"La cosa no termina acá". Evo Morales renunció a su cargo de presidente de Bolivia, acosado por alzamientos impulsados por la oposición y respaldado por un sector de la policía nacional que se ha levantado contra el gobierno. Las versiones sobre el paradero del presidente, que había resultado reelecto hace apenas unas semanas en unos comicios cuestionados internamente y también a nivel regional, a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), son por ahora inciertas. Aunque algunas de ellas ubican al primer presidente boliviano indígena en viaje a la Argentina.
"El golpe de Estado se ha consumado. Hemos tomado esa decisión para que no se use la violencia por parte de estas fuerzas agresivas contra el pueblo. Para que no ensangrienten nuestros campos y nuestros barrios". La frase de Álvaro García Linera, compañero de fórmula del presidente boliviano, fue parte de la improvisada conferencia de prensa desde un punto desconocido de Bolivia, ladeado por Morales y solo acompañados por una bandera de Bolivia y una mesa tapada con un mantel celeste.
"Estamos dejando a Bolivia con soberanía e independencia del Estado. Con muchas conquistas sociales universalizadas. Quiero agradecer al pueblo boliviano por habernos acompañado. Cuando hay patriotismo, cuando hay sacrificio es posible levantar a Bolivia. Saben muy bien todos los bolivianos y las bolivianas cómo era antes Bolivia y cómo está ahora. Y lamento mucho que grupos que tienen mucho interés en ellos y no en el pueblo empiezan a conspirar con tantas mentiras y, en algún momento, algunos movimientos sociales van a tener que revisar su pasado por haber hecho tanto daño", afirmó Morales.
"Vamos a seguir en la construcción de procesos de liberación", advirtió el presidente renunciante.
Morales le dedicó una frase concreta a Luis Fernando Camacho, referente de los levantamientos que ya ingresó al Palacio Quemado, sede del gobierno boliviano. "No maltraten a hermanos y hermanos -dijo el presidente renunciado-. No utilicen al pueblo con prebendas para hacer daño al pueblo boliviano". Y siguió: "Sepan cómo grupos oligárquicos conspiran contra nuestra democracia. Sin embargo, tenemos la obligación de buscar la paz. Duele mucho que partidos que han perdido llevaran esta agresión. Por estas razones, estoy enviando mi carta de renuncia a la Asamblea Plurinacional de Bolivia. Muchas gracias".
Linera, notablemente emocionado, completó: "Somos el gobierno que no se ha hincado ante los extranjeros, que ha devuelto la dignidad a quienes vivimos de nuestro propio esfuerzo. Hemos integrado nuestra patria, hemos industrializado nuestros recursos naturales, hemos garantizado la educación gratuita, el trabajo, las oportunidades para los jóvenes del campo y la ciudad. Hemos creado el país que más ha crecido en el continente. De ser el país más pobre lo hemos colocado en una situación de dignidad, es el país que mejor distribuye la riqueza".
El vicepresidente, también renunciado, se refirió a las elecciones del 20 de octubre. "El pueblo boliviano nos dio el 47% de los votos. Sin embargo, fuerzas oscuras desde ese mismo día comenzaron a conspirar. Formaron bandas paramilitares para intimidar a campesinos, para golpear con palos con clavos a mujeres que iban con niños a trabajar, quemaron sedes sindicales. Fue la primera etapa de un golpe". "No contentos con eso -amplió el relato-, posteriormente amenazaron. Golpearon mujeres, amenazaron migrantes. Y la última etapa fue con la ruptura del orden por un sector de la policía, que dejó de proteger las instituciones, se acuarteló, dejó de obedecer a su mando y dejó de cumplir su rol constitucional y se convirtió una parte de ellos en fuerza de choque de un sector de la oposición antidemocrática y antiboliviana".
Hemos visto cómo policías armados han salido a perseguir campesinos, familias de trabajadores han sido intimidadas, sus casas quemadas, sus ropas destruidas. Y en las últimas horas han querido provocar muerte.
NOTA EN DESARROLLO.