En la recta final de la campaña, María Eugenia Vidal dedicó el último fin de semana a una recorrida mediática inusual para una dirigente que no es candidata, pero que hace rato se colgó ese traje. La gobernadora bonaerense desplegó toda su artillería antes del acto de cierre de su carrera proselitista, que tendrá lugar este jueves en Lanús.
Vidal participó el sábado de un timbreo por la Provincia y, por la noche, se sentó ni más ni menos que en la “mesaza” de Mirtha Legrand, junto a la primer candidata a diputada de Cambiemos, Graciela Ocaña. Allí, la mandataria denunció que “lo peor de la política sucedió durante años” en su distrito, se mostró cuidadosa al referirse al caso de Santiago Maldonado y hasta le pidió a la “Chiqui”, en tono cómplice, que le consiga un novio.
No fue suficiente con protagonizar la emisión del programa más visto de los sábados. La noche siguiente, Vidal pisó los estudios del canal Todo Noticias, esta vez acompañada por el candidato a senador del oficialismo, Esteban Bullrich. Ambos fueron entrevistados por Alfredo y Diego Leuco en la edición dominical del programa homónimo.
Tan sólo horas después de ese reportaje, Vidal se cruzó a América TV, esta vez con sus candidatos por partida doble, para participar de Debo Decir, el programa que conduce Luis Novaresio. La gobernadora, Bullrich y Ocaña fueron los principales invitados de una emisión que no tuvo presencias de la oposición. Mientras tanto, Elisa Carrió, la postulante de Vamos Juntos en la Ciudad, hacía lo suyo con un raid mediático que incluyó los programas de Jorge Lanata y Luis Majul.
Vidal se juega así sus últimas cartas antes del cierre de la campaña, este jueves en Lanús, el distrito más importante que gobierna Cambiemos, de la mano de Néstor Grindetti, el intendente al que la gobernadora le confía armado político de la Tercera sección electoral. Tanto, que el jefe comunal ya imagina a “Mariu” como la sucesora de Mauricio Macri, según confesó en diálogo con Letra P.