En una semana la gobernadora, María Eugenia Vidal, elevó hasta el ambicioso cargo de Contadora General de la Provincia y descendió hasta el despido a la ex funcionaria, María Fernanda Inza.
Que paso en este proceso que llevó a la mandataria a mudar a una funcionaria de su confianza a un cargo que requería el aval del Senado, cuando esa figura era cuestionada por los propios legisladores de la oposición que la habían sumado a la denuncia por aportantes truchos en la campaña del frente electoral Cambiemos.
¿Desoyó la gobernadora las quejas de su propia tropa que pedía explicaciones por la aparición de sus nombres entre los aportantes de campaña?. ¿Desmereció el impacto de una denuncia alentada desde sectores opositores?.
O se trata de un traspié de una política orientada a contener la opinión del vecino promedio antes que ordenar el juego entre socios y aliados.
A comienzos de mes se conoció, aunque a modo de rumor, la decisión de Vidal de designar a Inza, por entonces Secretaria de Legal y Técnica, como futura Contadora en reemplazo de Gastón Messineo.
El cambio generó cierta sorpresa porque al igual que Inza, Messineo también era un hombre del PRO con pasado en la gestión de la Ciudad.
Además, la ex funcionaria era una de las mencionadas en la denuncia sobre aportantes truchos de la campaña del frente electoral Cambiemos de la Provincia, presentada por la jefa del bloque de senadores de Unidad Ciudadana, Teresa García. Quien, era evidente, iba a cuestionar el pliego de designación enviado por la mandataria.
García fue un poco más, ya que en la sesión del miércoles 11, cuando se trató la terna de candidatas a la Contaduría, entre las que estaba Inza, sumó en su cuestionamiento a los bloques del PJ Unidad y Renovación y del Frente Renovador.
Esta movida no alertó a la mandataria, quien tuvo en el jefe del bloque de Cambiemos, Roberto Costa, la espada que defendió la decisión y hasta cuestionó la denuncia.
“Nosotros confiamos en las tres personas que proponemos (por las tres mujeres ternadas) y ni hablar en Fernanda con la cual venimos trabajando hace tiempo y la conocemos en su capacidad, su idoneidad, y trasparencia” afirmó Costa y cuestionó a la oposición por “traer al recinto una denuncia de claro tinte partidario”.
Los pliegos pasaron, gracias a la mayoría numérica de Cambiemos en la Cámara Alta, y el lunes siguiente, el vicegobernador, el radical, Daniel Salvador, tomó el correspondiente juramento.
Dos días después, cuando la causa, que iba creciendo, apareció en los principales diarios de tirada nacional, Vidal decidió sacrificar a una de las mujeres de su mayor confianza, y entregarla como prenda de transparencia.
“¿Para qué mando a votar el pliego si a los pocos días echo a la funcionaria?” dice con desconcierto a este portal un hombre del oficialismo legislativo.
“Hubiera demorado el pliego, hasta ver que todo se calme, o desestimarlo si el escándalo avanzaba” reflexiona.
Igual instancia de desconcierto, aunque sumado a una cuota de enojo, mostraron varios de los concejales y hasta intendentes que negaron públicamente ser aportantes de la campaña, aún cuando figuraban en los listados publicados por la Comisión Nacional Electoral.
La denuncia, que presentó meses atrás la ONG La Alameda, y que luego se amplió en la provincia a partir de la presentación de la senadora García, marcaba por un lado la existencia de aportantes que desconocían haber colaborado, de bajos recursos y muchos de ellos beneficiarios de planes de asistencia. También, se observaban candidatos de Cambiemos, la gran mayoría electos, muchos de los cuales también negaron haber colaborado con dinero.
El colmo llegó cuando fueron los intendentes, Carlos Arroyo de Mar del Plata, y José Luis Zara de Patagones, quienes también desconocieron ser aportantes.
A esa altura, Vidal decidió menguar el impacto de la causa, y durante una recorrida por el interior bonaerense calificó de “denuncia kirchnerista” la presentación y pidió “bancarizar” las donaciones. Mientras, Fernanda Inza seguía agradeciendo por las redes, las felicitaciones de amigos y colegas, que celebraban el nuevo cargo.
La contadora, es una figura técnica de Cambiemos, que supo ser una suerte de comodín de confianza para Vidal. Cuando la mandataria propuso a Julio Conte Grand como nuevo Procurador, decidió que fuera Inza su reemplazante en la Secretaría de Legal y Técnica, aún cuando ese cargo suelen ocuparlo abogados.
La contadora fue además la interventora del Partido PRO bonaerense, cuando Vidal llegó a la Provincia y decidió ordenarlo para ser luego la nueva presidenta.
También, tiene en su currículum una relación en la causa por sobreprecios en la compra de gas, que involucra al ex ministro de Infraestructura nacional, Julio De Vido.
En esa época Inza era auditora contratada por la Universidad Nacional de Buenos Aires para controlar la compra de gas licuado GNL. La mujer del PRO no encontró ninguna irregularidad en las compras, por las que luego fue procesado y encarcelado De Vido, y también su Subsecretario de Control y Gestión, Roberto Baratta.