción de hidrógeno verde. La idea es comenzar el tratamiento en comisiones durante febrero y funcionar durante extraordinarias.
De esos tejidos diarios sale la línea para las distintas tribus del FdT en Diputados, un recinto que durante la última etapa no ha funcionado. No hay sesiones desde noviembre, en un escenario que empeoró repentinamente cuando la oposición dejó sin cuórum la preparatoria para ratificar a Moreau al frente del cuerpo y luego se negó a avalar otra preacordada para tratar temas consensuados con el oficialismo. Desde entonces no dejó de subir la temperatura y el diálogo entre oficialismo y oposición quedó virtualmente interrumpido. La situación entró en otra fase aún más tirante desde que Fernández anunció la decisión de impulsar el juicio político contra la Corte Suprema.
Así viene navegando el oficialismo las aguas tormentosas de un período de extraordinarias convocadas por decreto presidencial que, por decisión de JxC, afecta directamente a Massa. El principal conglomerado opositor decidió no dar cuórum a ninguna sesión mientras dure el trabajo de la comisión de Juicio Político. Con el interbloque Federal, que reúne a lavagnistas, socialistas santafesinos y schiarettistas, el oficialismo no ha entablado una negociación para tener cuórum sin JxC. Sin el número suficiente, el FdT no puede avanzar en dos iniciativas relevantes para Massa: el régimen de blanqueo para los contribuyentes que tienen bienes no declarados en los Estados Unidos y la creación de un régimen simplificado para monotributistas que facturen servicios tecnológicos hasta 30.000 dólares.
En el oficialismo ven muy poco probable que haya una sesión hasta que termine la comisión de juicio político, lo que significa que esos proyectos no tendrán chances de llegar al recinto hasta fines de marzo o abril. La idea del bloque del FdT es empujar todo lo posible para dejar en evidencia la decisión de JxC, pero hasta ahora la oposición no ha pagado ningún costo político por la parálisis de la Cámara baja. Este martes se reunió la Comisión de Presupuesto, que contó con la presencia de los integrantes de JxC que pidieron una reforma tributaria más amplia y no apoyaron el proyecto massista del monotributo "Tech". Los representantes del FdT ratificaron su posición y en menos de 40 minutos firmaron el dictamen para que el proyecto estuviera listo para llegar al recinto.
Durante septiembre, cuando comenzó el tratamiento del Presupuesto 2023, Massa estuvo encima de las negociaciones para lograr la aprobación. Estaba menos en los despachos de la Cámara, pero mantenía contactos cotidianos con los mismos protagonistas con los que sigue hablando en pleno verano, desde la Costa o desde Economía. Está a apenas diez cuadras de distancia de Diputados, su retaguardia estratégica.