El Gobierno, con el presidente Mauricio Macri a la cabeza, considera como algo absolutamente “normal” que buena parte de sus funcionarios, como los ministros de Energía, Juan José Aranguren, y de Finanzas, Luis Caputo mantengan su dinero en el exterior, ya sea en cuentas tradicionales o en sociedades offshore, y no los obligará a repatriarlo porque considera que “en democracia cada uno es libre de hacer lo que quiera” y que eso “no influye” en la economía nacional ni en la decisión de las empresas que se pretende atraer para que inviertan en el país.
A modo de ironía, cerca de Macri se burlan de los titulares de los medios que cuestionan la decisión de Aranguren de mantener sus ahorros en bancos del exterior hasta que haya "más confianza” en el país, y sostienen que las críticas “no tienen lógica”.
“Tener una offshore es como tener un iPhone. Es una obsesión del periodismo, que habla de esto porque no hay noticias”, señaló una fuente de la Casa Rosada consultada por Letra P, una manifestación del disgusto oficial con que el tema siga ocupando buena parte de las páginas de los diarios, algo que vinculan con una "operación" de la oposición.
Mientras el ministro Caputo afrontaba este miércoles en el Congreso su examen más difícil al tratar de explicar la política de endeudamiento del Gobierno y hacer frente a los duros cuestionamientos de la oposición por sus sociedades offshore no declaradas, por lo que es investigado en la Justicia, Macri encabezaba una nueva reunión del Gabinete nacional en la residencia de Olivos, en la que el tema central era la marcha de la economía, la caída en la previsión de crecimiento económico, el aumento de la inflación (que atribuyeron a una subida esporádica como consecuencia del nuevo tarifazo y de la reciente escalada del dólar) y la marcha de las paritarias.
Ante las críticas por las firmas offshore y posibles casos de corrupción o evasión, cerca de Macri insistieron en resistir las presiones de la opinión pública.
“Parece que para el periodismo, tener una offshore es como tener un cadáver en el ropero, cuando es parte de la cultura argentina. Esto es todo armado por la oposición”, sostuvo una alta fuente del Gobierno.
En ese contexto, descartó de plano a este medio que Macri haya ordenado a sus funcionarios que presenten en sus próximas declaraciones juradas ante la Oficina Anticorrupción, esperadas para junio, las cuentas que tengan en el exterior para frenar la ola de críticas.
“Cada uno hace lo que quiere, somos un país libre y democrático. Esto no es el Ejército. Aparte, si el funcionario paga sus impuestos acá, ¿qué les importa dónde tiene las cuentas? Si declara impuestos y es dinero ganado decentemente, es estúpido e ilógico el argumento”, señalan en el entorno más cercano al Presidente.
Además, en el Gobierno rechazan la posibilidad de que esas noticias generen bronca en la sociedad, sobre todo en los sectores que no llegan con su sueldo a fin de mes, o que influya en forma negativa en las empresas que analizan invertir en el país y podrían mirar a los funcionarios como una referencia a seguir.
“¿Qué tiene que ver, si los funcionarios mayoritariamente tienen bonos, que a fin de cuentas es una inversión en el país? Si la trae acá o no, el trabajador que no llega a fin de mes va a seguir igual, porque el banco tenga 2 millones más o menos en las cuentas. Eso no le va a cambiar la vida a nadie, es una pavada”, insistieron en los pasillos de Balcarce 50, donde aseguraron que “ninguna empresa dejó de invertir en el país porque Aranguren no trae su plata” y sostuvieron, que por el contrario, “energía es el sector en el que más inversiones se registraron en estos dos últimos años”.
“Tuvimos que prorrogar 15 días el llamado a los PPP (programas de participación público-privada) por la cantidad de ofertas que hay. Calculamos de acá a fin de año vamos a cerrar acuerdos por más de la 20 mil millones de dólares en inversiones en obras públicas. No creo que influya lo de Aranguren”, repitió un funcionario en Casa de Gobierno.