MEDIOS

Google, el oso que nos abraza

Showcase es una trampa. Potenciará la concentración mediática y recortará la libertad de prensa y expresión. En definitiva, debilitará a las democracias.

 

Desde la posición dominante (¿hegemónica?) que ostenta Google en la circulación de la información a nivel global, Showcase se postula como la puerta de acceso a contenidos periodísticos de “los principales medios regionales e independientes” de nuestro país, seleccionados discrecionalmente por el gigante de la red en una dirección que acentúa la notable concentración mediática en la Argentina.

 

En los últimos años, las compañías dueñas de las grandes plataformas han logrado constituir un ecosistema supranacional donde proliferan esquemas de “nuevos negocios exitosos”, violando todo tipo de normativa comercial, tributaria y laboral. La utilización de vacíos legales en todo el mundo, incluida la Argentina, ha permitido la proliferación de la llamada economía de plataformas (Uber, Glovo, Pedidos Ya y muchas otras) que esquivan todo tipo de regulación vigente para el sector y eluden todo tipo de responsabilidad.

 

A través de la imposición unilateral de algoritmos, además, ha proliferado el discurso de odio, racismo, xenofobia, discriminación, acosos y toda clase de malas prácticas  beneficiadas por la falta de control de los estados y la falta de comprensión del ecosistema digital.

 

El caso de Google a partir de su servicio Showcase se presenta como “un producto que trae beneficios concretos para la industria periodística del país y sus audiencias. Showcase pone un especial foco en “los principales medios regionales e independientes y en el papel que este tipo de medios locales juegan en la vida cotidiana de los argentinos”, pero quien determina cuáles son los “principales” o su carácter de “independientes” es Google, quien se arroga la constitución de categorías y define atributos para los medios según su creencia y punto de análisis.

 

Por otra parte, plantea que Showcase “se trata de un programa de licenciamiento de contenidos en el cual se les paga a los medios para que seleccionen los artículos periodísticos que aparecerán en los paneles de historias de Google Noticias y Discover por ahora, y en el futuro en otros servicios también”. Es decir, reconoce un reclamo histórico de los medios sobre la propiedad intelectual y autoral del contenido periodístico, al cual se había negado sistemáticamente, pero sólo confía en un puñado de medios para lograr garantizar la independencia y calidad de contenidos para sus usuarios.

 

Un paralelismo con el mundo analógico, a partir de la irrupción de internet en nuestra vida cotidiana, muestra que Google avanzó y fue constituyéndose como el dueño de la bobina papel, fijando el precio de referencia del CPM a valores de remate para conquistar la pauta que estuviera disponible en el mercado, en los tiempos donde nadie comprendía cómo sería el negocio en internet. Esto no es culpa de Google, una empresa que decide cómo quiere desarrollar su negocio. La posición dominante conseguida es consecuencia de la falta de regulaciones y tributos respecto de los que se desarrollaron en el mundo analógico y, también, de todo lo que los productores de todo tipo de contenidos le hemos puesto a disposición para constituirse en el catálogo más importante de textos, audios, videos y toda clase de archivos que la humanidad recuerde. Tal es así que, a escala mundial, la palabra buscar ha encontrado su sinónimo en googlear.

 

“Este es un primer paso dentro del ecosistema de medios de Argentina y estamos muy confiados en que vamos a incorporar más socios durante los próximos meses, ampliando este programa de licenciamiento de contenido periodístico que ya cuenta con una gran multiplicidad y diversidad de medios de todo el país.” La lista conocida en primera instancia consta de 44 medios y, según informaciones extraoficiales, esa lista se ha ido ampliando. Si tomamos como referencia la que figura en esta presentación, hay ciudades y medios que para Google no existen. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, Mar del Plata y Bahía Blanca, dos de las tres ciudades más importantes del distrito. Provincias como Misiones, Catamarca o Formosa directamente no se ven representadas en esta primera etapa. 

 

 

Muchos medios de nuestro país estuvieron en contra de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (conocida como “Ley de Medios”). Planteaban que sus empresas periodísticas podrían desaparecer. Son las mismas que suscriben hoy este convenio y ponen al resto de los medios pymes de todo el país frente a Google Showcase. Como dice el prestigioso periodista estadounidense Jeff Jarvis, “los medios simplemente hicieron que las plataformas fueran más poderosas y se beneficiaran de ellos”. El escenario es peor en Argentina y otros países de la región que en Estados Unidos, por la debilidad de nuestras economías, la desigualdad de los actores que intervenimos en ella y el tamaño de nuestros mercados.

 

Los medios de comunicación de todo el país, en todos los formatos, vemos con preocupación el acuerdo promovido entre la plataforma y su servicio con los grupos de comunicación llamados “nacionales” para privilegiar el posicionamiento y la exhibición de sus contenidos. En una supuesta búsqueda de posicionar los contenidos de calidad y en contra de la desinformación, aquellos medios de comunicación que ejercemos la actividad en todo el país vemos que este acuerdo atenta contra la libertad y contra la libre competencia y pone en riesgo la sustentabilidad de nuestras industrias, ya que el algoritmo de Google descarta o coloca en segundo plano nuestros contenidos. Esto pone en riesgo la posibilidad de nuestros lectores, usuarios y consumidores de acceder a nuestra información. Por ello, lo que hoy parece una solución para generar ingresos y sustentabilidad de los emprendimientos periodísticos no es ni más ni menos que una autocondena a una dependencia total de esta plataforma, que durante años atentó contra nuestro negocio.

 

Más grave aún es que este mecanismo pone en riesgo nuestro rol esencial de convertirnos en garantes de la libertad de expresión en el marco de las instituciones democráticas que rigen nuestro país. Creemos que otorgar a Google este poder de regulador del acceso a los contenidos no solo amenaza la sustentabilidad de la industria, sino que obtura la accesibilidad a la información plural y diversa por la que hemos venido bregando.

 

Esta situación, además, contribuirá a la constitución de desiertos informativos en las plazas en las cuales Google no crea relevante nuestra información. En definitiva, el acuerdo firmado entre Google y menos de 50 medios “regionales e independientes” de todo el país, que, según la compañía, “beneficiará en el papel que este tipo de medios locales juegan en la vida cotidiana de los argentinos”, deja las siguientes conclusiones:

 

- Atenta contra la libertad de expresión y el sistema democrático.
- Agiganta las diferencias entre los grupos y medios más chicos y los más grandes.
- Debilita a los medios regionales, locales e hiperlocales.
- Delega el rol de “autoridad regulatoria” en un privado global.
- Empobrece la capacidad de las audiencias regionales, locales e hiperlocales a acceder a contenidos de su interés. 
- Genera condiciones para que se produzcan desiertos informativos.
- Refuerza el poder del algoritmo (desconocido por todos).

 

Con este acuerdo entre Google y un puñado de medios y la falta de control del Estado, todos, salvo los firmantes, perdemos.

 

Los medios de las provincias sufrirán.

 

Las startups sufrirán. 

 

Las noticias sufrirán. 

 

La sociedad sufrirá.

 

La democracia sufrirá.

 

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