Hasta el ítalo-argentino Cristiano Rattazzi puso el grito en el cielo. Fue una de las primeras veces que el jefe de FIAT coincidió con sus pares de la Unión Industrial Argentina (UIA) sobre un tema vinculado a la coyuntura económica. Los unió el rechazo que ya venían teniendo con la política aplicada por el Banco Central (BCRA) en los tiempos de Federico Sturzenegger, un enfrentamiento que se extendió a los manejos de Luis “Toto” Caputo al frente del organismo monetario. “Esto de revisar las tasas de interés a 30 días, cuando antes era cada 15, es un dato malo, y nos debe despertar porque el Gobierno quiere tener súper tasas pase lo que pase, por más que se derrumbe la economía”, disparó uno de los presentes en la clásica reunión de los martes en la sede de Avenida de Mayo.
Todos asintieron, más aún las pymes, que antes habían bramado en la mesa por un problema que ya les empezó a pegar incluso a las grandes fábricas. Es este el principal punto de choque entre el Gobierno y los empresarios fabriles. En privado, algunas fuentes de UIA admitieron a Letra P que “es evidente que (el nuevo ministro de Industria, Dante) Sica no llegará a influir en esos temas”. La premisa es cierta y se la confesó el funcionario a uno de los CEOs que alguna vez compartió con él años más turbulentos que los actuales.
Caputo es hoy un Golden boy intocable para Mauricio Macri y tiene todo el poder para que, vía tasas, intente revertir la disparada inflacionaria. Así y todo, los empresarios creen que si el Gobierno no resuelve los problemas de la macro economía será imposible encausar la micro, que ya atraviesa una crisis seria.
El problema de los empresarios chicos es que no solo se está rompiendo la cadena de pagos, sino que además ya no consiguen crédito para capital de trabajo en bancos a tasa razonable. Hoy, el único banco que maneja tasas subsidiadas es el Nación, entidad con la que no hay línea positiva con los empresarios. Hay algunos casos paradigmáticos de quiebre en la cadena de pagos. Uno de ellos, el de Cañada de Gómez, Santa Fe. En el polo mueblero ya se ve el fenómeno a pleno.
Todo esto, según los industriales, redundará en un segundo semestre gélido. Es lo que graficó el titular de la UIA, Miguel Acevedo, pasando revista a una situación compleja. En línea se manifestó el salteño José Urtubey. Ya días atrás los economistas de esa casa elevaron un informe que reflejó que, desde 2015 a la fecha, se perdieron más de 70 empleos en las fábricas por la crisis de exportaciones y mercado interno.
“El mercado interno está muy complicado”, se sinceró otro hombre de negocios vinculado al consumo. No estaba allí para reforzar la idea el titular de la cámara alimenticia Copal, Daniel Funes de Rioja, pero los rubros del consumo fueron de los más contrariados con la realidad económica. Algo similar les ocurre a los laboratorios, que venden menos y empiezan a sentir el golpe de la crisis del bolsillo y los salarios perdiendo contra la inflación. Casi que lo puso en esos términos Alberto Álvarez Saavedra, de Laboratorios Gador.