La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, decidieron no darle lugares al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, en las listas seccionales de la provincia de Buenos Aires de Juntos por el Cambio. Fue, en definitiva, una expulsión política de su territorio. Como contrapeso, a uno de los primeros armadores del PRO en suelo bonaerense le aseguraron buenos casilleros en la boleta nacional.
Monzó pone en juego tres bancas en la Cámara de Diputados bonaerense y otras dos en el Senado. Son Marcelo Daletto y Oscar Sánchez por la Cuarta sección electoral, Gabriel Monzó (Octava), Marcelo Pacífico (Segunda) y Eduardo Schiavo (Tercera). Ninguno de esos legisladores podrá retener su puesto.
Sin embargo, al espacio de Monzó le darán lugares en la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Como informó Letra P, el número tres de esa boleta llevaría al actual viceministro del Interior, Sebastián García De Luca. También habría un lugar para la diputada Silvia Lospenatto. El jueves sonaba en el segundo casillero, pero este viernes ya se hablaba de que podría ocupar el sexto lugar. De todas formas, es una posición de cómodo acceso.
Pero Vidal y Salvai decidieron reducir drásticamente el poder de fuego de Monzó en la provincia de Buenos Aires. La decisión de no incluir en las listas a los legisladores que tienen mandato hasta 2019 es un claro gesto. Igualmente, no es la extinción total del monzoismo, ya que aún seguirán ocupando bancas Guillermo Bardón (diputado por la Octava sección electoral) y Ana Laura Geloso (senadora por la Cuarta sección electoral).