Videoentrevista | Gustavo Posse

“Es muy difícil alcanzar un acuerdo interno con quien fue sumiso y servil”

En puja por la UCR bonaerense, arremete duro. Tildó el tándem Vidal-Salvador de “relación patológica dominante-dominado”. Pide un frente ampliado. Monzó y 2023.

Iniciada la charla con Letra P, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, subraya un mensaje que replica cada vez que es abordado por los avatares intestinos de la UCR: “En este contexto de pandemia, la interna es la prioridad número 400”. Así, cuestiona la actitud del comité a cargo de Daniel Salvador por haber iniciado, en medio de la crisis por coronavirus, un proceso electoral partidario con el 11 de octubre como horizonte para ir a las urnas, fecha que esta semana comenzó a reverse: “Hasta estos días estaban luchando para ver si se puede hacer la elección en diciembre. Es estar alejado de la gente”, disparó hacia la conducción que impulsa como candidato a Maximiliano Abad.

 

 

Luego de ponderar “un buen manejo de la crisis” en líneas generales, aunque sin dejar de plantear “disensos” con “actitudes más centralistas en el caso de la Provincia” en el abordaje de la pandemia, Posse se sumerge en la interna radical para disparar munición gruesa hacia el rol que mantiene la UCR en la alianza con el PRO. Tras un duro revisionismo de la pasada gestión, concluyó sobre las razones que desembocaron en una confrontación interna: “Es muy difícil producir un acuerdo interno con quien fue sumiso y servil”. A futuro, sea “Juntos por el Cambio o como se vaya a llamar”, aspira a un frente con mayor volumen societario y un radicalismo que lidere.

 

BIO. 58 años. Abogado. Transita su sexto periodo como intendente de San Isidro. Hijo del exmandatario sanisidrense Melchor Posse, al que sucedió en el cargo en 1999. Antes, fue diputado bonaerense (1995-99). Es candidato a presidir la UCR bonaerense en fórmula con Danya Tavella bajo la Lista 14 “Protagonismo Radical”, que engloba al arco opositor a la actual conducción.



 

-¿Qué tiene que cambiar en la UCR bonaerense?

 

-Volver a ser un partido con decisión, carácter independiente, vocación frentista y a lo que es, una de las dos organizaciones nacionales que tiene el país. El radicalismo desde la oposición es el que debe convocar y liderar al frente, con los socios que tenemos y con los que podemos ampliar. Hablo de un radicalismo como socio pleno, dejar de ser un partido manejado desde afuera como ocurrió en los últimos cinco años bajo reglas de sumisión y servilismo. No le hacemos un favor a nadie, ni a los socios, siendo un partido sin carácter, sin instinto, sin la búsqueda necesaria del poder para concretar nuevos derechos.

 

"Yo soy radical, soy pecador, lo que quieras, pero la sumisión, no".

-¿Hubo contactos para alcanzar la unidad?

 

-Es muy difícil producir un acuerdo interno con quien fue sumiso y servil. ¿Qué van a acordar con vos? ¿Que de acá en adelante sigan en el cargo algunos de los que estuvieron en 2016 y 2018 y que van a dejar de ser sumisos y serviles?

 

-¿No hay posibilidad de acuerdo con ellos?

 

-Con la servilidad y sumisión no hay acuerdo. Yo soy radical, soy pecador, lo que quieras, pero la sumisión, no.
 

 


-¿Cómo se tiene que dar la construcción frentista futura de la UCR?

 

-Cualquier frente tiene que tener la vocación de ampliarse. Hay algo muy importante: el PRO nunca debe ver que en el dominio del radicalismo puede estar su crecimiento como fuerza nacional. El mundo es bifrentista, partidos que se reúnen en derredor del sostenimiento de políticas de Estado durante generaciones, esa es la necesidad de cambio del radicalismo.

 

“Hay que aprovechar ahora, si este no es el año electoral, digamos lo que tenemos que decir y hagamos lo que tengamos que hacer.”   

-Monzó llamó a construir una generación política que se desprenda del macrismo, del PRO, de JxC, “que son del siglo pasado”…

 

-Está con todo Emilio (risas). Me considero su amigo. Tiene muchísimo que ver con la construcción del macrismo, con el macrismo que se vuelve frentista también. Tiene el mapa de cómo se construye eso y cómo se puede mejorar. Es una persona de muchísimo valor. Como titular de uno de los poderes del Estado, fue abierto y considerado con todos los partidos, sufriente porque fue disciplinado con respecto al apoyo al Gobierno que ayudó a llegar, fue crítico hacia adentro y muy responsable. No quiso seguir siendo legislador cuando esas disidencias eran tan fuertes y ahora tiene todo el derecho de plantear disidencias, se encuentra liberado y sostiene esa vocación frentista.

 

-¿Qué piensa de esas declaraciones?

 

-Hay que aprovechar ahora, si este no es el año electoral, digamos lo que tenemos que decir y hagamos lo que tengamos que hacer para después reunirnos y estar más fuertes, estar a la altura del 41% de la gente que nos votó, que quiere que ampliemos.

 


-¿Cree que hay que dejar atrás Juntos por el Cambio?

 

-No. Puede ser Juntos por el Cambio. Los nombres que llevan los frentes no son eternos, a veces un matiz de un nombre, un pequeño cambio… Lo que tiene que cambiar es nuestra actitud, pero si otro nombre da la posibilidad a que se incorporen más, en buena hora.

 

"No es lo mismo estar en una empresa que en la función pública. Es otra jineteada, te saca del caballo no conocer eso".

-En el PRO y la UCR están quienes pretenden que sea un intendente o intendenta quien vaya por la Gobernación desde JxC en 2023, ¿adhiere?

 

-Ser intendente es una matriz de formación que sirve para todo. En el actual gobierno hay intendentes que son ministros y, dentro de las dificultades en las que se desempeñan, lo están haciendo bien. Uno de los errores del anterior gobierno fue no aprovechar a quienes dejaban de ser intendentes, sobre todo a los más experimentados del radicalismo, para ser ministros. Fue una búsqueda azarosa de gente sin experiencia. Y no es lo mismo estar en una empresa que en la función pública. Es otra jineteada, te saca del caballo no conocer eso.

 

-¿Esa fue una debilidad del gobierno bonaerense de Cambiemos?

 

-Sí, fue un acto de inseguridad no ser generoso con el radicalismo para aprovechar a los intendentes que dejaban de serlo en ese momento y que tenían tanta experiencia; eso es un acto de inseguridad y, por tanto, de falta de grandeza. Y se perdieron las elecciones.

 

 

 

-¿Eso fue responsabilidad de Vidal o de la conducción radical?

 

-Es una relación patológica que se creó entre una Vidal dominante -que es lógico, es la que gobernaba y había que apoyarla- y un radicalismo representado por sus autoridades, el presidente (Salvador), el secretario general (Abad). Con ellos mismos, que eran vicegobernador y presidente de bloque, es que se produce esa relación patológica ‘dominante-dominado’ y de eso es muy difícil retornar. No se trata de echarle la culpa enteramente al PRO. El PRO y la UCR, con Vidal y Salvador a la cabeza, llegan al poder, pero el PRO era una fuerza diminuta en relación a la cantidad de intendentes y exintendentes que tenía el radicalismo y de cuadros para aportar.

 

“Cuando necesitás tres mil cuadros para dirigir la Provincia, resulta que tuvimos el secretario de Ciencia y alguna otra cosita más.”

Cuando necesitás tres mil cuadros para dirigir la Provincia, resulta que tuvimos el secretario de Ciencia y alguna otra cosita más. Y el radicalismo que no conducía, el real, que quedó afuera, no tuvo actitud de magueros, porque si se hubiesen plantado buena parte de legisladores e intendentes y decían que no seguían más… Sin embargo, lo que se hizo de manera responsable fue apoyar.

 

-¿La UCR está a tiempo de construir una candidatura a la Presidencia y la Gobernación para 2023?

 

-Sí, no solo que está a tiempo, trabaja para eso y es además parte de la ideología de la elección interna. Es interna para la renovación. Renovación para producir una fortísima unidad con una amnistía para seguir conformando cuadros y poniendo en valor precandidatos para que después puedan ser candidatos, para ir a unas PASO dentro de un frente.

 

-¿Y hay nombres para eso?

 

-Obviamente tenemos nombres para eso, pero primero la elección interna, que es después de la pandemia. Si mirás la situación económica, la pandemia y la inseguridad, la interna partidaria es prioridad número 400. En la renovación del radicalismo de la provincia somos responsables respecto de cuáles son las prioridades y, además, estamos acostumbrados a gobernar.

 

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Fabiola Yañez, ex primera dama.

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