PINAMAR (Enviada) El diputado de La Cámpora José Ignacio Rossi recibe a Letra P en un parador de Valeria del Mar, partido de Pinamar. Pese a que es un distrito políticamente adverso, es territorio conocido para él: es parte de las recorridas que hace por la Quinta sección, región que representa en la Cámara baja bonaerense. “Estoy con mi pareja. Tenemos unos amigos acá y decidimos venir cuando vimos la alerta por la ola de calor”, cuenta y advierte que al día siguiente volverá a Chascomús, su pago chico, tras finalizar una actividad con el equipo de salud y representantes locales del Frente de Todos.
“Del poder económico, mediático y judicial no nos molesta la crítica; la comprendemos y hasta la esperamos, pero de compañeros con los que deberíamos estar compartiendo la lucha, nos duele”, dice el legislador al ser consultado sobre los cuestionamientos internos que recibe la organización liderada por el diputado nacional Máximo Kirchner y los vincula a “mezquindades” políticas.
Moderado en sus expresiones, si bien advierte que “falta bastante” por resolver en términos de gestión y que como organización quisieran que “la realidad sea más favorable a los sectores populares, a la clase trabajadora”, Rossi es “optimista en la recuperación del país”. Y señala que cuentan con la experiencia del gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

El diputado Rossi, en Valeria del Mar (FOTOS: Martín Nievas)
-¿Qué balance hace de 2021 teniendo en cuenta la derrota electoral?
-La pandemia trajo consecuencias económicas y es el gobierno el que paga los costos. Las generales nos sacaron el sabor amargo de las PASO. 2021 fue el año de la vacunación y ahora podemos verlo en la temporada exitosa.
-Sin embargo, hubo un pase de factura electoral.
-Sí, claramente. Creo que no alcanzó con marcar la herencia recibida del macrismo. Entendíamos que con las medidas sanitarias era suficiente. Sin embargo, tenemos un margen para reconstruir el desarrollo con inclusión social.
-¿Está conforme con la reorganización que hubo tras las PASO?
-Falta bastante más. Más allá de los nombres o de quién ocupe los espacios de gestión, todavía tenemos una deuda interna.
-¿Cómo ve La Cámpora la marcha del gobierno?
-Quisiéramos que la realidad sea más favorable a los sectores populares, a la clase trabajadora, pero somos parte del Frente de Todos. Lo que hacemos, son autocríticas para mejorar lo que se necesita. Somos optimistas con la recuperación del país porque ya lo vimos en el gobierno de Néstor y en el de Cristina. Yendo en la misma línea, con la misma voluntad transformadora, vamos a poder repetirlo.
-Con Vilar en un ministerio La Cámpora sumó presencia en el gabinete de Kicillof. ¿Era una demanda?
-Su llegada se suma a la presencia del Cuervo (Andrés Larroque, ministro de Desarrollo Social). No podíamos fallar y él (Larroque) dio muestras de una buena gestión.
-La agenda del medioambiente está en el centro de las miradas con la exploración offshore, ¿qué aporte harán?
-La cuestión ambiental tiene que estar en post de un proyecto político de desarrollo. Buscar un equilibrio entre el desarrollo económico y el cuidado del ambiente es algo que a nosotros nos lleva mucha energía.
-¿Cómo procesa la crítica a La Cámpora, muchas veces cuestionada desde afuera e internamente?
-Estamos acostumbrados. Los ataques contra La Cámpora son una variante de los ataques hacia Cristina y hacia un proyecto político que ella lidera y que tiende a redistribuir la riqueza. Al ser La Cámpora la organización política que crearon Néstor (Kirchner) y Cristina y que conduce Máximo (Kirchner) se nos hace imposible no estar ajenos a esos ataques. Lo tenemos asimilado.
-¿Les molesta?
-Que estemos acostumbrados no quiere decir que no nos duela o no nos parezca injusto, sobre todo cuando la crítica viene de aquellos que defienden el mismo proyecto político que defendemos nosotros. La crítica del poder económico, mediático y judicial nos molesta, pero de alguna manera la comprendemos y hasta la esperamos, pero nos duele mucho más de compañeros con los que deberíamos estar compartiendo la lucha.
-¿A qué atribuyen que se sumen a la crítica?
-A veces hay cuestiones políticas de corto plazo, mezquindades. Las diferencias pueden y deben estar en un proyecto de coalición. Eso no molesta y de hecho somos los que menos nos prendemos a los ataques hacia otros sectores del Frente de Todos con los que en otro momento hemos estado enemistados. No queremos fracturas.
-En la última elección, hubo quejas por el modo en que se armaron las listas. ¿Cómo fue la disputa por los cargos, por el manejo de la lapicera?
-La Cámpora ha dado muestras de que tiene una construcción política más allá de sus grandes figuras y de los lugares a los que han accedido. Ha demostrado, en términos colectivos, tener una construcción y una presencia territorial muy fuerte en todo el país. Hay un reconocimiento natural y un posicionamiento aceptado por el resto de los sectores del frente. No hay una tensión en la disputa de cargos. Son cuestiones que se dan naturalmente.
-¿En el territorio podría repetirse el esquema que se desarrolló a nivel provincial en el PJ, con la asunción de representantes de La Cámpora en los municipios?
-Lo de Máximo, ese proceso político, se dio naturalmente, no hubo imposición.
-Pero hubo resistencias.
-Sí, pero no fue mayoritaria. Los sectores con peso de dentro del peronismo de la provincia Buenos Aires, sea institucionalmente, como los intendentes y legisladores, o territorialmente, como organizaciones, casi todos aceptaron. No hubo una imposición que surgió de Máximo Kirchner. En territorio de la provincia va a ocurrir de la misma manera de forma natural y a partir de diálogos o acuerdos que hay desde hace tiempo, como lo fue la formación del consejo partidario que acompaña a Máximo.
-¿Va a competir por la intendencia de Chascomús?
-No tengo aspiraciones individuales más fuerte que las colectivas. Nací, me crie y vivo en Chascomús y siempre quiero aportar para que mi comunidad avance y crezca. La coalición hoy tiene un intendente que tiene la posibilidad de ser reelecto y va a depender de lo que él decida. Nosotros tendremos que aceptar y acompañar.
-La modificación a la ley que pone límite a las reelecciones impide la disputa por cargos en los municipios…
-No estoy a favor del límite a las reelecciones. Entiendo el espíritu del planteo, pero debería enmarcarse en una discusión más amplia que es el poder en Argentina. El fundamento de la ley radica en el poder del intendente, pero la discusión del poder es mucho más amplia. Esto no es una solución a las desigualdades que produce el poder en Argentina porque hay poderes que no tienen nada que ver con lo democrático o lo electivo.
-En términos electorales, ¿cómo se resolverán las aspiraciones de dirigentes como Martín Rodríguez de Hurlingham?
-La modificación implica que los intendentes que lo deseen podrán presentarse y quienes deseen competir con ellos, en el marco de los frentes y de los acuerdos de la conformación de los distintos frentes, tendrán la posibilidad de hacerlo o no. Cada distrito deberá determinarlo.
-¿Qué opina sobre lo sucedido en torno a las vacaciones de la directora del Pami?
-Una dirigente que trabaja hace dos años y pico en el medio de una pandemia teniendo que afrontar una cotidianeidad terrible tiene derecho a elegir el destino de vacaciones para descansar. Hay un énfasis porque se trata de una dirigente de nuestras filas. No me provoca tensión el destino de las vacaciones de alguien sino qué es lo que hace cuándo le toca estar al frente de un ministerio.