Gabriela Michetti lanzó su candidatura a jefa de Gobierno el pasado jueves 12 marzo y, en un tono conciliador, trató de poner paños fríos en la feroz interna que vive el PRO en cuanto al futuro inmediato: la carrera por la sucesión de Mauricio Macri.
Como se sabe, son tres los aspirantes a ocupar el sillón de Bolívar 1 y a continuar administrando la Ciudad bajo el sello PRO. El jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, la senadora nacional y ex vicefeja de Gobierno, Gabriela Michetti, y el vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, sueñan con tener a su cargo el Ejecutivo porteño.
El hombre de Mataderos insiste con su precandidatura pero en el PRO todos aseguran que, como adelantó en exclusiva Letra P, tomará el camino de Diego Santilli y bajará su pretensión. Según pudo saber este medio, esperará hasta el debate en el programa A dos voces y luego apoyará a Michetti en las PASO.
El primero tiene el respaldo del propio Macri y de sus colaboradores más estrechos: Jaime Durán Barba, José Torello, Nicolás Caputo y el todopoderoso secretario de Gobierno porteño, Marcos Peña. La senadora no cuenta con ese gigantesco apoyo pero, a diferencia del ex interventor del PAMI, tiene los votos.
Las encuestas que se analizan en ambos lados serían alentadoras para Michetti y catastróficas para Rodríguez Larreta. Según arrojaron distintos sondeos, entre los votantes PRO, la senadora le llevaría entre 15 y 20 puntos de ventaja al jefe de los ministros macristas.
A pesar de que en las últimas semanas la interna se recalentó, el jueves en su acto de lanzamiento Michetti pausó esa rivalidad inocultable desde hace ocho años. Elogió a buena parte del Gabinete PRO y también al jefe de Gabinete, además, evitó declaraciones ambiguas que puedan dañar a Macri.
La senadora está decidida a jugar fuerte en la interna pero piensa hacerlo de una manera solapada, como una jugada sutil y que podría pasar desapercibida para muchos pero no para los vecinos y votantes de la Ciudad.
Rodríguez Larreta, en su afán por suceder a Macri, exhibe tres laureles que le son reconocidos dentro del mundo PRO: el control de buena parte del Gabinete, su constante “obsesión” por formar equipos y su capacidad de gestión.
Sobre los dos primeros puntos, Michetti ya empezó a trabajar, por lo menos desde lo discursivo. Como señaló Letra P, en el salón Distrito Barracas la ex vicejefa hizo subir a todos sus colaboradores al escenario para mostrar y dar a conocer a “su equipo”. También, aclaró en varios pasajes de su discurso que está preparada para “liderar” y trabajar en equipo.
En cuanto a la gestión, está en desventaja frente a Rodríguez Larreta. Este último, en su rol de jefe de Gabinete, comparte cada uno de los actos con los ministros que inauguran obras y con el propio Mauricio Macri. Michetti no cuenta con esa posibilidad por su banca de senadora.
No obstante, la ex vicejefa también busca meterse de lleno con la gestión, aunque desde otro ángulo. Como prueba de esto, este lunes recorrió la línea B de subterráneos, en el marco de sus recorridas por las distintas líneas de subte de la Ciudad.
En esas recorridas, dialoga con los vecinos y les consulta sobre posibles mejoras en el funcionamiento del servicio y en la accesibilidad a las estaciones. El subte, como las obras, son territorios en donde manda Larreta y en donde la senadora quiere inmiscuirse proponiendo mejoras y aportando soluciones.
Por otra parte, siempre se la acusa a Michetti por su falta de gestión. Sin embargo, la ex vicejefa, ha renunciado a cargos para representar al partido en elecciones y en otras instancias por quien tiene la mejor imagen del PRO luego de Macri.
Entre otras cosas, los pasajeros de la Línea D le pidieron a Michetti más ascensores, mayor frecuencia, puesta en valor de las escaleras mecánicas y aire acondicionado en todos los vagones.
La estrategia de Michetti pasa hoy por marcar todo lo que el PRO necesita mejorar para consolidar el triunfo en su bastión, la Ciudad de Buenos Aires, y así acrecentar el caudal de votos de Mauricio Macri de cara a su carrera por la presidencia de la Nación.