Unos 2.000 militares, policías y paramilitares sandinistas se lanzaron este martes sobre Masaya, el principal reducto del levantamiento opositor contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sumiendo al país en la incertidumbre.
Unos 2.000 militares, policías y paramilitares sandinistas se lanzaron este martes sobre Masaya, el principal reducto del levantamiento opositor contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sumiendo al país en la incertidumbre.
El centro de la ofensiva es la barriada indígena de Monimbó, según testigos, donde los habitantes montaron patrullas de seguridad, según reportó el diario español El País.
El caso de Monimbó, ubicado en Masaya (a 35 kilómetros de Managua, la capital) es simbólico, ya que se trata de una zona tradicionalmente sandinista que cambió de bando tras el comienzo de la cruenta represión oficial de las manifestaciones opositoras en abril último.
La misma, en la que participan fuerzas irregulares cercanas al Gobierno, ha dejado hasta 351 muertos, según fuentes extraoficiales.
En tanto, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., Francisco Palmieri, pidió "enérgicamente" a través de su cuenta de Twitter que Ortega “no ataque a Masaya. La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en #Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando".
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El momento es delicado y el régimen parece apurar el paso para sofocar el levantamiento antes de este jueves, cuando se cumplirán 39 años de la revolución sandinista, que sacó del poder a la dinastía Somoza.
El descontento contra Ortega surgió al calor de las protestas contra una propuesta gubernamental de reforma previsional, pero se transformó, incluso una vez que esta fue retirada, en un levantamiento popular en toda la regla.