Pero el PS sigue de pie y en Rosario pone un esfuerzo especial, no es para menos. Irízar fue hace pocos días la elegida para encabezar el desafío de retener la Intendencia. Competirá en las PASO con su compañero de bloque Pablo Javkin. Fue secretaria de Hacienda de la Municipalidad y tiene una extensa historia de militancia ligada al socialismo rosarino.
BIO. Fue secretaria de Hacienda de Rosario y en 2017 saltó al Concejo luego de ocupar el segundo lugar de la lista que terminó tercera en las elecciones, detrás del PRO y el PJ. Lideraba la nómina en ese entonces Pablo Javkin, por ahora su único rival para la PASO. Militante socialista, llegó a la candidatura bajo el consenso de las principales figuras del partido.
-¿Que implica el desafío de liderar esta propuesta?
-Primero, desde lo personal, cuando uno está en política tan involucrada, lo ve como un desafío lindo para la vida. Me he preparado mucho, llevo veinte años estudiando temas de transformación del Estado y por los lugares donde estuve, como Hacienda, que te da una mirada integral de toda la gestión, conozco mucho todas las áreas de la Municipalidad, los principales problemas de la ciudad. El Concejo me permitió conocer más cada barrio, un trabajo muy activo, de tener mucho más contacto con la sociedad civil. Soy parte de una nueva generación de dirigentes, que había sido un reclamo muy fuerte dentro del socialismo. Venimos a hacernos cargo de un legado fuerte. Estoy convencida de que este proceso del socialismo y el Frente transformaron la ciudad, que tenemos dirigentes muy valiosos. El desafío ahora es construir sobre lo bueno, lo nuevo.
-Binner, Lifschitz, Bonfatti, Fein... ¿demoró el traspaso generacional en el socialismo?
-Sí, de parte de los más jóvenes hubo una necesidad de renovación. Me toca circunstancialmente a mí sintetizar lo nuevo que le queremos ofrecer a la ciudad, pero creo que no estoy sola. Lo más valioso es que hay una nueva generación de dirigentes, muchos compañeros y compañeras, tanto o más preparados que yo, con ganas de hacerse cargo y ser protagonistas del futuro.
"En 2017 la grieta atravesó (le elección). Fue muy difícil discutir de lo local. La discusión fue nacionalizada y ganó Cambiemos en un momento donde el sello estaba muy fuerte. Hoy el escenario es otro."
-El socialismo gobierna Rosario desde hace casi tres décadas. ¿Cómo se hace para generar una nueva agenda, una nueva propuesta?
-Todos hacen hincapié en esto del tiempo. Yo creo que el tiempo en sí mismo no es bueno ni malo, que, a diferencia de muchas fuerzas políticas, la nuestra tuvo la capacidad de transformarse en el gobierno. Cada gestión tuvo una impronta distinta, a diferencia de otras que llegan al gobierno y se agotan rápidamente. Tenemos una base muy buena sobre la que hay que construir. Acá nadie va a discutir lo que destinamos a la salud pública, por ejemplo. El desafío pasa por construir una ciudad más innovadora, más segura. Viene una etapa nueva. Yo siempre la planteo para Argentina, pero es muy válido para la ciudad, de que se incluya a través de la producción y el empleo. Hoy es un momento de repensar, junto al sector privado, cómo hacemos para que Rosario sea la ciudad más productiva y dinámica del país.
-¿Qué perfil de intendenta se imagina que tendrá si resulta electa?
-Me veo peleando cada inversión que venga a Argentina y se instale en Rosario. Tenemos que revisar las ordenanzas que regulan el suelo industrial. Ésa es una de las prioridades. Y otro de los desafíos es la transformación digital, no solo para lo productivo, sino también en el Estado y su relación con los ciudadanos. Rosario avanzó mucho en un modelo, que fue de vanguardia, el de los distritos, la descentralización, y hoy eso tiene que ser digital. Cada vez más gente hace esos trámites en forma digital. Tenemos el desafío de facilitarle la vida a la gente, que el Estado no ponga muchas trabas.
¿Por qué Javkin, su futuro rival, dijo que el PS es un partido cerrado?
-No lo comparto. Pablo es una persona que respeto, lo valoro mucho. Compartimos la campaña del año pasado. El socialismo no es un partido cerrado. Ha sido el partido que más ha tenido en cuenta los resultados de las últimas votaciones. Tanto 2015 como 2017 fueron mensajes de los rosarinos al Frente y al socialismo y fuimos de las pocas fuerzas que receptó ese mensaje y cambió las formas de ver las cosas. El gabinete de Mónica Fein es muy plural y diverso. No solamente incluye a muchos actores de otros partidos, sino también a independientes. Somos un partido que puede cometer errores, como cualquier otro, pero la autocrítica caracteriza este tiempo y hemos actuado en consecuencia.
-¿Que falló en 2017, cuando Javkin lideraba, usted era la segunda de la lista y terminaron en tercero lugar detrás de Cambiemos y el PJ?
-La gente mostró enojo con algunas cosas, la gestión tomó nota y es indudable el escenario electoral de 2017, donde claramente la grieta atravesó. Fue muy difícil discutir de lo local. La discusión fue nacionalizada y ganó Cambiemos en un momento donde el sello estaba muy fuerte. Hoy el escenario es otro.
-Rosario es uno de los distritos más hostiles para la imagen del presidente Macri. ¿Eso se traslada de manera directa al candidato PRO, a Roy López Molina?
-En parte sí y en parte no. Acá hay dirigentes en Cambiemos que ya tienen nombre propio, pero el desafío, repito, va a ser llevar la discusión a los temas de la ciudad. No se va a discutir quién es el presidente, cuales son las políticas nacionales. Lo importante es discutir sobre Rosario más allá del color político.
-¿El sello Cambiemos no está tan fuerte?
-No vemos que esté tan fuerte en este último tiempo, pero hay varios dirigentes del PRO que tienen su recorrido e imagen y en esto lo más importante que podemos ofrecer es hablar de la ciudad y sus desafíos. Tenemos que discutir los temas concretos que les preocupan a los rosarinos.
.En cuanto al otro rival, ¿la potencia del PJ es superior a elecciones anteriores?
-Hoy hay figuras que vienen de muchas elecciones. Me cuesta hablar de esto. En mi caso puedo decir que es mi primera elección con mi nombre. Tengo que crecer en términos de conocimiento. Mi fuerte es conocer los problemas de la ciudad. Me falta mucho para aumentar en términos de conocimiento, porque siempre he tenido un rol de un perfil más bajo, de ocupar lugares más técnicos. Recién el Concejo me dio un poco más de visibilidad, pero nunca tuve una campaña encabezando una lista.
-¿Inseguridad y narcotráfico son los principales puntos débiles del oficialismo?
-El tema de la inseguridad es mi prioridad, porque entiendo que es una prioridad para la ciudad. Uno escucha a mucha gente hablar de inseguridad y narcotráfico. Es momento de que la política deje de hablar tanto y haga más cosas. Muchos de los que nos quieren dar lecciones de seguridad no pueden hacer que un colectivo entre a un partido de fútbol. Hace falta más trabajo conjunto de ver para dónde avanzamos. La provincia avanzó mucho en este tiempo: pasamos de patrulleros Corsa a patrulleros inteligentes, de tener una policía no capacitada a tener una profesional con un periodo de formación de dos años, de no tener nada a una Central de Inteligencia.
-Al gobernador Miguel Lifschitz se lo ve con ganas de entrar en la escena nacional. ¿Es su momento y el del partido después de algunas insinuaciones?
-Está muy complicado el escenario nacional. Como partido de tantos años y al mirar lo que pasa en otras provincias, sabemos que Santa Fe es distinta. Nuestro mayor objetivo es tener una pata en lo nacional, que llevemos esto al gobierno nacional. Pero lo veo difícil. Tenemos tanta división y el peronismo no termina de realinearse. Miguel tiene mucho para dar en esto, es un gran gestor, tiene en su cabeza muchas de las cosas que Argentina necesita y lo hemos demostrado en Santa Fe. Si Argentina tuviera el nivel de inversión que tiene Santa Fe, seriamos otro país. Pueden cambiar las cosas, el escenario no está cerrado, pero el objetivo que tenemos es constituirnos en una alternativa nacional que ofrezca algo distinto a este país.