Tras los ataques a sedes del gobierno, la Legislatura y a dos autos en el playón del Ministerio de Seguridad el jueves por la noche, fue desplazado de su cargo el superintendente de Inteligencia Criminal de la Policía Bonaerense, Héctor Valentín Puente. Desde la cartera que conduce Cristian Ritondo explicaron que existía una evaluación negativa del desempeño previa a esos hechos, pero que lo ocurrido en La Plata aceleró la decisión.
Si bien la noticia del desplazamiento de Puente trascendió el sábado, según la agencia DIB la decisión se habría tomado el viernes, 24 horas después del ataque a las puertas de la sede del Ministerio de Seguridad, que se dio casi en simultáneo con agresiones a un edificio donde funciona un anexo de la cámara de senadores, a la Gobernación y a un Banco. Todo en un radio de un kilómetro. La marcha, como se sabe, fue para reclamar por la aparición con vida de Santiago Maldonado.
Por esos hechos, que investiga la fiscal Ana Medina, de la UFI 1 de La Plata, aún no hay detenidos. Tampoco se previeron y, por lo tanto, no fueron impedidos, pese a que al menos tres de los ataques ocurrieron luego de una marcha de la multisectorial de La Plata que había sido anunciada por todos los medios.
En ese contexto se produjo el desplazamiento de Puente, que será por el momento reemplazado por su segundo, Víctor Carro. Por encima de ellos sigue, en tanto, sigue el civil Vicente Ventura Barreiro, subsecretario de Planificación, Gestión y Evaluación del Ministerio de Seguridad.
Desde el entorno de Ritondo explicaron que existía una evaluación negativa previa del desempeño de Puente y que “hace un mes se lo puso en observación, como no mejoró iba a ser corrido la semana que viene”. Aceptaron, en ese contexto, que lo ocurrido en La Plata aceleró la decisión. “Fue la gota que colmó el vaso”, explicaron.
Un detalle terminó de complicar a Puente: el ataque en Seguridad se dio minutos después de lo ocurrido en la Gobernación, la Legislatura y el Banco, por lo que pudo haber, además de la imprevisión, un bache en la vigilancia, ya que solo unas siete cuadras separan un escenario de los otros.