El diputado nacional Sergio Massa, líder del Frente Renovador y candidato a la presidencia en las últimas elecciones generales, fue el único referente “opositor” que participó del encuentro que este jueves mantuvo el presidente Mauricio Macri con el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, en el marco del Foro Económico Mundial, que se desarrolla en la ciudad suiza de Davos.
De esta manera, Massa avaló la estrategia oficialista de poner en marcha “una nueva relación” con el Reino Unido, basada en “a cooperación”, a pesar de la negativa histórica de la potencia europea –y de este primer ministro en particular- de acceder a los sistemáticos reclamos de la comunidad internacional –traducidos, por caso, en resoluciones de la ONU- para iniciar una negociación con la Argentina por la soberanía sobre las Islas Malvinas.
El encuentro bilateral con el líder conservador británico fue íntimo. Sólo participaron, además de los dos jefes de Estado, los funcionarios argentinos Susana Malcorra (canciller), Marcos Peña (jefe de Gabinete) y Fulvio Pompeo (secretario de Asuntos Estratégicos de la Cancillería). En ese grupo selecto, Macri sumó a Massa. Fue, claramente, un intento por mostrar que el 10 de diciembre, en la Argentina, cambió, más que un gobierno, la forma en el que el oficialismo se relaciona con la oposición, a pesar de que, como se dijo, el ex intendente de Tigre fue el único “opositor” que accedió a salir en esta foto.
La imagen de este jueves supone, así, la consolidación de la alianza estratégica no proclamada que tejieron el Presidente y el diputado nacional, que se traduce en la incorporación de dirigentes del Frente Renovador en los gobiernos nacional y provincial, en apoyo legislativo de la fuerza “opositora” en la Legislatura bonaerense y en la decisión de la Casa Rosada de tomar medidas de gobierno sacadas de la plataforma de campaña del ex intendente de Tigre.
El martes, mientras Macri y Massa volaban juntos a Davos, el Gobierno dio a conocer la declaración, por decreto, de la emergencia en seguridad, una medida que incluye la autorización a las Fuerzas Armadas para derribar aviones que ingresen al espacio aéreo nacional con actitud que sea considerada “hostil”. Es la versión por DNU de lo que se conoce como Ley de Derribo, y es, además, uno de los puntos centrales del menú de propuestas con el que Massa trajinó la campaña el año pasado.