Ante un foro internacional coordinado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el presidente Alberto Fernández pidió llegar a un “consenso” de la comunidad global para realizar una “reforma de la economía mundial” ya que en la actualidad “la arquitectura financiera marca los desequilibrios” y “no acompaña la economía real y mucho menos a la justicia social”. “Depende de todos nosotros avanzar en forma coordinada con propuestas concretas que mejoren la situación social de nuestros pueblos”, afirmó.
El mandatario consideró que “la evolución propia de la vida moderna, el avance de la tecnología, el cambio climático, las deslocalizaciones empresarias” y un “Estado ausente” construyeron “una enorme injusticia social” a la que pidió atender a través de la “búsqueda de alternativas que protejan y dignifiquen a las personas excluidas y más vulnerables”. “De una vez por todas el trabajo de calidad debe posicionarse en el centro de las políticas económicas, productivas, financieras y comerciales”, agregó.
Además, Fernández aprovechó la tribuna internacional para referirse al proceso de refinanciación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo que pidió que “los créditos internacionales no condicionen los procesos de desarrollo en crecimiento, equidad y justicia social”. “La transición hacia la nueva normalidad debe realizarse sin imposiciones de unos sobre otros para lograr el equilibrio entre la producción y el trabajo en un marco de respeto de los intereses de ambas partes”, detalló.
En este sentido, solicitó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “aborde la discusión de la deuda y el crecimiento económico con justicia social” y la “arquitectura de los órganos financieros internacionales” junto al establecimiento de “una hoja de ruta para movilizar los fondos necesarios del sistema internacional para ser volcados al desarrollo y la producción”.
Las negociaciones argentinas con el FMI se acercan a un momento definitorio a la espera de que el Congreso trate el acuerdo final alcanzado por el ministro de Economía, Martín Guzmán. A medida que la votación se acerca Fernández intenta recolectar apoyos y reconocimientos internacionales, mientras que su tropa interna se dedica a juntar los votos necesarios para que el proyecto sea aprobado sin mayores sobresaltos en el Congreso.