“Le tendría que dar un poquito de vergüenza”, enfatizó Aníbal Fernández en su habitual encuentro con la prensa.
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“Le tendría que dar un poquito de vergüenza”, enfatizó Aníbal Fernández en su habitual encuentro con la prensa.
“Hubo dos gritos, uno de los gritos fue ‘antisemita’. No soy anti nada, nada en mi vida es anti, es todo a favor”, aseguró el funcionario nacional.
Asimismo, dijo que no le asigna ningún valor a los abucheos que recibió durante el acto, “es un hecho buscado y provocado por la política, por un dirigente del PRO. Él sabe de quién hablo”, apuntó Fernández contra el espacio que lidera Mauricio Macri.
El ministro afirmó que el Gobierno fue invitado al acto y que su presencia no fue para “sacarle alguna ventaja a la situación” como muchos señalaron ante la ausencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “No fuimos nosotros porque no teníamos otra cosa que hacer”, aseveró.
A 23 años del atentado a la Embajada de Israel, ocurrido el 17 de marzo de 1992, el acto oficial contó con familiares de víctimas y hereidos. Algunas personas gritaron “asesinos, corruptos, son una vergüenza nacional, antisemitas”, en presencia del funcionario nacional.
Según el Jefe de Gabinete, “dos personas fueron, las vi quiénes son, sé que estaban ligadas a un dirigente del PRO, lo vi con ellos, y uno me dijo antisemita. No sé cuántos de ellos fueron invitados a Jerusalén dos veces por el estado de Israel, no sé cuántos”.
Además, sostuvo que “el objetivo era hacer un gesto”, pero aseguró que “les fue mal” porque “en un lugar de esas características, con muchísima gente como la que había, si hubiese un caldo de cultivo adecuado, con haber comenzado dos personas alcanza para que eso se propague”.