EMERGENCIA OCUPACIONAL

Cambiemos se abstendría en la ley anti despidos para que gane el dictamen del kirchnerismo

El oficialismo baraja la posibilidad de facilitarle la votación al FpV para que gane su proyecto y no el de Massa. Así creen que el veto presidencial tendría menor costo político. Furia massista.

En una jugada audaz de último momento que tiene como objetivo disminuir el costo político del veto presidencial a la ley anti despidos y, al mismo tiempo, bajarle el precio al poder de Sergio Massa, el oficialismo baraja la posibilidad de facilitar la aprobación del proyecto del Frente para la Victoria que se empezará a tratar el miércoles en la Cámara de Diputados.

 

“Impensablemente, ahora están juntos”, dijo tras la reunión de Labor Parlamentaria la massista Graciela Camaño, que ya tenía la información de la jugada que planteaba la bancada oficialista, que terminará favoreciendo al kirchnerismo.

 

Por la tarde, Camaño se había reunido con diputados del Frente para la Victoria en el despacho del presidente del bloque, Héctor Recalde. También participaron del encuentro Víctor Basterra, Teresa García, José Luis Gioja y el propio Massa, que salió de la oficina de Recalde molesto, al confirmar los rumores que sobrevolaban los pasillos de Diputados desde temprano.

 

Las fichas cambiaron a útimo momento. La semana pasada, el kirchnerismo no logró reunir el quórum necesario para tratar la ley anti despidos en la sesión especial que solicitaron distintos bloques en la Cámara baja. Los diputados del interbloque que UNA, que conduce Massa, no bajaron al recinto y el FPV no logró sumar los 129 legisladores necesarios para dar inicio al debate.

 

Así, el líder del Frente Renovador se anotó el triunfo político de ser quien marcaba, con sus diputados, el pulso para la sanción de la ley. Como consecuencia, empujaba al FPV a votar el dictamen massista, una vez que el proyecto llegara al recinto, el miércoles 18. De lo contrario, la ley corría el riesgo de caerse.

 

Mientras anunció medidas para las pymes, retomó el diálogo con los gobernadores por la coparticipación, entretuvo con el “compromiso por el empleo” y sentó a los sindicalistas en la Rosada, el Gobieno abrió la puerta para que el kirchnerismo y masssismo se desgastaran entre sí.

 

En ese escenario, el bloque del Frente para la Victoria empezó a barajar la posibilidad de resignarse y acompañar a Massa. De aprobarse el dictamen del Frente Renovador, que incluía incentivos fiscales para las pymes, el proyecto debía volver al Senado, donde el bloque del FPV-PJ, que conduce Miguel Ángel Pichetto, debía definir si insistía en la redacción original de la norma – que incluye la prohibición de despidos por 180 días y establece la doble indeminización – o aceptaba los cambios propuestos por el ex intendente de Tigre.

 

El presidente de la bancada, Recalde, buscó que tanto Pichetto como las centrales obreras dieran señales sobre la postura que, pretendían, asumiera el bloque. El martes al mediodía, anunció que el presidente del bloque del FPV-PJ en el Senado le había dado “a entender” que, en caso de que la ley volviera a la Cámara alta, insistírían en ratificar la misma que fue votada a fines de abril por ese cuerpo. Luego se reunió con los gremialistas de la CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli, y con el diputado Abel Furlan, en representación de la CGT de Antonio Caló. Según explicó, todos le pidieron que se sancionara la ley proveniente del Senado. No hubo pronunciamientos de la CGT de Hugo Moyano.

 

El escenario cambió cuando el oficialismo tomó la decisión de apurar la sanción de la ley, evitar que vuelva al Senado y así adelantar el veto presidencial, que ya fue anunciado por la Rosada. Desde Cambiemos aseguraron que es mejor “terminar con el tema lo antes posible”. Además, consideraron que el costo político de vetar la ley identificada con el kirchnerismo será menor que el de anular la norma impulsada por Massa, que contempla a las pymes. “La ley de Massa tiene un costo fiscal demencial para el Estado”, explicó un diputado radical, que confirmó la posibilidad que barajaba el oficialismo. 

 

“Sorpresivamente, los que se oponían a la ley ahora se quieren abstener”, protestó Camaño, tras la reunión en la que se acordó el orden del día para la sesión que comenzará el el miércoles a las 12 y cuya duración podría superar las 30 horas, según estiman los diputados.

 

Durante el encuentro, del que participaron todos los bloques, se acordó que el primer tema a tratar será la ley de acceso a la información pública, algo que demorará al menos seis horas. Luego llegará el turno de la devolución de IVA a los alimentos de la canasta básica, cuyo debate está estimado en siete horas, como mínimo. Por útimo, cerca de la medianoche, comenzará la discusión por la ley anti despidos, que se estima que terminará el jueves por la mañana.

 

Como el tema debe ser tratado sobre tablas – porque aún no transcurrieron siete días hábiles desde la firma del dictamen en comisión- el oficialismo se comprometió con los bloques opositores a que contribuirá al quórum de dos tercios que requiere el debate. Así comenzará la discusión sobre la ley antidespidos.

 

Pero habrá un cuarto tema que amenaza con irrumpir en el recinto y generar un escándalo: el proyecto del oficialismo para autorizar el allanamiento a Julio De Vido, en el marco de una causa por enriquecimiento ilícito. Hasta el momento, la medida dispuesta por el juez federal Luis Rodríguez no pudo concretarse porque el diputado se amparó en los fueros parlamentarios. Esa sería la llave con la que Frente Renovador denunciará un supuesto “pacto” del oficialismo con el kirchnerismo, ya que ningún diputado de Cambiemos mencionó el tema en la reunión de Labor Parlamentaria, pese a que el proyecto fue presentado por Pablo Tonelli la semana pasada. Así, sostienen en el Frente Renovador, kirchnerismo y oficialismo lograrían correra a Massa de escena.

 

El oficialismo evaluaba los pasos a seguir a última hora del martes, en la reunion de interbloque convocada en el segundo piso del anexo de diputados. Allí, un diputado radical que criticó que la jugada se hubiera filtrado con tanta antelación, advirtió sobre las consecuencias. “Puede salir bien ahora, pero mal hacia el futuro. Podemos perder un aliado”, dijo, en referencia a Massa. En el Gobierno descartaron esa idea. “Es un tema de coyuntura política. Massa es un opositor, más peligroso que el kirchnerismo”, acotó una fuente del oficialismo, que en pocas horas le dio vuelta el juego al líder del Frente Renovador.  Otros insistieron en la idea de que, en caso de que salga la ley del FPV, algún dirigente de la mesa chica del Presidente lo convenza de la inconveniencia de recurrir al veto. 

 

 

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