“En la Argentina cerraron más de 5 mil tambos en los últimos años, y de continuar esta situación, este año podrían cerrar la mitad de los emprendimientos existentes” se indica en el informe elaborado por el especialista en economías regionales, Aniceto Chambrillon, para la Consultora CPS Comunicación.
La conclusión va en línea con los planteos que desde hace tiempo realizan la Federación Agraria Argentina (FAA) y la Confederación Rurales Argentinas (CRA).
Estas entidades ya había dado cuenta de la situación compleja que padece el sector lácteo en Argentina.
Según el informe, los tamberos sufren “una importante baja en la rentabilidad afectada por una doble tensión sobre el precio del litro de leche producido: por un lado, la industria paga menos que hace algunos meses y, por el otro, los costos de producción aumentan al ritmo de la inflación, aspecto que se profundizó tras la devaluación y la eliminación/baja de los derechos de exportación, medidas adoptadas a partir del 10 de diciembre”.
“La devaluación de más de un 45 por ciento de la moneda, significó un duro golpe para los costos de producción, en la mayoría de los casos atados al valor de la moneda extranjera y sumidas en fuerte proceso inflacionario”, sostiene Chambrillón.
Y se remarca que los mayores beneficiados con la cadena de producción láctea, son finalmente los supermercadistas, “el tercer eslabón se queda con más del 50 por ciento, la industria con un 32/35 por ciento y el productor con un 15/18 por ciento. Así, los números no cierran y la rentabilidad es negativa: da pérdida” se remarca.
Entre las medidas necesarias para paliar a futuro esta crítica situación, Chambrillon sostiene que “es necesaria la intervención del Estado, de manera activa y urgente, sentando en una misma mesa de diálogo a productores, industria y supermercados”.