ENTREVISTAS A JEFES DE BLOQUE

Roy Cortina: “No se va a armar Cambiemos en la Ciudad”

El jefe de bloque del socialismo porteño asegura que Lousteau va a competir, que avanza el posicionamiento de ECO y que Larreta es un “laborioso” pero promete obras que “no se hacen nunca”.

Roy Cortina volvió a la Legislatura porteña tras ocho años ininterrumpidos en el Congreso de la Nación. Su volvió a sentar en una banca en el recinto porteño el diez de diciembre, fue ungido como vicepresidente tercero y se encontró con un Parlamento y una Ciudad completamente distinta: desde 2007, cuando asumió como diputado nacional por el Partido Socialista, el PRO gobierna el distrito y domina el Deliberativo porteño.

 

“Larreta respira laboriosidad. Es bien el PRO: mucha laboriosidad. Incluso más que los gobiernos progresistas anteriores, creo que por eso ganó. No comparto la orientación de esa laboriosidad. Poco a poco se van a ir quedando sin ideas porque los 12 años y los gobiernos largos también corren para el PRO”, analiza sobre la Ciudad y el partido que la administra hace ocho años.

 

El jefe de bloque del PS asegura que el frente electoral ECO, que llevó a Martín Lousteau al ballotage frente a Horacio Rodríguez Larreta, sigue firme y mantiene “vocación de gobierno”. Energía Ciudadana Organizada se cimentó sobre las bases de UNEN y fue conformado por la Coalición Cívica, la Unión Cívica Radical, el socialismo, el PSA y Confianza Pública, con el economista como candidato a jefe de Gobierno. Esa coalición estuvo a punto de ganar la Ciudad pero, con el triunfo del PRO consumado y con las negociaciones de fin de año de la Legislatura, terminó de explotar: hoy sólo lo integran el PS y SUMA +, la bancada que comparten ediles radicales y otros ligados al actual embajador argentino ante Estados Unidos.

 

“Cuando le ofrecen la embajada lo tomó como un aporte. Lo ha hecho a modo de colaboración, no tiene un compromiso con Macri”, confía.

 

-¿Cuál es la agenda legislativa del Partido Socialista para el segundo semestre?

 

-El seguimiento de los 60 proyectos de mi autoría que están presentado y en los que me ha acompañado Hernán Arce, como también los de él. Son todos proyectos que están en las comisiones y en muchos casos no pasan de las reuniones de asesores, por esta lógica que tiene el PRO de haber peleado una mayoría en todas las comisiones que no se corresponde con el número que tienen en el conjunto de la Legislatura. Nuestro agenda legislativa habla a través de nuestros proyectos.

 

-¿En qué quedó el proyecto unificado de la oposición para implementar subsidios para clubes de barrios ante el incremento de tarifas?

 

-Sigue en la Comisión de Presupuesto y se mezcla, de alguna manera, con la discusión de la ampliación presupuestaria y el presupuesto para el año próximo.

 

Nos llama poderosamente la atención que un gobierno que habla tanto de la eficacia y la eficiencia en el manejo de la cosa pública no pueda hacer un listado de los 120 clubes más importantes que tienen problemas por el aumento de tarifas, teniendo un área de gobierno como es la Secretaría de Deportes.

 

Puede mandar a funcionarios al club a hablar con las autoridades a hacer un cálculo del aumento que les ha llegado y de lo que podría subsidiar el estado y después sumar. Es agarrar un papel y un lápiz. Ni una calculadora necesitan. Haciendo esos números, con el presupuesto monumental que tiene la Ciudad, se puede destinar una partida hasta tanto el Gobierno nacional, que es de su color político, pueda reglamentar la ley de tarifa social para los clubes de barrio.

 

Yo creo que ahí el gobierno se puede desentender del tema, por eso planteé que sea provisorio pero empezaron a saltar otras instituciones que también tienen estos problemas y el kirchnerismo aprovechó para hacer un aglutinamiento de pedidos que en ningún proyecto de la oposición puede no estar. Es un proyecto muy maximalista que con un gobierno que le pone trabas a un proyecto mucho más chico yo veo difícil que salga.

 

-¿De qué se trata el proyecto sobre trapitos que presentó?

 

-El tema de los trapitos hay que abordarlo desde una óptica progresista, pero realista. Con las herramientas que tiene hoy el gobierno de la Ciudad, como el Código Contravencional, los trapitos no deberían poder funcionar como tales. Está prohibido. Simplemente debería actuar la Justicia y la Policía. El trapito suelto no es un delincuente, lo que ocurre es que hay una connivencia de bandas que usan a los trapitos para cobrar determinada cantidad de plata, una mafia, con el no accionar del Estado, con la Policía y con la Justicia. Bajaron las denuncias de trapitos porque el gobierno anunció que la Fiscalía iba a estar ahí, donde se desarrolla el evento deportivo o musical.

 

Planteamos endurecer las penas e involucrar en las penas a los clubes para desarticular las mafias que se generan a partir de la connivencia entre las barras de los clubes, los directivos, la propia Policía y las bandas de trapitos. Este tema el progresismo lo abordó con culpa, siempre se planteó proyectos que convierten el abordaje de los trapitos en un nuevo programa social. Eso no soluciona el problema: van a venir nuevos trapitos que cobran por lo legal y lo ilegal.

 

-¿Cuál es el estado del frente ECO hoy?

 

-El frente ECO tiene los problemas de cualquier frente que tiene una determinada especificidad territorial, que nosotros nunca engañamos, siempre dijimos eso. Lo que decíamos era verdad. A nosotros no nos influyó en la campaña que Macri (Mauricio) vea como un obstáculo para su campaña el hecho de que Lousteau (Martín) desafiara a Rodríguez Larreta (Horacio) en la Ciudad. Y podría haber ganado Lousteau y no sé qué hubiera pasado con Macri, podría haber ganado o no.

 

Es contrafáctico. Pero todo el mundo decía que íbamos a bajar la candidatura y nosotros siempre dijimos que somos un proyecto político abocado a ofrecer una alternativa en la Ciudad, con vocación de querer gobernarla. Fuimos a tres elecciones, la verdad es que vanguardizamos (sic) todos los debates y pedimos otros, que no fueron aceptados por el PRO. Y perdimos por un punto y medio, por lo que tenemos todo el derecho a querer competir en el 2019.

 

-¿Martín Lousteau va a ser candidato en las elecciones legislativas del año que viene?

 

-Lousteau va a competir por la Jefatura de Gobierno y creo yo también que va a competir en 2017. Ahora, el formato, con quién, con qué aliados, falta mucho.

 

-Lousteau reunió a su equipo y sumó al PS a una reunión del viernes pasado ¿De qué se habló en ese encuentro?

 

-De trabajos nuestros en equipo. Fue una reunión de coordinación de todos los que tienen una responsabilidad institucional en la Ciudad elegidos por ECO, así que hablamos de eso.

 

-¿Que esté el socialismo en esa foto da una idea de que Lousteau quiere competir desde la oposición?

 

-Yo no me apresuraría. Yo creo que él va a competir y va a decidir cómo compite en función de lo que entienda con más la claridad la ciudadanía, los porteños.
Él tenía la preocupación de que se desperfile ECO y deje de ser entendida como una fuerza que no viene a buscar blancos y negros, que viene a señalar lo que está bien y también lo que está mal, a ser una oposición constructiva, a tener vocación de gobierno, a buscar una política en la ciudad pero que también sirva como ejemplo en la presidencial… Una política de prioridades. Él decía ‘busquemos una evolución’… La evolución en la Argentina es cesar con la política de grieta y entender una política que fije prioridades y que las diferencias sean entre las prioridades del partido A y del partido B.

 

-¿Entonces aún no se definió?

 

-Lousteau va a definir en 2017 en virtud de cómo entiendan los porteños mejor eso. De alguna manera, más allá de que con una lógica binaria muchos no pueden haber entendido lo de la embajada, él cree que eso es profundamente ECO. Se sentía representado por (Ernesto) Sanz y Margarita (Stolbizer), por opciones progresistas y moderadas. Primero apoyó a Sanz y luego a Margarita. Cuando quedó la Argentina binaria, de las dos grietas… En ningún momento dijo que votaría a Macri, lo que dijo fue que la Argentina necesitaba alternancia. Todo un mensaje.

 

Cuando le ofrecen la embajada lo tomó como un aporte. Además, no es lo mismo ser ministro que ser embajador, lo hace por el país aunque sabe quién es su presidente y que lo debe representar y recibir instrucciones de Macri. Lo ha hecho a modo de colaboración, no tiene un compromiso con Macri.

 

-Pero hay un intento de Larreta de formar Cambiemos en la Ciudad… ¿Qué haría el socialismo si avanza de esa manera y Lousteau compite dentro de Cambiemos?

 

-No lo pienso porque no va a suceder eso.

 

-¿Qué es lo que no va a suceder?

 

-No va a suceder. No se va a armar el bloque Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires. Es mucho más fácil que se conforme ECO y que compita dentro de Cambiemos, en un espacio incluso más amplio todavía, que se conforme interbloque Cambiemos desde ahora. No sucedió antes, no va a suceder ahora.

 

-¿Usted dice que la UCR y la Coalición Cívica preferirán volver a ECO en lugar de armar Cambiemos en la Ciudad?

 

Es más fácil que se reconfigure ECO, tal cual se conocía en la última elección, y que compita como ECO por fuera de Cambiemos o como ECO dentro de Cambiemos, que se conforme el bloque de Cambiemos de acá hasta el 2017.

 

Pero si se arma ECO y compite dentro de Cambiemos… ¿Qué postura tomaría el socialismo? ¿Irían a una interna dentro y con el PRO?

 

Lo tenemos que analizar.

 

¿Qué balance hace de los primeros seis meses de gestión de Horacio Rodríguez Larreta?

 

Larreta respira laboriosidad. Es bien el PRO: mucha laboriosidad. Incluso más que los gobiernos progresistas anteriores, creo que por eso ganó. Porque la gente se hartó de un progresismo perezoso. No comparto la orientación de esa laboriosidad. Poco a poco se van a ir quedando sin ideas porque los 12 años y los gobiernos largos también corren para el PRO, que va camino a completar un tercer mandato.

 

Y doce años son mucho para hacer anuncios de anuncios y jugar con maquetas que aparecen en los grandes diarios, mostrar modelos. Son cosas que no se hacen nunca porque tienen prioridades que son incorrectas para nosotros y no son las que necesita la Ciudad.

 

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