Los dueños de las empresas distribuidoras de energía eléctrica, Edelap, Eden, Edes, y Edea no pueden ocultar su buen momento. Y no porque hayan logrado un salto de calidad en el servicio, que, como cada verano, presenta innumerables inconvenientes en el área de concesión que maneja la compañía. La euforia nace del doble premio que obtuvo con la llegada del PRO al ejecutivo bonaerense: despacho en la gobernación de la mano del ex sciolista Fabián Perechodnik (desde el 10 de diciembre de 2015 detenta el cargo de secretario general de la Gobernación) y réplica del tarifazo nacional, aunque desde un piso mucho más alto que multiplicará sus beneficios.
Porque sucede que el precio de la luz de esta empresa es superior al de sectores subsidiados de la Ciudad de Buenos Aires. Y en el caso particular de Edelap, el mencionado Perechodnik fue director de esta empresa hasta el pasado 10 de diciembre. Un cargo al que había accedido gracias a sus vínculos políticos con el ex motonauta y candidato a presidente por el FPV, Daniel Scioli. De hecho, hizo campaña junto a Karina Rabolini, esposa del ex diputado menemista.
En ese póquer de ases que consiguió Edelap (y las demás proveedoras de energia) en tan pocos días entra también otro integrante del gabinete de la gobernadora María Eugenia Vidal, el millonario economista Edgardo Cenzón, actual ministro de Infraestructura, Servicios Públicos y Transporte de la provincia de Buenos Aires y ex funcionario macrista en la Ciudad.
El ministro le aseguró esta semana a Letra P que “el aumento de tarifas va a ser el mismo que el aumento a nivel nacional porque a nosotros nos termina impactando de la misma manera”, aunque no dio detalles porque el ajuste “es un tema muy sensible, y por eso preferimos tener bien determinados los números para poder informar de cuánto va a ser el aumento”.
Lo que no cuentan ni Cenzón ni Perechodnik es que tanto Edelap, como Eden, Edes, y Edea, cobran una tarifa mucho más alta que la que pagan los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires.
El anuncio del tarifazo en las zonas de concesión de Edenor y Edesur, con subas de entre 300% y 500%, contempla un universo de usuarios que en muchos casos pagan boletas de luz bimestrales de $30 para una familia tipo, pero que en contados casos superan los $100.
No es el caso por ejemplo, de Edelap. La firma, propiedad del empresario Alejandro Macfarlane - yerno del espía menemista Hugo Anzorreguy, CEO de Edenor durante ocho años y director de Repsol YPF en los 90, hoy director del Banco Macro de Jorge Brito- presta servicios a más de un millón de habitantes en un área de concesión de 5.700 km2 que abarca a seis partidos de la provincia de Buenos Aires: La Plata, Berisso, Ensenada, Brandsen, Magdalena y Punta Indio.
Para sus clientes cautivos, las boletas bimestrales pocas veces bajan de $300, $400 y $500, aunque hay casos de zonas de la periferia, más dependientes del servicio por la falta de tendido del agua corriente, donde la cuenta a pagar supera los $1.000 para una familia tipo, que se ve obligada a extraer agua con costosas bombas sumergibles, según datos del mercado.
En cualquier caso, si a estos valores también se les agrega el traslado del tarifazo prometido en favor de la ex patronal de Perechodnik, no resulta difícil entender que las ya altísimas tarifas que pagan los usuarios de Edelap se irán a las nubes. Al igual que sucederá, con el universo de consumidores que utilizan los servicios de Eden, Edes, y Edea.