En su primera visita de Estado a Brasil, el presidente Mauricio Macri se mostró en fina sintonía con su par Michel Temer, el vice que destituyó a Dilma Rousseff, quien resaltó que “no hay tabúes en la relación” entre ambos países, que comparten una complicada coyuntura económica signada por los niveles de recesión y desempleo.
Tras la firma de una serie de acuerdos sobre integración económica y física, los mandatarios hicieron notar sus coincidencias y, más allá del vínculo bilateral, apuntaron a fortalecer el Mercosur, cuya presidencia está en manos de la Argentina durante este primer semestre. El organismo regional resulta estratégico para sus dos socios principales en el marco de la incertidumbre que abrió la asunción de de Donald Trump en Estados Unidos, con las primeras señales de una política proteccionista.
En una conferencia conjunta en el Palacio del Planalto, en Brasilia, Macri llamó a que “2017 sea un año de inflexión positiva para el crecimiento del Mercosur”, al que consideró parte de “una alianza estratégica”, y enfatizó que “se abre una oportunidad de negociación con la Unión Europea”.
El Presidente argentino señaló que el encuentro con Temer es el puntapié inicial “para la reunión del G20 en 2018”, un “evento que nos tiene que servir para posicionar más a la región”, y por otra parte se refirió a la decisión de Trump, de construir un muro a modo de frontera con México.
“Este cambio de escenario hace que México mire hacia el sur. Estamos abiertos a profundizar el diálogo y cooperar con México, y esperamos que se llegue a un razonable acuerdo con Estados Unidos en esta nueva etapa”, dijo Macri, quien antes de viajar a Brasil se comunicó con el presidente Enrique Peña Nieto.
Por su parte, Temer habló de un “momento de especial convergencia entre Brasil y Argentina”, entre otras cosas por “la urgencia en materia de generación de empleos” y “el fortalecimiento de la competitividad”. “Tenemos modos semejantes enfrentar los desafíos. Nuestro gobierno es un gobierno de reformas, y nosotros estamos siendo osados para hacer las reformas necesarias para Brasil”, aseguró el sucesor de Rousseff.
En este sentido, sostuvo que “no hay tabúes en la relación entre Brasil y Argentina” y agregó: “Concordamos en que es necesario aprovechar la convergencia entre ambos países. Avanzamos en temas como seguridad de las fronteras y perfeccionamiento de la integración física, y coincidimos en eliminar obstáculos al comercio”.
Macri desembarcó esta mañana en la base militar de la capital brasileña, donde fue recibido por Temer y el canciller brasilero José Serra. Integraron la comitiva argentina el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra; los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, de Producción, Francisco Cabrera, y de Agroindustria, Ricardo Buryaile; los gobernadores de Córdoba y Misiones, Juan Schiaretti y Hugo Passalacqua; y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
Si bien se trata de la primer visita oficial de Macri a Brasil, Temer precisó que fue el tercer encuentro entre ambos en seis meses.