La situación en el Golfo San Jorge de Chubut provoca escalofríos en los trabajadores petroleros de Neuquén. Ante la posibilidad latente de despidos, el senador nacional Guillermo Pereyra dejó en claro que la situación en su provincia se puede complicar por una suerte de efecto contagio de lo que sucede en el sur de la Patagonia.
"Va a haber despidos". Esa fue la afirmación del titular del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, quien como publicó Letra P, había dicho que era “inadmisible” que despidan a trabajadores. “Conocemos la situación de crisis que atraviesa la actividad a partir de la baja del precio internacional del crudo, pero aquí en el país ese tema está arreglado, por eso no hay motivos para que nos despidan gente”, fue lo que planteó.
Ahora, como en un sinceramiento, tomó nota de la multitudinaria asamblea en Comodoro Rivadavia y reconoció el accionar de algunas empresas instaladas en su provincia que oficializaron “un preventivo de crisis” ante el Ministerio de Trabajo nacional. En total, según indica el diario Río Negro, alrededor de 40 empresas llamaron a Buenos Aires.
“Queremos negociar”, admitió el dirigente cercano a Hugo Moyano en el mundo sindical. El próximo lunes, casi a la par de la reunión que espera el gobernador chubutense, Mario Das Neves, y Jorge “Loma" Ávila, junto a las operadoras en esa provincia, habrá una asamblea en Rincón de los Sauces para dialogar sobre el panorama para los trabajadores que, por ahora, no es el mejor.
para calmar ánimos, el ministro de Energía nacional y ex ceo de Shell, Juan José Aranguren, dio una particular receta para obtener alicientes en la crisis que deja en problemas al sistema petrolero: “Esto se resuelve cediendo todos un poco. Cobrando menos horas extras, resignando regalías y con subsidio".