Este domingo, la Casa Rosada conocerá el alcance de la apuesta que jugó en Santa Fe para respaldar al precandidato a gobernador de Cambiemos, el radical José Corral. Si la cosecha del intendente de la capital provincial es menor a los 20 puntos, el equipo de campaña que conduce el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dejará de nacionalizar la contienda frente al socialista Antonio Bonfatti y al candidato que surja de la interna del peronismo entre Omar Perotti y María Eugenia Bielsa.
Para la franquicia de Cambiemos y para el Frente Progresista Cívico y Social (que gobierna la provincia), las PASO serán una gran encuesta ordenadora para las generales del 16 de junio: a pesar del involucramiento total del Gobierno a su favor, Corral corre el riesgo de quedar tercero o cuarto, mientras que el oficialismo local tendrá una aproximación certera sobre sus chances de continuar en el poder por otros cuatro años.
La única fuerza que instrumentará las primarias de este domingo es el peronismo con la contienda que dirimirán Perotti y Bielsa. Su dinámica no sólo es un experimento para el panperonismo a nivel nacional. También será un examen para Peña como jefe de campaña y principal impulsor de "una polarización irrefrenable" en todos los distritos.
En Balcarce 50 también advierten sobre la cristalización de un grave riesgo para octubre. Una victoria peronista en Santa Fe podría señalar un camino ganancioso para aprovechar las PASO nacionales de agosto y aumentar las posibilidades de realizar una primaria abierta entre los principales contendientes de esa fuerza, una variable que el Gobierno busca evitar.
Por ahora, la foto santafesina ya arroja un escenario impensado hace ocho años, cuando el PRO desembarcó en la cabecera del litoral con la candidatura del humorista Miguel Del Sel, que quedó segundo en 2011, detrás del socialista Miguel Lifschitz.
En 2015 se reeditó el duelo y el ex Midachi volvió a quedar segundo por una diferencia de 1.776 votos en las generales del 14 de junio. La cosecha del 32,2% de los sufragios de la franquicia de Cambiemos fue la tendencia previa del desempeño electoral que tuvo la fórmula Mauricio Macri - Gabriela Michetti durante la primera vuelta presidencial. Los santafesinos le dieron el 35,29% de los votos y en el ballotage, el 55,72%.
Para entonces, la estrella del humorista pasó del vértigo que experimentó en junio de 2015, cuando por algunas horas estuvo a punto de ser gobernador de Santa Fe, y la posterior designación como embajador en Panamá que Macri le ofrendó en 2016, ya con la banda presidencial puesta.
Desde que Del Sel se transformó en el sinónimo del absoluto desgaste electoral del PRO en esa provincia, la posta quedó en manos del radicalismo, con aspirantes como Corral y el ex rector de la Universidad Nacional del Litoral y ex secretario de Políticas Universitarias Albor "Nicky" Cantard. En las legislativas de 2017, ambos dirigentes radicales tuvieron el desafío de potenciar la marca Cambiemos pero sin ningún famoso en la lista que la empuje. La anterior campaña quedó totalmente en manos de la Casa Rosada y la lista encabezada por Cantard obtuvo el 37,80% de los sufragios.
Este domingo, los dos radicales se intercalarán: el primero es precandidato a intendente y el segundo, a gobernador, pero arrancaron la contienda con un piso tan bajo en las encuestas como la imagen positiva del Gobierno y de Macri.
"Corral llegó a medir diez o doce puntos, por eso pensamos que, si superamos los 20, será un avance. Si no sucede habrá que barajar y dar de nuevo", confió a Letra P uno de los funcionarios de la Casa Rosada dedicados a atender las necesidades operativas del precandidato a gobernador, cuya suerte depende totalmente de la arquitectura desplegada desde Buenos Aires y de la logística que aporte el aparto radical en el territorio.
La apuesta de la nacionalización implicó la visita y respaldo de sus principales candidatos: Macri, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Elisa Carrió y Peña, que incluso se encontró con los promotores santafesinos para darles instrucciones para la campaña.
Pero la artillería pesada que movilizó Balcarce 50 perdió capacidad de fuego por la recesión y la profundización de la crisis. El fenómeno transformó a Santa Fe en una de las máximas paradojas para Peña como director de una campaña que quedó presa de sus propios desaciertos económicos y políticos.
Santa Fe será la demostración de las dificultades que afrontará Macri para buscar su reelección con una gestión que cada vez cosecha más rechazo.
Se trata de la demostración, en tiempo real, de las dificultades que afrontará Macri para buscar su reelección con una gestión que cada vez cosecha más rechazo. La más importante de las provincias litoraleñas no sólo concentra el 8,6% del padrón nacional, sino que es una de las piezas clave de la zona centro del país, donde Cambiemos amasó parte de su caudal de votos con el apoyo de las clases medias urbanas y de los mismos sectores agrarios que ahora se animan a esquivarlos, entre el malhumor y el desencanto.
En el Gobierno admiten con cautela que la crisis y su prolongación podrían dañar seriamente la performance de Corral. También el poder de Peña como jefe de campaña nacional. Un riesgo que se extiende al futuro de Cambiemos frente a la posibilidad de ser derrotado por el peronismo en una polarización que también fue intensificada a propósito. Si este domingo las urnas confirman esos temores, el camino hasta las generales del 16 de junio obligará el diseño de otra campaña, con menos salvavidas de plomo.
Ante ese escenario, cerca del Presidente sostienen que el único premio consuelo sería una derrota "histórica" del socialismo. La misma esperanza que se deshizo en 2015 con la candidatura de un actor que, cuatro años después, sólo es el recuerdo de Cambiemos cuando no estaba en el poder.