Todo comenzó cuando pidió la palabra la legisladora del FpV, Patricia Cubría, para exponer el pedido de informe que se acababa de aprobar. La solicitud de informe buscaba la respuesta del Poder Ejecutivo provincial, sobre distintos aspectos relacionados con los femicidios que se han producido en el distrito de Tigre.
A la hora de la fundamentación la esposa del líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, apuntó también la complicidad del municipio de Sergio Massa: “Hay un candidato que pretende ser presidente y en su propio distrito no puede resolver situaciones como esta. Ninguno de estos casos podrían suceder si no hubiera una red de complicidades” recriminó Cubría. La respuesta llegó rápida desde el FR.
Ante la ausencia del presidente de la Cámara, Horacio González y su vice, José Ottavis, la sesión era presidida por el Vicepresidente II, el massista Ramiro Gutiérrez. Fue su propio compañero de banca, Ricardo Jano, quien lamentó que González no estuviese presente. Jano primero le recriminó a Gutiérrez el uso de la palabra que le había concedido a Cubría. “Se había acordado que se iba a votar sin ningún tipo de argumentación” le reprochó Jano para luego defender la gestión de Tigre y la figura de Sergio Massa.
Pese a que nadie iba a hablar, los distintos legisladores pedían la palabra. Gutiérrez la concedía y la sesión se ponía cada vez más álgida. El legislador del FIT, Christian Castillo, fiel a su estilo de confrontación dividió responsabilidades, hacia el Ejecutivo Provincial y el propio municipio de Tigre a la hora de intervenir en la solicitud de informe. Fue entonces cuando deslizó al pasar que sería necesario convocar a las autoridades provinciales. Allí el diputado del FAP, Marcelo Díaz se hizo eco y le preguntó si era un pedido formal el que estaba haciendo, a lo que Castillo salió con una respuesta algo evasiva, aunque luego diría que estaba de acuerdo con convocar a Granados.
El presidente del bloque del FpV, Fernando “Chino” Navarro pidió la palabra. Intentó poner paños fríos y a modo de estrategia legislativa hizo un discurso contemplativo con todas las partes. Dijo que en labor parlamentaria no se había acordado que no se iba hablar del expediente, pero le reconoció al Frente Renovador que el pedido no era contra el municipio sino que efectivamente el destinatario era el Ejecutivo provincial.
En el Frente Renovador, las posiciones no eran similares. De un lado, se empezaban a ver caras de disgusto sobre cómo llevaba adelante la sesión uno de los suyos. Amondarain entonces aprovechó. Conocedor de astucia legislativa como pocos, el diputado por la Octava Sección intentó pedir un cuarto intermedio para lograr la interpelación a Granados. Gutiérrez se lo negaba. Sin audio, Amondarain insistía, y Sarghini se acoplaba al reclamo.
El Frente Renovador ya no estaba en la misma sintonía. Mientras tanto, para prevenir un embate contra el funcionario de Scioli, el Frente para la Victoria sacaba cuentas y un asesor de bloque –que responde a Randazzo- ordenaba a los diputados quedarse en sus bancas por si había que votar. Este miércoles el randazzismo trabajó para cuidarle la espalda a Scioli.
Mientras algunos diputado massitas de peso en bloque pedían un cuarto intermedio, Ramiro Gutiérrez -ya sin el timón de la sesión- le decía a sus compañeros de bancada que “no podemos hacerlo” y recordaba que para pedir una interpelación había que hacerlo de manera formal. Tras varias idas y vueltas, se votó y se rechazó porque el oficialismo obtuvo 40 votos entre propios y aliados.
Luego de esa votación, Marcelo Díaz pidió revisar la votación. El diputado massista, Ricardo Lissalde quería cuidar a Gutiérrez y ya presentaba los siguientes expedientes del bloque del FR para votar dejando atrás aquella discusión. Díaz le recriminó: “vos seguís hablando, vos sos un marmota”. La sala estalló en carcajadas mientras Gutiérrez llamaba a la tranquilidad. Luego pidió la palabra el diputado massista, Rubén Eslaiman y solidarizándose con Gutiérrez dijo al micrófono: “veo que le ha tocado bailar con la más fea”.
Finalmente el proyecto de solicitud de informe por los femicidios ocurridos en Tigres se aprobó. De la discusión se vislumbró algunas diferencias al seno del bloque massista y el acuerdo –por lo menos a nivel legislativo- entre Scioli y Randazzo. Es si querían los diputados que responden al funcionario nacional podrían haber vaciado el bloque provocando que el FpV pierda la votación y obligando así al ministro de Daniel Scioli a asistir a la legislatura. Cuando pasó el vendaval, más de un legislador preguntó a dónde estaba Horacio González para ordenar la situación.