SOSPECHAS BILATERALES

Macri visitará a Temer por siete horas bajo la sombra del caso Odebrecht

Argentina tiene la presidencia del Mercosur. La visita estaba prevista desde octubre, pero sucede cuando las revelaciones de coimas pagadas por la constructora salpican al jefe de la AFI.

Brevísima, protocolar y con poco espacio para los contactos con la prensa. Así se preanuncia la visita oficial que realizará el presidente Mauricio Macri a Brasil. "Se extenderá por unas horas" en Brasilia, según informó un comunicado de la Presidencia de la Nación. El gesto que el mandatario acordó con su par brasileño Michel Temer en octubre último no superará las 7 horas de gira, en una ajustadísima agenda que arrancará a las 9.30, hora argentina y concluirá luego de las 15.

 

El primer capítulo se realizará en el Planalto a las 10. Macri llegará acompañado por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, el Secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, el ministro de Producción Francisco Cabrera y los gobernadores de Córdoba y Misiones, Juan Schiaretti y Hugo Passalacqua, además del diputado nacional Daniel Lipovetzky. También participarán el jefe de Gabinete Marcos Peña y la canciller Susana Malcorra que viajaron este lunes para anticipar parte de la agenda bilateral que Temer relanzó en octubre, luego de asumir el cargo tras el "impeachment" que afrontó la ex presidenta Dilma Rousseff por el caso Lava Jato, la investigación que comenzó en 2014. 

 

Mejor no hablar. El caso, publicitado como la investigación sobre corrupción más grande de la historia de Brasil, ya generó investigaciones en otros 40 países y gira en torno a una red de corrupción y lavado de dinero que involucra a los mayores contratistas y grandes empresas de infraestructura en Brasil, a la compañía petrolera estatal Petrobras, y al gigante constructor Oderbrecht. Su ex presidente Marcelo Odebrecht, heredero de la empresa está preso desde junio del 2015 y cumple con una condena a 19 años de cárcel. En prisión aportó información al Departamento de Justicia norteamericano que considera que existe una red internacional de pagos de sobornos por parte de la contratista Odebrecht que junto a otras subsidiarias entre 2001 y 2016 pagaron mas de 1.000 millones de dólares en coimas para desarrollar cien proyectos en Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela. Doce países.

 

El 11 de enero de este año el caso Lava Jato, que ya salpicaba a Temer, golpeó las puertas de la Casa Rosada, del despacho del presidente Macri y de su jefe de inteligencia Osvaldo Arribas. Ese miércoles el periodista Hugo Alconada Mon publicó en el diario La Nacion que el operador y cambista paulista Leonardo Meirelles, "condenado por la justicia de su país por su rol en la investigación Lava Jato transfirió más de medio millón de dólares a una cuenta del actual titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, en cinco pagos que comenzaron un día después de que, en septiembre de 2013, se reactivara el contrato para el soterramiento del tren Sarmiento para el gigante brasileño Odebrecht. Meirelles se acogió luego al régimen de la "delación premiada", y aportó documentación sobre miles de transferencias que hizo para Odebrecht y otras empresas brasileñas, según surge de los registros de transferencias bancarias que integran la investigación sobre Lava Jato en Brasil", reza la publicación que, desde ese día, puso a la administración de Cambiemos ante un complejo acertijo que empeoró desde que Arribas dijo primero que había recibido una de las cinco transferencias por la venta de un inmueble, aunque la semana pasada de desdijo ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de Organismos de Inteligencia y sostuvo que fue una venta de muebles y cuadros.

 

Ya era tarde: el presidente había pasado a la historia apenas le dedicó su primera conferencia de prensa del 2017 y dijo que todavía no había visto el "link" entre esa transacción, el caso Oderbrecht y el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, una obra que en gran parte ha sido adjudicada a IECSA, la constructora que preside Angelo Calcaterra, primo del mandatario y vidrioso poseedor de esos activos desde que el fundador del holding familiar, Franco Macri, decidiera transferirle todas las empresas para proteger a Mauricio durante su primera candidatura a jefe de Gobierno porteño en 2007. 

 

La diputada nacional y socia de Cambiemos Elisa Carrió ya había ratificado ante la Justicia su pedido de investigación sobre Arribas y el 24 de enero el fiscal federal Federico Delgado solicitó una serie de medidas de prueba para determinar el grado de responsabilidad del jefe del aparato de espionaje que depende de la Presidencia de la Nación. Desde entonces la defensa pública del funcionario es un nuevo desafío comunicacional del Gobierno y los esfuerzos de este martes estarán concentrados en que la fugaz visita presidencial no afronte sobresaltos. La relojería del protocolo no será ajena a la prensa. Antes de partir el mandatario concedió dos reportajes a medios brasileños y se espera una conferencia de prensa en algún momento de las siete horas de recorrido. Habitualmente, con suerte, las reuniones bilaterales conceden lugar a una o dos preguntas de todos los periodistas acreditados. 

 

"Cuando viajó la primera vez Dilma estaba en problemas y fue igual. La importancia de Brasil supera a su presidente. Este año Argentina preside el Mercosur y el año que viene le toca a Brasil, es el momento para viajar, lo demás son especulaciones", contestó una fuente de la Casa Rosada ante las consultas de Letra P sobre los interrogantes del caso Lava Jato que podrían empañar el vuelo relámpago, especialmente porque el "link" que el mandatario dice no apreciar ya despertó todo tipo de interrogantes en tierra paulista. 

 

Decreto soterrado. Luego del almuerzo en el Planalto "Macri recibirá la “orden de la Cruz del Sur”. Luego se trasladará al Congreso y será recibido por los jefes del Senado y de Diputados Rodrigo Maia, Eunicio de Oliveira y la titular del Superior Tribunal Federal Carmen Lúcia Antunes Rocha.

 

Antes de la mini gira de hoy, Macri había pisado suelo brasileño como presidente electo. Fue en diciembre de 2015, tres días antes de asumir en la Casa Rosada. Fue recibido por la entonces mandataria Rousseff y por todos los industriales paulistas, principales apoyos de Temer y del presidente sectorial Paulo Skaf. En la agenda de preocupaciones estaba el futuro del crédito que le había otorgado el Banco Nacional de Desarrollo (BANDES) por 1500 millones de dólares para financiar la mitad de la obra que había sido iniciada diez años antes durante el mandato de Néstor Kirchner. El crédito naufragó y Macri intentó destrabar el financiamiamiento con un decreto de necesidad y urgencia, el 767/16, donde destinó 45.000 millones de pesos para la obra adjudicada a Oderbrecht, la española Comsa y la italiana Ghella, que desde 2007 es socia de Calcaterra en la conformación del Grupo ODS (Obras, Desarrollos y Servicios). El decreto fue frenado por el Congreso.  
 

 

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