José Ignacio De Mendiguren.

“No hay coordinación, nadie se siente responsable de las cosas salvo el Presidente”

El diputado del FR y dirigente de la UIA criticó el rol de Peña y su cartera sobre los ministerios productivos. Adelantó que se reunirá con Dujovne por importaciones y alertó por el tema China.

Nobleza obliga, la transcripción de la charla que José Ignacio De Mendiguren mantuvo con Letra P empieza al revés. Del final al principio. El diputado del Frente Renovador y dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), responde sobre lo que sus detractores afirman cuando los debates se tensan: que es un empresario sin empresa. Uno de los mitos más difundidos en el sector corporativo. “Hace 35 años que estoy en el mismo pueblo de San Luis, en Justo Daract, produzco tejidos, calzado. Ese rumor lo instaló un sector de la prensa (Antonio) Laje, (Daniel) Hadad, con el tema de cuando vendí Coniglio… Cuando llegué a ese pueblo había 65 empresas, ¿sabés cuántas quedaron hoy? Cinco. Son zonas textiles y de producción agrícola. O sea, que no me vengan a correr que yo producción no lo aprendí en un Powerpoint. Todos los días hago cheques, produzco, veo la caída del mercado. Cuanto más te pegan es cuando más estás llegando”, apunta con fervor.

 

Para De Mendiguren el que pasó fue un año de disputas, en el Parlamento y puertas afuera. Confrontó con los economistas más ligados al establishment, discutió fuerte con el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, en un choque que ambos cerraron en buenos términos, y en las últimas horas cruzó duro al flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

 

BIO. El “Vasco” De Mendiguren presidió la UIA en los gobiernos de Cristina Fernández, con la que tuvo un vínculo fluido. Fue, junto al plástico Héctor Méndez, de esos cuadros sin problemas para limarse con los políticos. Confrontó y negoció.En la política partidaria fue titular de Industria en 2002. Cuentan que antes de su acercamiento al massismo, tuvo una comunicación telefónica con uno de los ministros más importantes del kirchnerismo, quien no logró convencerlo para sumarse a ese espacio.

 

-¿No observa cambios con la designación de Dujovne en reemplazo de Alfonso Prat Gay?

 

-Más que mirar al equipo de Hacienda lo que nosotros queremos es mirar y escuchar a los equipos que tienen que ver con el crecimiento económico, con la producción. La producción de un país es como el árbol, las finanzas son la sombra. Acá pensamos todo el día en la sombra y nos olvidamos del árbol. La agenda del crecimiento todavía no se discutió.

 

-¿Pero qué supone el recambio de nombres?

 

-Algunos teníamos la esperanza que se unificara más la decisión en materia económica. Esto es como con los médicos: cuando tenés un médico tenés un médico; cuando tenés dos tenés medio médico y cuando tenés tres no tenés ninguno. Si bien yo no soy partidario de los superministros, como (Domingo) Cavallo o (José Alfredo) Martínez de Hoz, también el otro extremo, donde no tenés claros los responsables, nos preocupa. No hay coordinación, nadie se siente responsable del conjunto de las cosas salvo el presidente. Tienen un Jefe de Gabinete (Marcos Peña) que ejerce más como un responsable de comunicación, y tenemos dos vicejefes de los cuales no está claro cuál es su función. Nos cuesta entender quiénes son los interlocutores, todo el tiempo hablamos de (Luis, ministro de Finanzas) Caputo, de Dujovne, pero necesitamos hablar más de Cabrera, de (Juan José, ministro de Energía) Aranguren

 

Este año hay que profundizar en cómo generamos confianza en las pymes, los trabajadores. Todavía no sabemos si vamos a una política de ajuste, a una política de expansión, si vamos a salir vía crecimiento o continuar vía ajuste. Un ministro de Hacienda que asume y habla de las importaciones, creyendo que vía la apertura controlas la inflación. Eso lo dijo en un reportaje con Página 12. Yo hablé hace unas horas con Dujovne, me llamó.

 

-¿Para qué lo llamó?

 

-Para hablar de este tema. Yo había interpretado que él en Página 12 había dicho que el problema de la inflación se resolvía abriendo las importaciones, y yo dije que esa no es la solución. No tengo mucha confianza con él, pero me llamó para explicarme que no es eso lo que piensa.

 

Algunos teníamos la esperanza que se unificara más la decisión en materia económica. Esto es como con los médicos: cuando tenés un médico tenés uno; cuando tenés dos tenés medio y cuando tenés tres no tenés ninguno.

-¿Y qué piensa?

 

-Que como está dicho se puede interpretar lo que yo interpreté, pero que no es lo que él piensa. Dujovne sabe que las importaciones no son la forma de resolver el tema de la competitividad en Argentina. Quedamos en juntarnos la semana que viene, un gesto que valoro. Yo como presidente de la Comisión de Industria de Diputados voy a tener con él una reunión en la que le voy a expresar las preocupaciones que tenemos como sector industrial. Entiendo que hoy la Argentina está teniendo una acción muy sesgada a la valorización financiera y la verdad es que cuando se instala esta visión, nos va mal.

 

-Con el antecedente de la comida de Frigerio, Laspina y Quintana en la casa de Sergio Massa por el tema Ganancias, y ahora su visita al recién ingresado ministro de Hacienda, el kirchnerismo le diría que están haciendo de nuevo un co-gobierno…

 

-Nosotros tenemos muy claro que la nueva política no es gente más joven, sino mirá al Papa Francisco, tiene 80 años y está armando una revolución. La nueva política es aquella en la que tenés que ganarle a tu adversario con propuestas superadoras, no por medio de buscar su fracaso, que es lo que hizo el FR este año. Y lo hizo tan bien que del lado de la oposición nos dicen que co-gobernamos, que somos oficialistas; y del lado del Gobierno dicen que somos kirchneristas. Entendemos que hacemos oposición responsable.

 

-En términos más técnicos y menos políticos, ¿qué espera para la economía versión 2017?

 

-La marcha de la economía dependerá mucho de las medidas que el Gobierno tome y las señales que dé. Si podemos dar señales más claras, no tan confusas, erráticas, como las que se dieron durante el 2016. La verdad que la industria viene con un año difícil, 5% de caída y esto quiere decir que el año que viene esperamos, por lo menos, recuperar un sendero de crecimiento. Además, en las exportaciones Argentina es muy Brasil dependiente, así que estamos con mucha expectativa de lo que pase en la economía brasileña.

 

-El empresariado, actores de diferentes rubros y colores con los que usted interactúa a diario, ¿lo ven igual?

 

-Los empresarios lo que hacen es intentar mantener el nivel de actividad y vender lo que producen, no es que el empresario no invierte porque es perverso, no invierte porque no hay demanda para satisfacer esa inversión. Y si encima tenés entre un 30 y un 35 por ciento de la capacidad instalada ociosa es muy difícil que vos inviertas en una economía que se achica. En segundo lugar, creo que hace falta una definición más clara sobre el rumbo de la política económica. Hemos pasado un principio de año donde la importación de producto manufacturado creció mucho y la demanda cayó, tenés señales que históricamente para los sectores productivos fueron preocupantes. Liberan ingreso de capitales, se suben las tasas de interés, se plancha el tipo de cambio. Con este esquema a la Argentina productiva le fue muy mal, se generó la bicicleta financiera, que son inversiones que vienen por la tasa y no a capital de riesgo. Para que no se vayan la economía argentina les aumenta la tasa, y al aumentar la tasa es más inviable la expansión productiva.

 

-¿Le hace bien o mal tanta injerencia de la Jefatura de Gabinete sobre Hacienda?

 

-Para resolver los temas pendientes la prioridad es el crecimiento. Si a la vez que discutís otros temas vos no crecés, es como abanicar un cadáver. Y esa agenda hoy no está. La Jefatura de Gabinete sería aquella que baja las prioridades, y veo que prioriza otra agenda. Una agenda más volcada a la valorización financiera, a cómo te endeudas, cómo bajas la tasa. Más que en ver cómo producís más para facturar más.

 

 

EMPRESARIOS, BANCAS Y LOBBY

 

- No es la primera vez que participa en política, ya fue funcionario en 2002. En esta nueva etapa parlamentaria, ¿le generó problemas con sus pares la banca en el Congreso y sus posiciones políticas?

 

- Este es un viejo problema de la dirigencia industrial argentina, que algún día va a tener que resolver si es bueno o no estar sentados con una representación en el Parlamento. El sindicalismo ya lo entendió, no lo discute más, tienen clara la necesidad de su participación, presiden todas las comisiones que tienen que ver con ellos, (Facundo) Moyano la Transporte, (Héctor) Daer la de Salud, y los industriales tenemos este famoso dilema. Sobre la actuación que yo he tenido siendo el único empresario en el Congreso, creo que el saldo ha sido más que favorable.

 

La marcha de la economía dependerá mucho de las medidas que el Gobierno tome y las señales que dé. Si podemos dar señales más claras, no tan confusas, erráticas, como las que se dieron durante el 2016

- ¿Será que el empresariado observa las bancas como posiciones de influencia, de lobby? Algo que, sobre todo las empresas grandes, hacen con operadores propios sin un cargo político…

 

- Sí, pero el lobby propio en el Congreso hoy no sirve porque el oficialismo no lo tiene. Te aseguro que he sacado una ley pyme, una ley de autopartes, participación público privada, compre nacional, que se lograra además una reserva de mercado del 33% de las obras para las empresas nacionales. Ojalá en vez de uno fuéramos varios, seríamos más eficientes. Hoy la gran mayoría ha comprendido la necesidad, sobre todo en un Congreso con mucho poder, porque no hay mayoría. El de hace unos años era medio testimonial, pero el de hoy no.

 

-Ya que menciona a dirigentes sindicales y elogia su capacidad política para comprender la toma de posiciones estratégicas, ¿cómo los observó el año pasado, sobre todo a la CGT, en relación a sus reclamos al Gobierno?

 

-Creo que hay una CGT unificada y que tiene un gran debate en si ir con prudencia, pudiendo lograr aquellas cosas posibles; contra otro sector más contestatario que requiere soluciones más firmes. Sí creo que los trabajadores a través de la gestión en el Congreso han sido más efectivos en el logro de sus objetivos que el sector empresario.

 

-Uno de los temas comunes de empresarios, sindicatos y Gobierno fue qué hacer con China, cómo pararse. ¿Está resuelta la cuestión?

 

-No está resuelto. Sigo muy preocupado, Argentina ha optado por el silencio: es decir, ni reconocerla como economía de mercado ni rechazarla. Sigue la conducta de Estados Unidos y la Unión Europea, ellos no dicen nada pero están dispuestos a seguir aplicando las normas como si China no fuera economía de mercado. La diferencia con Argentina es que ellos sostienen un poder económico relativo para poder esgrimir esa postura. Si Argentina es tan China dependiente porque de ellos dependen las inversiones que están logrando, los swaps de yuanes, nuestra capacidad negociadora está muy debilitada. Y hoy los términos de intercambio con China no son positivos para el país.

 

-Ahí coincide con Techint, cerró la grieta con Rocca…

 

- Claro, no me cabe ninguna duda. Pero yo con Paolo nunca tuve grieta. Hay gente a la que no sé lo que le pasa, serán problemas personales, celos, pero si yo he logrado y conseguido a las empresas nacionales una reserva del 33% Techint tendría que estar bastante agradecido.Si no hacía eso, desde China le iban a traer hasta los alambrados para los gasoductos.

 

 

EL FUTURO PRESIDENTE DE LA UIA Y LA POLÍTICA EMPRESARIA. Desde hace muchos años la UIA alterna mandatos presidenciales cada dos años. Con un esquema de dos listas (la Celeste y Blanca y la de Industriales) que llevó a Adrián Kaufmann Brea, de Arcor, a presidir la entidad hasta fines de 2017. Pero todo indica que los segundos dos años de Gobierno de Macri tendrán un presidente de la central fabril que no será hijo de la contienda entre sectores.

 

- ¿En la UIA se rompe la alternancia?

 

- Lo que se está planteando es una lista de unidad, que significaría no seguir con el viejo esquema, que había vencido.

 

Para resolver los temas pendientes la prioridad es el crecimiento. Si a la vez que discutís otros temas vos no crecés, es como abanicar un cadáver. Y esa agenda hoy no está.

- Usted fue presidente varias veces, ¿a quiénes ve con más chances de suceder a Kaufmann?

 

- Al no haber más listas de espacios, cualquiera puede ser. Gente como Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza), José Urtubey (Celulosa Argentina, primero del gobernador de Salta), Daniel Funes de Rioja (abogado de la Cámara Alimenticia Copal) podrían ser. Esos son los nombres de los que más se habla. Luis Betnaza, de Techint, a lo mejor también podrá ser. 

 

- ¿Quedó muy lavado el rol de política empresaria de la UIA en el primer año de Gobierno de Macri?

 

- A lo mejor se trabajó más puertas adentro, pero indudablemente que hacia afuera tuvieron más relevancia Asociación Empresaria Argentina(AEA) y Foro de Convergencia. Ellos tuvieron más relación con el Gobierno, más fluida, porque el Gobierno inició una relación individual con cada sector. Entonces la UIA pasó a tener un rol más secundario.

 

- Por último, tiene que renovar su banca este año. ¿Va a ser candidato?

 

- No lo tengo pensado, eso se va a resolver en el primer trimestre del año que viene. Por Buenos Aires es el distrito al que yo pertenecería. Pero debo decir que venimos trabajando bien, el Congreso también es la nueva política, ahí se debatió, se discutió, se perfeccionaron las leyes y sacamos un récord de leyes. El Gobierno en el Congreso demostró ser la vieja política, te agrede cuando no estás de acuerdo con ellos, descalifica, practica el amigo enemigo. Pero veremos, no están definidas las candidaturas de nuestro espacio.

 

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Javier Milei y Marcos Galperin

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