La ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, pospuso sin previo aviso la reunión que debía mantener ayer con los movimientos sociales. En el encuentro, que se pasó para el 25 de este mes, debía discutirse una mejora en el bono de $1000 que se prometió para fin de año. Según pudo saber Letra P, el Gobierno planea ofrecer $200 más por hijo, además de los $1000 por familia, un monto que las organizaciones consideran insuficiente.
El cambio de fecha inquieta por otra particularidad: la reunión se hará tres días después del 18, jornada en la que las organizaciones sociales, las CTA y la multisectorial federal (que incluye a gremios de peso como La Bancaria), manifestarán para reclamar por condiciones laborales, sociales y salariales. El trasfondo es el intento de estos grupos de colar en el Congreso Nacional un proyecto de declaración de Emergencia Social. Una herramienta que estos sectores consideran de utilidad para el Gobierno Nacional, para ordenar un fin de año que se vislumbra crítico luego de varios meses de inflación elevada y el rebrote del alza de precios en los últimos días. La manifestación del 18 cuenta con el aval de la CGT, que participó en el armado; y podría tener entre los asistentes a los chacareros de la Federación Agraria Argentina (FAA), que están debatiendo si asistir o no. También en el armado participaron sectores de la Iglesia muy vinculados al Papa Francisco y a movimientos del peronismo en los barrios.
La suerte de una tregua de fin de año en diciembre, el mes históricamente más caliente de la historia argentina reciente, depende de la articulación que haga Stanley y otros capilares del macrismo con las bases que recorren a diario los barrios. Hay varias líneas de diálogo y los organismos se muestran dispuestos a colaborar, siempre y cuando el Gobierno no esconda los naipes. Mucho malestar generó en los movimientos sociales la declaración del ex presidente Eduardo Duhalde respecto a la posibilidad de un fin de año de riesgo por las condiciones económicas actuales. Tanto es así que muchos salieron a desmarcarse asegurando que el banfileño ya no hace pie en los barrios del Conurbano, ni siquiera en los distritos del tercer cordón. Y no quieren quedar pegados en desmanes que hoy les son ajenos. La duda es qué pasará con otros sectores que han participado de los conflictos, como la Policía. Pero hoy todo es terreno de especulaciones.
El renacer inflacionario –ayer el Indec comunicó un alza global en octubre de 2,4%- cambió sí la perspectiva de lo que se venía charlando en relación al plus de fin de año. Es que a este ritmo, el año cerrará con una inflación anual apenas por debajo del 40%. Y si se observa la suba de precios de la canasta básica, el alza es aún mayor. En el sector privado, en tanto, ya empezaron a tomar previsiones. Suponen que habrá focos aislados de pedido de alimentos en grandes supermercados, por lo cual ya alertaron a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. También hubo charlas con intendentes de algunos de los partidos más calientes, sobre todo en el Conurbano sur y La Matanza. “Al peronismo no le convienen los problemas, por eso están colaborando”, concluyó ante este medio una fuente que está en el día a día de la negociación Gobierno-empresarios-movimientos territoriales.