-Hace un tiempo contamos sobre su rol de “celestino” con los intendentes de Buenos Aires. ¿Cómo nació esa idea?
-Tenemos un pequeño campito en Mercedes, que era de mi mujer, y en el año 2012 empezamos a visualizar que había que hacer algo para mejorar la confianza entre los que tenían responsabilidades institucionales. Porque la confianza es la base absoluta de la construcción de la República. Si vos no tenés confianza, aun entre gente que piensa diferente, no podés acordar plataformas comunes. Y así, muy tímidamente, empezamos con el hijo de mi mujer a pensar en hacer reuniones con los intendentes. Él les fue a tocar el timbre a cada uno de ellos, diciéndoles que tenía un mandato de Adrián Werthein. A esa tarea se sumó también Jorge Ferronato, que es director del CBC de la UBA y vecino mercedino. Fuimos y les tocamos el timbre a treinta jefes comunales y les blanqueamos que queríamos hacer un almuerzo para conversar, con una sola condición: iba a ser un almuerzo sin periodistas ni fotos, nada saldría en los medios. La idea era armar y construir confianza. Este esquema se cumplió religiosamente. Se hicieron 27 almuerzos en los que estuvieron 130 intendentes de la provincia de Buenos Aires. Y ocurrieron cosas extraordinarias. Por ejemplo, la conformación del Frente Renovador.
“Nos habíamos comido la gallina de los huevos de oro y tuvimos una fiesta artificial.”
-¿El massismo se formó en esas reuniones?
-No, eso lo hicieron ellos por las de ellos, pero coincide la fecha, porque ellos se reunieron en diciembre de 2012 y nosotros arrancamos con los almuerzos de intendentes en marzo. Por lo cual, los que iban a integrar el Frente Renovador empezaron a venir a nuestros encuentros y se empezaron a conocer. Había radicales, también gente del partido gobernante.
La cosa fue así: el 31 de diciembre de 2012, Sergio Massa fue a festejar Año Nuevo a la casa de (el ministro de Gobierno bonaerense) Joaquín De La Torre en Pinamar. Entre los dos dijeron: “Si acá no hacemos algo vamos a tener la re-re, Cristina eterna se va a consagrar”. Y entre los dos acordaron hacer un nuevo partido político que se llamó Frente Renovador. Joaquín y Sergio empezaron allí a hablar con intendentes que no estaban de acuerdo con la re-re y así formaron.
-En algún momento hubo empresarios participando de esos eventos.
-Empezamos sin empresarios y después hubo algunos, pero no es un encuentro de empresarios sino de reflexión, pensamiento y creación de confianza. Por ejemplo, recuerdo uno muy lindo en el que estaba Héctor “Cachi” Gutiérrez, intendente de Pergamino en aquel momento (hoy diputado nacional), radical y actualmente en el GEN; y también estaba Luis Acuña, intendente de Hurlingham. No se conocían. Cachi se le acercó a Acuña y le dijo: “Mire, don Luis, yo a usted no lo conocía”. Acuña le respondió que tampoco lo conocía a él. Y Gutiérrez le contestó que era lógico que no se conocieran porque el ministro de Infraestructura (de la Nación, Julio De Vido) lo sentaba a uno de ellos afuera del salón de actos y al otro último en la fila de adentro.
El campo en el que estábamos se llama La Angelita y esto es un simbolismo: que un hombre que es un viejo barón del peronismo, que tiene una tradición auténticamente peronista, y otro que no la tiene, que es puro radical, se encuentren, se sienten y confiesen que ninguno de los dos está de acuerdo con las políticas que ellos consideraban que no eran equitativas con las intendencias.
Después pasó lo mismo con Humberto Zuccaro (ex intendente de Pilar) y Mario Meoni (ex intendente de Junín) y se terminó de unir al Frente Renovador.
“El tiempo de Cristina ya fue. Lamentablemente, su gobierno le ha hecho un enorme daño al país.”
-Menciona en su mayoría a jefes comunales no alineados directamente al kirchnerismo.
-Tuvimos de todo. Por caso, el hermano de Wado de Pedro, Juan Ustarroz (intendente de Mercedes), también es asistente, al igual que el de Navarro (Santiago Maggiotti), que también es filo K. No nos importa si es filo K o no. Hablamos, no hay debate, todos se escuchan. Dios nos dio dos oídos y una boca y siempre hablamos cuatro veces más de lo que escuchamos. Hay algo entonces que no está bien. La regla que se impuso es que yo tuviera el rol de bastonero, que distribuyera la palabra.
RENOVACIÓN Y CRÍTICAS A AMADEO.
-Mencionaba dirigentes, algunos de ellos jóvenes. En un escenario pre electoral, más que quién pueda ganar, la pregunta que se hacen empresarios e inversores es si el macrismo es una transición hacia algo de un perfil similar. Pretenden continuidad en las maneras, más que en la política. ¿Cómo lo ve? ¿Hay candidatos a mediano plazo en Cambiemos y la oposición?
-El núcleo es la República, porque con la democracia sola no alcanza. Acá hay que resolver el problema de la representación, porque nosotros no elegimos los candidatos: los eligen los que arman las listas. Y eso vulnera el principio de una democracia representativa, republicana y federal.
-Me refería concretamente a los liderazgos, a las personas que puedan disputar cargos de peso.
-A nosotros nos gustaría que se instalara en Argentina un modelo de cierta estabilidad. Y los candidatos jóvenes escasean porque todos se han formado en un esquema de poder interferente de todos los poderes.
“Creo que con el kirchnerismo las cosas no anduvieron bien. Para mí, fue un espejismo.”
- Usted tuvo contacto con líderes, hace unos días con la canciller alemana, Ángela Merkel. ¿Los que visitan el país ven este escenario? ¿Les importa el devenir de la política interna? ¿Preguntan por esto?
-Estos temas se sobreentienden. En el caso de Merkel, se va a presentar nuevamente para ser reelegida y a nadie en Alemania se le ocurriría limitar la reelección de un primer ministro. Porque ese cargo es el primero que cumple con la ley y, si no cumple, lo van a sacar. Nosotros hoy necesitamos la alternancia como manera de formar nuevos políticos y también como un medio anticorrupción.
Yo la escuché a Merkel, la saludé en el templo (visitó una sinagoga en la calle Córdoba) y luego en la cena en el CCK. Y ya la había escuchado en Alemania, donde ahí sí tuve más contacto. Allá hizo un acto muy importante en la Puerta de Brandemburgo contra el antisemitismo y la discriminación y dio uno de los discursos más espectaculares que yo he escuchado.
-Ya que menciona el tema del antisemitismo, ¿cómo tomó las referencias de Eduardo Amadeo (diputado del PRO), que esbozó una identificación de Merkel con el nazismo y dio a entender que llegaba aquí a reconciliarse con el pueblo judío?
-No lo estoy siguiendo a Eduardo, porque es así (con el índice dibuja en el aire un zigzag); es sinuoso. Lo que dijo no sólo que es un error, sino que hay que ser un ignorante para pensar eso. Eduardo debería escuchar el discurso de Merkel, porque no tiene nada que ver con la Alemania nazi. Miremos cómo vota Alemania en relación a Israel en la ONU, miremos la colaboración tecnológica que hay entre ambos países. Hoy Alemania es el principal aliado de Israel en Europa. Lo que dijo Amadeo muestra que no está en el tema.
VIDALISMO VS. MACRISMO
-Dejando de lado la gestión de ambos, Vidal parece tener mucha más empatía ante cualquier público que el presidente Macri. ¿A qué lo atribuye?
-Te doy mi opinión, pero no es la única. Vidal tiene una particularidad dentro de la política argentina: es una persona que irradia credibilidad. Es la misma cuando toca el timbre, cuando la ves en el Banco Provincia, cuando la ves en Gobierno, cuando dice un discurso o cuando está con sus hijos. Eso es un ser raro en la Argentina. Ese rasgo se valora socialmente. Pero lo que más me llama la atención no es que tenga credibilidad, porque hay mucha gente que la tiene y no es conocida, sino la valoración que la ciudadanía le da a la credibilidad que ella irradia.
En relación con Mauricio, creo que también tiene mucha credibilidad pero una exposición política diferente. No es lo mismo el Presidente que el gobernador de la provincia y tiene que laudar entre muchos intereses que la gobernadora no tiene. El paraguas que Macri le ofrece a la gobernadora es excepcional. Hace muchos años que no vemos dos gobiernos tan en línea.
-Más allá de eso, si se observa el fenómeno electoralmente, Vidal ganó incluso en lugares en los que la gente votó a Sciol. Es por lo menos curioso el fenómeno.
-Ahí no podés dejar de considerar quiénes eran las alternativas. Cuando uno mira las alternativas del Frente para la Victoria en Buenos Aires, ve que la gobernadora era la mejor alternativa. Entiendo que hubo gente que, si hubiera encontrado otra vertiente menos contrastante que la de Vidal, hubiese votado otro candidato.
-Coincide con la tesis replicada de una derrota de Cristina más que un triunfo de Cambiemos.
-Los del FpV no tuvieron el favor de la ciudadanía. Vidal, en cambio, era aire fresco.
-En el almuerzo del Cicyp preparado para la gobernadora, hubo una parte del establishment que casi clamó por Vidal 2019.
-Si nos remitimos a lo que ella dice, que es que le falta mucho por hacer y demostrar, la respuesta es no. Y le creo.
“El Presidente tiene jinetas importantes de haber desafiado su pasado empresario para construir un país para todos.”
-Su familia tiene negocios importantes. Incluso tuvo hasta hace poco Telecom, una firma que por años fue obsesión de los Kirchner. ¿Iba más a Casa Rosada antes o ahora?
-Nunca fui un cortesano, con ningún gobierno. Sí respaldo a los gobiernos legítimamente constituidos, incluso a presidentes que no he votado, como Néstor Kirchner, quien tuvo todo mi apoyo y respaldo. Pero nunca tuve una relación cercana al poder. Me relaciono con las personas, no con el poder. No tuve una relación con Kirchner. Lo conocí, estuve en La Rosada una o dos veces. También conocí a Cristina, pero no más que eso.
CORRUPCIÓN, AUTOCRÍTICA Y GANANCIAS.
-En su primer discurso como titular del Cicyp, casi que hizo una autocrítica del rol de los empresarios en la década pasada. De un tiempo a esta parte estallaron escándalos de corrupción, como el caso Odebrecht. ¿Hay que aggiornar el discurso?
-No quise ser un adelantado, pero si vos no tenés contabilidad no podés mejorar tus números. Y si no tenés registro de tu conducta tampoco la podés mejorar. Y nosotros tuvimos una conducta que estuvo muy viciada, no sólo desde Kirchner, sino desde hace muchos años. Me acuerdo que hace mucho tiempo, cuando yo tendría unos 20 años, un embajador de Estado Unidos en la Argentina vino a comer al Banco Mercantil. Me acuerdo que en la mesa Castro le dijo a mi padre, que era el presidente del Banco: “Dime tú, Noel, ¿qué pasa en Argentina? Uno anda y los autos pasan por un lado, por el otro, frenan, no usan las luces, tocan bocina”. Y mi padre le contestó con una humorada: “¿Sabe lo que pasa? Nuestro tránsito es un poquito desorganizado y, además, tenemos una arquitectura vial no adecuada a estos tiempos”. Otro de los invitados que estaban pidió la palabra y explicó que la vulneración de la autoridad es algo histórico en el país, desde los años mismos del virreinato. Y que no sólo que vulnerar la ley no tiene sanción sino que en muchos casos es visto como un gesto patriótico. Eso refleja que, como sociedad, tenemos poco apego a la ley. Para tenerlo necesitás una gran ejemplaridad de los dirigentes y eso escasea. En los empresarios, también.
-Pongamos el ejemplo más burdo y gráfico: los bolsos de José López en el monasterio. Eso no parece ser únicamente corrupción o falta de apego a la ley vinculada al kirchnerismo, sino algo compartido con el sector privado.
-Yo una cosa así, a esos niveles, no lo he visto nunca. También hay escalas de corrupción: sos corrupto si no pagás tu impuestos, sos corrupto si hacés trata de blancas y sobornás funcionarios, sos corrupto si cooperás con el narcotráfico y si vendes en tu empresa y facturás en negro también sos corrupto, pero son diferentes niveles. El grado de deterioro que vemos alcanza a toda la sociedad. Al empresariado le faltó autocrítica, pero hoy creo que eso cambió, hay más confianza en los valores que promueve esta administración y todo el mundo quiere hacer las cosas bien. El blanqueo (de capitales) es una demostración de eso, cuando algunos escépticos decían que iba a ser un fracaso. Esto demuestra que hoy la gente no quiere tener sus recursos sin registrar.
“Si Macri mencionó a Recalde por los juicios laborales debe tener información de que eso está ocurriendo en la realidad. No lo veo acusando irresponsablemente a cualquiera porque sí.”
-¿Será que hubo poca autocrítica porque hubo buenos negocios en la última década? A la mayoría de los empresarios le fue muy bien, reconocido por ellos mismos.
-Creo que las cosas no anduvieron bien. Para mí, fue un espejismo. Eso no es que te vaya bien. Que te vaya bien es que le vaya bien al país. ¿De qué me sirve a mi llenar mis arcas para vivir entre la miseria? El empresario que cree que le fue bien ganando plata en esas condiciones es un oportunista de mala fe. A vos te va bien si al país le va bien. Te va bien si a la gente se le ofrece una puerta inclusiva y no como fue durante el Gobierno anterior, que eran todas compensaciones de la exclusión. Querían sostenerse en el poder con gente en la pobreza y la ignorancia. Yo creo que más bien anduvieron mal las cosas.
La actividad del empresario no es solo hacer dinero. El vector esencial es ser funcional a una sociedad que pueda crecer en su conjunto. No comparto cuando algunos comunicadores nos dicen que nos llenamos de plata.
-¿Cree que a Macri lo complica venir del empresariado y de una familia vinculada a sospechas de corrupción?
-Él hace muchos años que dejó la actividad privada. La realidad es que desde siempre escuchamos que los empresarios no son buenos para la sociedad argentina. El mérito del empresario acá es muy poco reconocido. Nos asocian con los que tuvieron negocios espurios con el Gobierno, con la patria contratista, pero hay infinidad de empresas extraordinarias y de las que se habla poco. Arcor, Bunge y Born, Molinos, etc. El empresario no tiene una buena imagen y los políticos no se han preocupado porque la tengan porque muchas veces fueron favorecidos con negocios. Respecto a Macri, creo que lo alcanza esa generalidad de tener un origen empresario, pero a eso no se dedica hace décadas.
-Pero las compañías de su familia sí fueron parte de esa patria contratista que menciona.
-La empresa familiar fue una empresa como tantas otras que trabajó en la Argentina que le tocó. Al contrario, para mí el presidente tiene jinetas importantes de haber desafiado su pasado empresario para construir un país para todos. Un país con verdad, en el que no teníamos Indec ni sabíamos dónde estábamos parados.
ECONOMÍA EN AÑO ELECTORAL.
-Tal como mencionaba, uno de los logros del Gobierno es la normalización de las estadísticas. Hoy hay otros problemas, como la inflación y sectores económicamente muy críticos. ¿Cómo llega la economía a las elecciones?
-Por las informaciones del Inde y algunos economistas que sigo, veo que la Argentina está decididamente creciendo. Recuperó más de 120 mil puestos de trabajo que se habían perdido. Son indicadores concretos de crecimiento. La pregunta sería cuánto tiene que crecer la Argentina para que derrame en sectores de menores ingresos un bienestar perceptible. Si le preguntás a un economista, te dice que para que la base más achatada en materia de ingresos pueda percibir algo deberíamos crecer a un ritmo parecido al 5%. Pero hoy estamos creciendo arriba del 3% y vamos a terminar en 2,4% o 2,5%. Y sin estimular artificialmente el consumo. Nos habíamos comido la gallina de los huevos de oro y tuvimos una fiesta artificial que hoy cuesta poner en movimiento. Todos se quejan de la falta competitividad y hay que bajar impuestos, pero acá en 30 años no se hizo un camino.
“El tiempo de Cristina ya fue. Lamentablemente, su gobierno le ha hecho un enorme daño al país.”
-Con esos dos o tres puntos, no habrá crecimiento real sino un empate a la pérdida del 2016.
-Pero estuvimos diez años sin crecer. La gente empezó a darse cuenta de que necesita otra dirigencia, pero no me animo a decirte cómo va a votar la gente. Siempre pensamos que votan con el bolsillo y eso es lo que nos enseñaron. Y puede ser, no digo que no. Pero, además del bolsillo, vota por otras cosas: por ejemplo, por poder llevar a los chicos al colegio y no quedarse en la casa porque no hay arreglo con los docentes. Hay países del mundo en los que si sos servidor público no tenés derecho a la huelga.
-Más allá de la incertidumbre, si tuviera que arriesgar un ganador en las legislativas, ¿quién sería?
-No sé. No tiene mucha importancia esta elección. Si el Gobierno se llevara todas las bancas, incluso no tendría quorum propio ni mayoría. Esta elección tiene un valor más bien simbólico. Hoy, el tema seguridad pondera fuerte, la educación pondera fuerte, la salud también. Se ven obras por todos lados.
-Esas mejoras se perciben, sobre todo, en sectores medios y altos. ¿Y los que están más abajo?
-¿Y qué opción tiene ese sector? Si el país no crece, ese sector no se arregla. El votante va a tener que resolver si va a votar por una política que cree que es más favorable a sus intereses. Si van a votar una política que promete más subsidios ya te doy el resultado. No va a ser bueno.
LA “MAFIA” DEL JUICIO LABORAL.
-Macri le tomó juramento al canciller Jorge Faurí y mencionó allí que la industria del juicio laboral es una mafia y le pegó directo al kirchnerista Héctor Recalde. ¿No le hizo acordar a Cristina escrachando al abuelito que le compró dólares a su nieto?
-Estuve ahí. El Presidente tiene razón: la conflictividad laboral es enorme en Argentina y eso impacta en la generación de empleo y quiebra muchas pymes, que con dos juicios dejan de trabajar. Lo que Macri dice de la industria del juicio también es verdad. Hay estudios de abogados que están cartelizados. Por ejemplo, nosotros tenemos una de las ART más importantes del país. Los remiseros que llevan a los que están reponiéndose de algún accidente les preguntan a estas personas si tienen abogados y, si no tienen, les ofrecen una tarjeta. Tuvimos que cambiar todo el sistema de remises porque eran promotores de negocios con abogados.
-¿Y el apunte particular al laboralista y diputado Recalde?
-Distinto hubiera sido que el Presidente acusara a un privado, porque la fuerza ahí es muy asimétrica. Pero cuando habla de Recalde se refiere a un diputado, que es el jefe de la bancada del FpV, y si lo hizo es porque debe tener información de que eso está ocurriendo en la realidad. No lo veo a Macri acusando irresponsablemente a cualquiera porque sí.
-Con el consumo cayendo fuerte, ¿no es un poco forzado el argumento de que las empresas cierran o quiebran por los juicios laborales?
-No, a las pymes la conflictividad laboral las pone fuera de combate. Una pyme con diez empleados que pierde un juicio, está cocinada. Las grandes tienen más defensa.
UNO POR UNO.
-Para terminar, la propongo un ping pong. ¿Margarita Stolbizer?
-Margarita es una buena diputada. La veo a ella y lamento las cuestiones individuales que ha tenido que pasar. Tiene realmente un gran valor, adoptó una posición de lucha inflexible contra la corrupción y allí hace lo mejor que puede. Es un personaje que hace un gran aporte a la transparencia.
-¿Sergio Massa?
-Es un tipo muy inteligente, con una gran capacidad. Lo veo con algunas dificultades para conservar su núcleo de pertenencia. Es como que hay mucha gente que estuvo con él y que ahora no está y no sé por qué. Tiene gran futuro y quizás le pase eso porque es un hombre joven.
-¿La ida de De La Torre fue un punto particularmente problemático para ese espacio?
-Cuando se fue del FR, sí. Lo de (el intendente de San Martín, Gabriel) Katopodis también fue un problema. Porque son dos intendentes que tienen mucho peso específico sobre el resto. Tengo afecto por Sergio.
“Si la gente va a votar una política que promete más subsidios, ya te doy el resultado: no va a ser bueno.”
-¿Cristina Fernández?
-Su tiempo ya fue. Sería de esperar que abriera el paso para que otros hicieran el trabajo que hay que hacer. Su gobierno, lamentablemente, le ha hecho un enorme daño al país.
-¿Mauricio Macri?
-Está haciendo bien las cosas. Tiene dificultades que afrontar. Y lo hace con relativo éxito.
-¿Florencio Randazzo?
-Hay que ver qué capacidad de obstrucción tiene Cristina. Pero estas PASO van a servir para ver qué pasa. Randazzo está más aggiornado que otros, pero Massa es bastante más aggiornado que él. El ex ministro tiene un problema, que es su entorno, que estaba al lado de Cristina hasta antes de ayer.
-¿Elisa Carrió?
-Es un personaje muy importante en Argentina. Ella adopta el deber ser y la cuestión ética, pero hay otros problemas nacionales a los que tendría que aportar. Me gustaría verla opinando sobre salud y educación y sobre temas generales.