CRISIS EN BOLIVIA

Evo viaja a su exilio mexicano tras una carrera de obstáculos políticos

La negociación con las autoridades de facto bolivianas fue compleja. Paraguay trabó la partida del avión en una escala, mientras que Perú y Ecuador cerraron sus espacios aéreos.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y su responsable de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, relataron este martes la odisea que atravesó la aeronave militar que fue a buscar al depuesto Evo Morales a Bolivia, la que incluyó un impedimento temporal para despegar de Paraguay y el cierre del espacio aéreo de Perú y Ecuador decidido por los presidentes Martín Vizcarra y Lenín Moreno, respectivamente.

 

Las autoridades mexicanas ofrecieron una conferencia de prensa en el Distrito Federal a la espera del avión que transporta al presidente depuesto de Bolivia junto a familiares y dos exfuncionarios.

 

El secretario de Relaciones Exteriores de México explicó que López Obrador dio la orden de mandar a un avión de las Fuerzas Armadas a recoger a Morales en Bolivia, pero precisó que la tripulación se enfrentó a una serie de problemas legales con los trámites para entrar y salir de diferentes naciones.  "Ha sido un periplo por distintos lugares y decisiones políticas", indicó.

 

 

La aeronave viajó desde México a Perú, donde hizo escala en Lima, pero ya en Bolivia, la gestión político-humanitaria se topó con problemas. A la tripulación se le negó el permiso para recoger a Morales, por lo que tuvo que regresar a Perú, a la espera de una autorización de ingreso a Bolivia.

 

 

 

El lunes "nadie nos pudo decir quién está a cargo en Bolivia", explicó el canciller mexicano.

 

 

 

Una vez conseguida la autorización para ingresar a Bolivia, la ruta que tenían prevista para trasladar al presidente depuesto era viajar a través de Perú y después tomar aguas internacionales. Originalmente se tenía el permiso del Gobierno de Vizcarra, pero con Evo Morales ya en el avión, el canciller peruano notificó a Ebrard que, por decisiones políticas, se esa autorización quedaba cancelada.

 

Ante la negativa del Gobierno peruano, Ebrard habló con el canciller de Paraguay, quien accedió a que el avión mexicano descendiera en de Asunción para reabastecerse.

 

Las comunicaciones se daban en medio de un clima de tensión creciente, en el que los simpatizantes del presidente removido el domingo por un golpe de Estado custodiaban el aeropuerto boliviano en el que abordó el avión.

 

Más tarde, Paraguay denegaría la salida del avión mexicano, situación que pudo revertir la embajada mexicana.

 

A su partida, Bolivia impidió que la aeronave mexicana sobrevolara de regreso su espacio aéreo, por lo que se tuvo que solicitar permiso a Brasil y luego a Perú.

 

Los problemas reaparecieron en Ecuador, porque el Gobierno de Lenín Moreno también se negó a permitir el paso de la aeronave.

 

A partir de ahí, el avión logró sobrevolar aguas nacionales mexicanas.

 

"Es como un viaje por la política latinoamericana, de cómo se toman las decisiones y los riesgos que se corren", comentó Ebrard.

 

 

 

Cuando se le cuestionó al secretario de Relaciones Exteriores mexicano si el asilo político concedido a Morales no provocará tensiones diplomáticas con los Estados Unidos, respondió que la relación entre ambos países vive un buen momento.

 

"La buena relación con Estados Unidos no debe basarse en la sumisión, sino en el respeto. Por lo tanto no esperamos un reclamo de la posición que México ha tomado de acuerdo con su Constitución. No lo hemos tenido y no lo esperamos", expresó.

 

El Gobierno de Donald Trump calificó el derrocamiento de Evo Morales en Bolivia como "un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental" y una advertencia para los “regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua”.

 

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