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A 60 días del cierre de listas Macri posa con el Momo para "peronizar" su imagen

El Presidente recurrió al líder del Partido Fe, que integra Cambiemos, para capitalizar la división del sindicalismo y mostrarse con un sector marginal del cegetismo en pleno Día del Trabajador.

"Un señor dijo hace muchos años que la estrella polar de un país tiene que ser la productividad. Ese señor dijo que cada argentino tiene que producir lo mismo que consume y nosotros lo podemos hacer, ¿no es cierto? Y podemos hacer mucho mas que eso.  Ese señor fue Juan Domingo Perón", dijo el presidente Mauricio Macri y las más de mil personas que estaban en el microestadio de Ferro, en el barrio porteño de Caballito, le respondieron con un aplauso. "No va mas el país de la ventajita, el país de la patota, con comportamientos mafiosos. La Argentina es de todos los argentinos y no me voy a bancar a ninguno que nos quiera llevar por delante porque yo estoy acá por ustedes, no para defender a ningun mafioso", dijo el líder de Cambiemos al lado del socio más pequeño de la alianza de gobierno, el titular del gremio de peones y estibadores rurales Gerónimo "Momo" Venegas; jefe de las 62 Organizaciones Peronistas de la CGT y titular del Partido Fe, la fuerza política que integra al oficialismo y se promociona como "el peronismo dentro de Cambiemos". 

 

El escenario elegido fue el mismo que ocupó Horacio Rodríguez Larreta en 2015 para cerrar su campaña a jefe de Gobierno porteño. Esta vez la logística del PRO, y también del Gobierno Nacional, estuvieron al servicio del "Momo" para que el congreso nacional partidario sólo fuera la previa del plato fuerte del evento: un cierre a cargo de Macri con el sindicalismo oficialista en medio del Día del Trabajador. La escena tuvo un alto impacto en los medios por la presencia del mandatario en un acto sindical durante el 1° de Mayo, pero sumó un doble voltaje gracias a la dispersión de los demás eventos organizados por la CGT y las dos CTA, previstos para conmemorar la misma fecha. Por primera vez desde que llegó a la Casa Rosada, Macri tuvo su propio cotillón sindical para meterse, una vez más, de lleno en la interna del peronismo de la mano de Venegas, el socio más importante del oficialismo dentro de la CGT, y el máximo exponente sindical que promovió el ministro de Trabajo Jorge Triaca para evitar la unificación de la CGT, que es conducida por un triunvirato unificado que concentró a las tres vertientes desde fines de agosto. En medio de ese accidentado proceso, Venegas fue el más obstinado opositor de la reunificación en nombre de las 62 organizaciones, el añejo conglomerado del sindicalismo peronista que Perón definió como el espacio articulador del gremialismo dentro del Partido Justicialista. 

 

En Ferro los rastros de esa herencia fueron escuálidos y blindados por una custodia muy similar a las patotas que el jefe del Estado dijo combatir. Entre los mil asistentes, el grueso estuvo en manos de la Unión Argentina de Trabajadores y Estibadores Rurales (UATRE), que conduce el Momo, y además de otros gremios que poseen una presencia marginal dentro del entramado cegetista, como el Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (SUTCAPRA) que aportó a sus afiliados, más conocidos como "patovicas", para garantizar la áspera seguridad del evento, que también contó con el aporte del Sindicato de Policías y Penitenciarios (SINPOPE), otra organización sindical de estrecha relación con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. La lista de gremios presentes superaba los dedos de la mano. Entre ellos estaban el Sindicato Unido de Portuarios Argentinos (SUPA); el gremio de obreros del vidrio, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que estuvo intervenido por la funcionaria y diputada del PRO Gladys González,  la Federación Nacional de Conductores de Taxis, que encabeza José Ibarra; el gremio de personal del espectáculo (SUTEP), el sindicato de remiseros y la Asociaciópn del Personal Superior del Congreso de la Nación. 

 

Por el oficialismo, asistieron el Jefe de Gabinete, Marcos Peña; el Secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis y los ministros Bullrich, Sergio Buryaille (Agricultura), Sergio Bergman (Ambiente), Guillermo Dietrich (Transporte) y Triaca (Trabajo), que ofició como una de las figuras articuladoras de la escenografía que protagonizaron el Momo y Macri. En las filas de funcionarios del Gobierno también posó en el escenario el viceministro de Trabajo Ezequiel Sabor, ex titular de la secretaria laboral porteña y protagonista de una dura interna con su jefe inmediato. Nada impidió que fuera al acto, aunque durante el evento el vice y su jefe se prodigaron gestos amargos en medio de las sonrisas del elenco oficial. Por el gobierno porteño no asistió el alcalde Rodríguez Larreta, que envió a su vice Diego Santilli, que todavía amasa una buena relación con el líder camionero Hugo Moyano, amigo de Macri, pero antagonista del Momo. De los sectores del peronismo adyacentes a la estrategia que conduce Venegas para formar parte de las listas de diputados nacionales de Cambiemos, acompañaron los dirigentes y empresarios Osvaldo Mércuri, Carlos Brown y Jesús Cariglino, además del intendente de San Pedro Cecilio Salazar. No fue el único mandatario comunal: también se dejó ver el jefe municipal de Vicente López  y primo presidencial Jorge Macri, junto al titular del PRO Humberto Schiavoni.

 

Así como el Presidente celebró el pasado 1 de abril la ausencia de colectivos y choripanes en la marcha promovida desde el Gobierno para cosechar apoyo, un mes después, el encuentro organizado por Venegas desbordó de transportes escolares y aromáticos choripanes en todas las puertas del microestadio. El jefe del Estado no los ponderó, pero tampoco los descalificó como hizo hace un mes atrás.

 

"Feliz Día del Trabajador. Gracias 'Momo' querido por esta invitación. Quiero decirte gracias por creer, por empujar siempre, por convocarnos en este lugar", celebró el Presidente antes de vaticinar que se avecina el "camino a la felicidad" en otra puesta en escena donde habló con un joven de la juventud sindical del Momo que estaba en primera fila. "Vengo de Estados Unidos y le hable de vos, de todos los que estamos en este país que son buena gente, que somos buena gente", le habló Macri al muchacho de UATRE, mientras se escuchaban los cantos proselitistas del PRO "sí se puede", y las reinvidicaciones de los militantes del partido Fe, que se autodefinían a puro grito como "el peronismo dentro de Cambiemos". "Parece que fue ayer cuando hacíamos el cierre de campaña de 2015 y se escuchaba fuerte 'sí puede, sí se puede'. Por que sentíamos que estaba cerca ese cambio que tanto deseábamos, por el que tanto habíamos trabajado", celebró el mandatario. 

 

El baño de peronismo sindical y conservador que se dio parte del Gabinete dentro de las escuálidas filas de las 62 Organizaciones estuvo acompañado por anuncios oficiales que nadie puso en duda ni cuestionó desde las disciplinadas gradas. "Todos aquellos que tienen planes puedan trabajar sin perder" su Plan Trabajar, prometió Macri y sostuvo que "desde agosto" se crearon "82 mil puestos de trabajo formales". Desde la cartera de Trabajo, que conduce Triaca, "todos aquellos que tengan uno de esos planes podrán trabajar sin perder ese plan y las empresas podrán incluir ese plan como parte del salario para facilitar que los pueda tomar. Es a cientos de miles de argentinos que le abrimos una puerta para que vuelvan a ser parte porque los necesitamos", arengó Macri en referencia al nuevo plan "Empalme", que buscará que el subsidio laboral sea parte del empleo que tome cada persona, en el hipotético caso de que consiga trabajo. El monto del beneficio irá en forma directa a la cuenta del salario en caso de que el trabajador encuentre un empleo en el sector privado asalariado formal. 

 

Javier Milei el día de su asunción.
Mauricio Macri quiere probar su relación con el electorado cordobés.

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