Intrigas de Palacio

El caso Nisman, o la excusa para revivir la pelea por la Procuración

Los fiscales Sáenz y Marijuán quieren reemplazar a Gils Carbó. La chance de Campagnoli. Movimientos en la AFI. Vuelve el caso de un edificio polémico.

El aniversario de la muerte de Alberto Nisman, cumplido el pasado lunes 18, fue la plataforma de nuevos intentos en el Ministerio Público para apurar la salida de Alejandra Gils Carbó de su cargo de procuradora general. De hecho, los dos principales promotores de la convocatoria en la plaza Alemania son quienes más vocación tienen de sucederla: el fiscal general Ricardo Sáenz y el fiscal federal Guillermo Marijuán.

 

Sáenz quiere el cargo de procurador desde hace años, por lo cual siempre se cuidó de mantener contactos en la política, tener responsables de prensa (aunque solo sea un fiscal de justicia ordinaria) y jugar fuerte en la Asociación de Magistrados. El caso Nisman, el colega que conducía la unidad especial de investigación del atentado a la AMIA y fue hallado muerto de un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero, le es funcional porque ocupa un escalafón por encima de Viviana Feín a partir de lo cual siempre se valió para opinar sobre el caso.

 

Se asume cercano al macrismo, pero en el Gobierno lo ven como un oportunista. No lo respalda ni el ministro de Justicia, Germán Garavano, que ha hecho señalamientos muy concretos a su desempeño jurisdiccional, y tampoco el presidente de Boca, Daniel Angelici, que es la otra espada judicial de Mauricio Macri y tiene su propio candidato para la Procuración.

 

Marijuán, en cambio, siempre fue cercano al líder del Frente Renovador, Sergio Massa –hoy muy pegado a Macri-, y a determinadas estructuras de la SIDE ligadas al ex espía todopoderoso Jaime Stiuso. Tiene apoyo entre los fiscales del fuero y saca ventaja por haber sido uno de los primeros que enfrentó a Gils Carbó, apenas esta fue nombrada.

 

El próximo paso de Marijuán es fogonear las denuncias contra la Procuradora por la supuesta compra irregular del edificio que ahora es la sede centre del Ministerio Público, en la calle Perón. A esto se agrega que en breve asumirá como director de criminalidad financiera de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) un fiscal enemigo de Gils Carbó cuyo nombre por ahora nadie quiere revelar.

 

Otro candidato que viene corriendo más de atrás es el fiscal José María Campagnoli, enfrentado al kirchnerismo y muy cercano al PRO. Su histórico secretario, Ignacio Rodríguez Varela, quien siempre tuvo perfil macrista en Twitter, ya desde hace dos meses que no escribe nada. Estaría preparando el terreno para una posible nominación de su jefe.

 

Gils Carbó ha recibido presiones de distinto tipo para dejar el cargo, pero resiste porque teme que a su salida se produzca una “limpieza” similar a las de otras reparticiones del Estado que afecte a varios funcionarios y empleados con los cuales mantiene compromisos. El momento de la verdad será a mitad de año, cuando la procuradora ya tenga a mano su jubilación.

 

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