El capítulo Diputados ya pasó y ahora le toca al Senado dirimir esta especia de Boca-River político económico sobre el pago a los fondos buitre. El reloj corre, como siempre, en este tipo de negociaciones por la deuda. En los últimos 20 años de la política argentina, cada endeudamiento se presentó como algo abismal: “Es esto o el precipicio”, insisten en el Gobierno. Una frase repetida en el tiempo, pero no menos vigente. Megacanje, reestructuraciones, etc. Lo cierto es que el resultado para los argentinos parece ser siempre el mismo: la deuda pública, tanto interna como externa, sigue creciendo.
Ahora el Gobierno tiene como espada de Damocles la fecha del 14 de abril. Antes de ese día, necesita tener sancionadas las leyes que desbloquean ese pacto alcanzado en Nueva York (ver nota aparte “Otra deuda para…”). Si no lo logra para entonces, el acuerdo se caerá.
“El descrédito internacional de Argentina será muy importante, en especial en los mercados financieros, que han acogido la llegada de (Mauricio) Macri al poder con gran entusiasmo”, replican medios europeos.
Este miércoles, el macrismo logró superar el primer paso. Después de 20 horas, llegó la votación final y la ganó por un contundente 165 a 86.
Ahora es el turno del Senado, donde el macrismo tiene aún menos fuerza que en la Cámara baja, pero todo parece indicar que la ley saldrá.
Para pagarle a los buitres se tomará deuda por hasta U$S 12.500 millones. Con ello, estos fondos híper especulativos se alzarán con el 150% de la deuda original. Y la deuda pública pasará, según afirmaron economistas del massismo, de U$S 140.000 millones antes del default de 2001 a U$S240.000 millones.
La emisión de bonos argentinos para hacer frente al pago a los holdouts ya está garantizada a los bancos JP Morgan (ex empleador del ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay), el inglés HSBC y el alemán Deutsche Bank, aunque podrían intervenir otros. Cobrarán el 0,2% de comisión, según quedó establecido: son unos U$S 300 millones de dólares.
El lanzamiento de esos bonos se concretará en abril, pocos días antes de la fecha crucial del 14A que fijó el juez neoyorkino Thomas Griesa. Y se espera que las ofertas superen el monto tope fijado para el endeudamiento, de U$S 12.500 millones. La clave estará en las tasas que se pagarán y los plazos de los bonos a emitir. Por ahora, se trata de un secreto guardado bajo siete llaves.
Un dato: los países de Latinoamérica se están endeudando a tasas de entre 3% y 6%, mientras que Estados Unidos paga entre 0% y 1% por sus bonos. Argentina está pagando entre 12% y 13%, una tasa alta y tentadora para cualquier inversor, que colabora a traccionar un incremento de la deuda a futuro.