El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), el metalúrgico Carlos Garrera, fue uno de los que quedó murmurando tras la elección de autoridades de la entidad fabril que ganó el club de los ceos con el abogado Daniel Funes de Rioja (COPAL) y Luis Betzana (Techint) a la cabeza.
Sin llegar al tono cabreado que mostró José De Mendiguren en la elección, Garrera cuestionó, en una entrevista con Letra P, el avance de los ceos y de las grandes empresas en la entidad. “El vínculo de las grandes empresas con el Gobierno depende de los negocios que tengan”, disparó.
El histórico dirigente santafesino de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) y representante del interior de ese sector en la UIA afirmó que “no hay armonía” en la entidad fabril, sino “discusiones”, y que este clima interno no se veía desde las andanzas en Economía del exministro Domingo Cavallo.
-¿Qué se discute de fondo en la UIA con la nueva conducción?
-El modelo productivo y desarrollo del país. No es lo mismo una empresa nacional que toma las decisiones dentro del país, que una multinacional que lo hace en el exterior. Habrá una visión distinta con representantes de multinacionales.
-¿Por qué?
-No es lo mismo una empresa de 50 a 100 empleados donde el dueño decide, que una gigante donde las decisiones las toma un ceo. Y los ceos piensan en su sueldo y en el producto, no en qué pasa con el conjunto de la empresa, los obreros, la relación con la sociedad y el medioambiente.
-¿Con su nueva conformación, la UIA está yendo a ese perfil?
-Si bien hubo acuerdo de unidad, la lista quedó en manos de dos personas que tienen la visión de que la UIA se acerque más a las grandes empresas y sea manejada por ceos.
-¿Cómo se plantan el interior y las pymes?
-Es la pelea de siempre. Estamos jugados con un modelo productivo y que sea el dueño el que decida. Hay que tener contemplados los destinos de la sociedad con inclusión social.
-Para eso se necesita del Estado.
-Es esencial. Hay gente que no quiere al Estado y piensa que el mercado va a solucionar todo. En la pandemia, el mercado no solucionó nada; si no fuera por el Estado estaríamos en una debacle total.
-¿Y cómo logran armonía con diferencias tan profundas?
-No hay armonía, hay discusiones.
-¿Cómo es eso?
-No hay unanimidad, hay diversidad de pensamientos y se trata de equilibrar. Si hay lugares irreconciliables, pasamos a lo que podemos acordar.
-Un lugar irreconciliable parece ser el del vínculo con el Gobierno por parte de algunos sectores.
-Hay que discutir cuál será el relacionamiento. Tener una UIA sin vínculo con el Gobierno no sirve para nada.
-¿Nunca es conveniente mantener algún tipo de distancia?
-Hay que dialogar hasta con aquellos contrarios a la industria, como fue el gobierno de Mauricio Macri. Porque no sólo se discuten políticas industriales sino problemas puntuales, como laborales, impositivos, restricciones, etc.
-El sector metalúrgico tiene buena sintonía con el Gobierno.
-Tenemos un vínculo muy estrecho porque participamos de desarrollos viales, nucleares, navales, aeronáuticos y muchos más. Por ejemplo, la capitalización del Estado en IMPSA nos parece excelente. Para otros no.
-Techint ganó terreno en la primera línea dirigencial y, en este momento, es crític del Gobierno.
-Su vínculo con el Gobierno depende de los negocios que tenga. Las grandes empresas se manejan así. En cambio, las pymes tenemos el destino asociado al país, no a un negocio.
-¿Es el momento de mayores diferencias internas que recuerde?
-Le aseguro que hubo peores. Pero sí de los últimos 15 o 20 años.
-¿Peores que ahora?
-Sí, los años de Carlos Menem y, después, con Domingo Cavallo, fueron muy álgidos. Ahora se rompieron algunos códigos. No con nuestra entidad, pero se perciben desavenencias que pueden ser muy importantes.
-¿Por qué?
-Porque se está por definir entre continuidad de un modelo industrialista o volver al pasado reciente.
-¿Cómo fue ese pasado reciente?
-No existía la industria ni en el Gobierno ni en sus acciones. Las grandes empresas perdieron plata como nunca en los años de Macri y ahora quieren discutir este modelo. No se entiende.