Por segunda vez en el año, el presidente Mauricio Macri denunció haber sido apedreado por manifestantes. Fue este miércoles en Villa Traful, después de haber encabezado el acto de inauguración del Centro de Interpretación e información Turística local. El episodio culminó con dos detenidos y allanamientos en una cabaña de la localidad neuquina, pero la agrupación ATE, acusada del ataque, negó responsabilidades.
Según informó Presidencia en un escueto comunicado, “un grupo de alrededor de diez personas lanzó piedras al vehículo en que se desplazaba el Presidente” hacia el acto, “provocando la rotura de dos vidrios del rodado”.
Esta versión fue sostenida por el intendente de Villa Traful, Nicolás Lagos, quien en diálogo con el canal Todo Noticias reveló que el auto en el que viajaba Macri pertenece al municipio y que iba con custodia presidencial, aunque no estaba blindado. El funcionario señaló que, según el parte policial, “nadie resultó herido” y “los manifestantes eran del gremio de ATE”.
Pero, de inmediato, el secretario general de la organización sindical local, Carlos Quintriqueo, negó las acusaciones. “Nosotros no somos los responsables de los piedrazos”, aclaró a la agencia Télam, si bien sí se adjudicó un “escrache” al Presidente en reclamo por despidos.
Hace cuatro meses, Macri también había denunciado piedrazos durante una visita a Mar del Plata, que fueron desmentidos por el propio jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, quien en aquella oportunidad reconoció que el Presidente no había sido víctima de ningún ataque más allá de algunas agresiones verbales.