El gobernador de Chubut, Martín Buzzi, pasó un par de días en Buenos Aires sin ningún otro objetivo que llevarse de vuelta a su provincia el compromiso de su par bonaerense, Daniel Scioli, de apoyarlo en su búsqueda de la reelección. Se fue con el vaso por la mitad: el ex motonauta le dejó buenas señales y aceptó un convite para viajar a Puerto Madryn en los próximos días, pero por ahora seguirá atento a lo que ocurra en las negociaciones que mantienen los armadores del Frente para la Victoria (FPV) con el ex gobernador Mario Das Neves, que siguen bien rumbeadas.
Buzzi trabajó para volverse con un paraguas sciolista a Chubut. Eso que quería lo consiguió a medias en una alentadora frase de Scioli: “Martín Buzzi fue uno de los primeros en jugarse por este proyecto y eso me genera un fuerte compromiso personal y político por su reelección”. Pero en la mesa privada, la decisoria, lo que el chubutense intentaba conseguir era un guiño de exclusividad en la pelea interna que se avecina con Das Neves. Y esa bendición no llegó.
Desde la gobernación bonaerense reconocen el buen vínculo con el mandatario chubutense y no dudan en afirmar que “hoy nuestro candidato es Buzzi”. El problema es que esa frase la completan con un ambiguo “después veremos”.
El manto de duda que el armado sciolista tiende sobre el futuro de la relación con Buzzi tiene un solo nombre y es el de Mario Das Neves. El precandidato a presidente del FPV no sólo tiene vínculo personal con ambos, sino que además fue de los primeros en ponerse en contacto con Das Neves cuando el Frente Renovador empezó a tambalear y la alianza que el ex gobernador firmó con Sergio Massa para ser su candidato en Chubut quedó colgando de un hilo delgado. “Scioli tiene relación con los dos –explican-. Después se tratará de armar algo que sirva para el proyecto”. El cierre del vocero consultado deja en claro cuál será la postura del gobernador: “Primero tendrá que definir Das Neves qué es lo que quiere hacer”.
Las negociaciones entre Das Neves y el kirchnerismo cayeron como una bomba en el entorno de Buzzi. El gobernador, sabedor de que las encuestas dan como favorito a su antecesor en el máximo sillón chubutense, se encargó de plegar los comicios provinciales a los nacionales. Así, entendió, se alzaría con la reelección arrastrada por quien fuera el candidato a presidente del FPV. Y si ese candidato es Scioli, mucho mejor.
Ese optimismo creció cuando que la candidatura presidencial de Massa empezó a perder a peso y a medida que se iba desdibujando el complejo armado nacional del Frente Renovador. Pero al trascender las reuniones personales de Das Neves con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los contactos entre los armadores de su espacio, Chubut Somos Todos, con el diputado y articulador electoral kirchnerista, Jorge Landau, en la gobernación de Chubut el optimismo se transformó en preocupación.
En el FPV buscan caminos para tener adentro a Buzzi y a Das Neves, pero a la vez evitar que se eliminen entre ellos en las primarias provinciales. Un problema grande para la ingeniería electoral, ya que si el FPV y Chubut Somos Todos sellan una alianza para las PASO, todos sus candidatos deberían competir en las primarias de agosto. La salida que prefiere Das Neves es utilizar el viejo sistema de colectoras. Es decir, estructurar boletas propias de su partido con el agregado en el margen izquierdo de los dos aspirantes a presidente del kirchnerismo, Scioli y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo. A priori, parece difícil. Pero los vericuetos legales siempre aparecen.