Una de las primeras controversias que desató Mauricio Macri tras instalarse en la Casa Rosada y poner en marcha una maquinaria febril de decisiones destinadas a desmontar de un tirón el modelo K estuvo centradas en sus primeras vacaciones. En primer lugar, porque se las tomó apenas 15 días después de asumir la presidencia. En segundo lugar, porque se alojó en la mansión de su amigo Joe Lewis, un magnate terrateniente británico que incluso puso su helicóptero a disposición para trasladar a la familia presidencial desde el aeropuerto de Bariloche hasta la chacra del multimillonario, ubicada 45 kilómetros al norte de El Bolsón.
Lewis es una de las 300 personas más ricas del mundo y la séptima en el ranking de su país. Es dueño de la estancia Lago Escondido, de 45.000 hectáreas. La propiedad, que el empresario compró en los noventas, encierra el lago homónimo, lo que ha generado infinidad de protestas porque el amigo del Presidente no permite el acceso a ese espacio natural.
La mansión cubre casi 4000 metros cuadrados. Tiene chalet para invitados, caballerizas, espacio para la práctica de distintos deportes, una cancha de fútbol 11, un anfiteatro y helipuerto, entre otras comodidades.
Como informó Letra P este lunes, dirigentes sindicales, organizaciones sociales, políticas y de estudiantes se reunirán el viernes 8 de julio, al mediodía, en el ingreso a la propiedad de Lewis para repudiar la presencia del empresario en toda la Patagonia, que, según advirtieron, posee un “aeropuerto habilitado” en Sierra Grande (la ciudad del senador peronista Miguel Ángel Pichetto) para aviones de gran porte. Se manifestarán a favor de la “segunda y definitiva independencia nacional”.
La protesta ocurrirá luego de que se conociera aquella visita de Macri a la estancia del magnate de que el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, celebrara el avance de una usina eléctrica en las montañas de la provincia.
La Asociación de los Trabajadores del Estado (ATE), conducida por Rodolfo Aguiar - el verano pasado, el dirigente fue noticia nacional por terminar detenido luego de una protesta en la Universidad Nacional del Comahue-, volverá a marcar diferencias con las autoridades provinciales cuando encabece el reclamo, junto a otras organizaciones, en las puertas de Tacuifi (entrada al Lago Escondido) para “repudiar a Lewis” y sus “negociados”.
“Lewis flagela nuestra autonomía nacional”, expresó Aguiar este lunes en la sede que tiene el gremio en la ciudad de General Roca. Acompañado de la estructura orgánica sindical, recordó como buscarán que se “expropie y estatice” el complejo hidroeléctrico. Además, exigió “que no le otorguen el aval” para ingresar al sistema interconectado nacional.
ACUERDOS. “(Existieron) rápidos avances para cerrar los acuerdos necesarios que garanticen millonarias ganancias al referido magnate (por Lewis), decidiendo el traspaso de varias empresas del grupo Lewis al Banco Nación”, volvió a decir Aguiar.
Letra P describió el fuerte vínculo de Lewis con la provincia y con la Nación. Sin tapujos, Weretilneck vaticinó “ganancias” para el Estado patagónico con la megaobra eléctrica y Macri dejó entrever, sin problemas, la amistad que existe con el excéntrico empresario. En ese sentido, la CTA también reclamó la “utilización plena” de Tacuifi para acceder al lago que fue ratificado e impulsada por la senadora Magdalena Odarda.
“Todos sabíamos que era un gran negocio de la energía. Pasaron varios años y ahora surge la posibilidad de que Lewis haya entrado de lleno con Edenor cuando estuvo Mauricio Macri en Lago Escondido. No sólo busca el paraíso privado”, explicó Odarda al ser consultada por este portal.