TODOS CONTRA TODOS

Transporte: el peronismo núcleo pulsea, pero no le tuerce el brazo al Gobierno

Perotti y Schiaretti insisten con igualar subsidios con el AMBA en su plan federal. Fueron por lana y salieron esquilados. El ajuste Guzmán y el factor Massa.

ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) La discusión sobre la inequidad de los subsidios al transporte del interior respecto a los que recibe el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no se reduce a una cuestión operativa sino que ofrece insumos políticos para el peronismo núcleo de Santa Fe y Córdoba en su intento de agitar la bandera del federalismo como modelo de país. En los últimos meses lograron instalar el tema a nivel nacional por primera vez en muchos años y tras varios ninguneos, pero los resultados de fondo siguen siendo estériles. El contrapeso que propone la alianza de la zona núcleo al centralismo no logra dar vuelta el tablero en un tema clave aunque dice que le queda pólvora y ganará por cansancio.    

 

El Gobierno amplió el Presupuesto mediante un decreto y prorrogó el Fondo de Compensación al Transporte Público de Pasajeros del interior del país por $38.000 millones, unos  $8.000 millones menos de lo proyectado inicialmente. La decisión generó enojo en las administraciones provinciales de Omar Perotti y Juan Schiaretti, los gobernadores que llevan adelante la batalla por igualar el desproporcionado esquema de subsidios nacionales. También hacen fuerza las intendencias de las ciudades más grandes y figuras legislativas de distintos espacios políticos.  

 

Con la zona núcleo a la cabeza, se impulsó un proyecto de ley para equiparar la distribución: un fondo común entre lo que recibe el AMBA y el interior para repartirlo equitativamente en base a unidades y kilómetros recorridos. Sencillo para diseñar, difícil para aprobar. Funcionarios y funcionarias se sumaron la semana pasada al debate del proyecto de ley que busca equiparar recursos a nivel país, pero recibieron un golpe de frente. 

 

"Cuando la semana pasada volvemos de Buenos Aires tras exponer en la Cámara de Diputados aparece el DNU con los 38 mil millones, ni los 46 mil prometidos, ni los 70 mil que plantearon legisladores cordobeses para el mientras tanto. Y la verdad que no alcanza para llegar a fin de año. Ya gastamos 20 de los 38", sostuvo el secretario de Transporte de Santa Fe, Osvaldo Miatello, luego de calificar de "catástrofe" la decisión del Gobierno. La imagen desnuda lo inerte de los resultados por más intentos que se hagan. Fueron por la lana y volvieron esquilados. 

 

Lo determinante es el peso de Buenos Aires y un modelo de distribución centralista. Quitarle recursos a la Ciudad de Buenos Aires o a la provincia más grande del país podría traer, según el caso, judicializaciones o desplantes políticos. En cambio, el interior, por más unión que se logre entre los gobiernos, o más liga de gobernadores que se piense, es una figura por ahora sin cuerpo ni poder de fuego.

 

Santa Fe y Córdoba logran llegar a la pulseada con el AMBA, hacen fuerza, pero finalmente pierden. El cambio de paradigma que proponen, de uno unitario a uno federal, se instala, se habla, se tuitea, pero no se reglamenta. Parece utópico con sólo analizar los pocos movimientos distributivos de fondo de la política en las últimas décadas. Lo cierto es que al peronismo núcleo no le sirve tanto la batalla como la victoria final de los subsidios para poder encaminar sus aspiraciones nacionales desde el interior. 

 

“Creo que se va a lograr en algún momento porque todo está cambiando. Ya no sólo es Córdoba y Santa Fe, ahora chillan todos los gobernadores del interior. Probablemente sea a los tortazos. ¿Se aguanta este momento un paro nacional indefinido?”, razonó en contacto con Letra P el diputado nacional del schiarettismo, Carlos Gutiérrez

 

La mole de CABA y el conurbano desarma todo intento de equiparación e, incluso, direcciona la tijera de los recortes al interior. Eso pasó esta vez. El trabajo fino del ministro de Economía, Martín Guzmán, para cumplir las metas del FMI parece haber incidido de lleno en el recorte, según entienden en la dirigencia santafesina. En el medio está Sergio Massa, con pata ancha en Transporte, quien, confían en Córdoba y en Santa Fe, quiere resolver el tema, pero reniega que la lapicera la tiene Guzmán. Por lo bajo, los bloques de legisladores y legisladoras tienen prendida una vela en nombre del presidente de la Cámara de Diputados para que destrabe el conflicto. 

 

Al margen de los resultados, tanto en Santa Fe como en Córdoba piden mirar toda la película y no quedarse en este nuevo revés que dejará al transporte del interior, una vez más, con la sábana corta. En el gobierno de Perotti sostienen que hasta hace menos de un año el tema no existía en la agenda de la política nacional e incluso el presidente Alberto Fernández no estaba enterado en detalle. Hasta el gremio de los choferes, la UTA, siente la presión y tira, tímido aún, para las provincias. El cordobés Gutiérrez insiste en que la mancha del transporte se va ampliando y llega a nuevas provincias. "Si ahora no les interesa, hay que seguir discutiendo que lo vamos a dar vuelta", confía. 

 

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