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La obsesión de Macri por diferenciarse de Cristina

Letra P.- En tono de campaña, el jefe de Gobierno dio su último discurso ante la Asamblea Legislativa y deslizó varias frases con el objeto de comparar la gestión del Pro con la del Frente para la Victoria.

“Un gobierno que no está atento a lo que opinan los demás, mal puede querer representar”, disparó Mauricio Macri en su breve discurso con el que inauguró el período de sesiones ordinarias del año 2015, el último de su gestión en el Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Es fue una de las tantas frases que el jefe de Gobierno resaltó para diferenciarse del Gobierno nacional y de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, durante su alocución de treinta minutos.

 

A diferencia de otros años, Macri no leyó los primeros pasajes de su mensaje al Cuerpo Legislativo porteño. Repasando las miradas de todos los legisladores presentes, el alcalde porteño inició su discurso en un tono más coloquial y ameno.

 

Naturalmente, relató los logros de su gestión, enumeró algunas obras realizadas desde el 2007 hasta la fecha pero el grueso de su alocución pasó por una búsqueda incesante por distinguir su administración de la del kirchnerismo.

 

“Gracias por dialogar, por compartir sus ideas, por creer que se puede hacer política de otra forma, aunque no pensemos lo mismo”, le manifestó Macri a los sesenta diputados porteños.

 

En primera fila lo observaban sus ministros, secretarios y subsecretarios, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y los titulares de organismos autónomos como la Defensoría del Pueblo y el Consejo de la Magistratura.

 

Más atrás, en el palco en el que normalmente su ubican los voceros de los legisladores, se ubicaron los representantes del PRO en el Congreso Nacional. Alejada y sola se ubicó la senadora Gabriela Michetti.

 

“Gracias por expresar sus diferencias, por dejarnos aprender también de ellas, y así poder, muchas veces, corregir nuestros errores”, sostuvo Macri presentado una supuesta ventaja de su gobierno y algo que siempre se le cuestiona y exige al oficialismo nacional: la autocrítica.

 

Mientras tanto, numerosos legisladores de la oposición cuestionaban cada afirmación del jefe de Gobierno mediante la red social Twitter. “Por ahora el discurso parece más un libro de autoayuda, ajeno a definiciones políticas”, escribió el diputado kirchnerista Gabriel Fuks.

 

En la misma sintonía opinó el legislador de Seamos Libres Pablo Ferreyra: “Lejos, el peor discurso. Para alguien q se postula a presidente, totalmente ajeno a la realidad política”.

 

La obsesión de Macri por diferenciarse del kirchnerismo es histórica y, naturalmente, es repetida por sus dirigidos. El bloque PRO repite hasta el hartazgo que en la Legislatura porteña “hay debate y consenso”. “No es una escribanía”, recitan con el objetivo de diferenciarse del Congreso de la Nación. Huelga aclarar que el kirchnerismo también posee una obsesión por diferenciarse del PRO.

 

El líder del espacio que controla la Ciudad desde 2007 reiteró cuatro veces la palabra “humildad”. Primero, Macri dijo que para “transformar” se necesita “compromiso, aprendizaje, coraje y humildad”.

 

“Cuando cerramos el oído, también cerramos el corazón, ¿y qué sería de la política y la democracia si gobernamos solo según lo que creemos o pensamos?”, sostuvo Macri en otro gesto de diferenciación con el Gobierno Nacional.

 

Y, en seguida, volvió a pronunciar la palabra cuatro veces repetida. “Por eso, otro aprendizaje de todos estos años es el valor que tiene la humildad”, destacó.

 

Más tarde, insistió con su definición sobre lo que es la humildad para la gestión pública. “Humildad es reconocer los errores y tener el coraje de corregirlos. Eso nos ayuda a crecer, como equipo, como sociedad”, expresó.

 

Por último, reforzó aún más su intención de diferenciarse de la titular del Ejecutivo Nacional y volvió a destacar el “trabajo en equipo” de su administración hablándole directamente a sus colaboradores.

 

“Por eso quiero decirles que estoy orgulloso del equipo que me ha acompañado. Orgulloso por haber mostrado la grandeza de confiar en quien tenían al lado, la humildad de aceptar la correcciones, la fortaleza de superar las adversidades”, insistió el jefe de Gobierno.

 

Macri cargó solapadamente contra el oficialismo nacional cuestionándole algunos puntos y presentándolos como puntos de ventaja de su propia gestión. Por esa razón, se ufanó de la transparencia de su Gobierno, reiteró la palabra humildad en cuatro oportunidades y reclamó que el Estado esté “al servicio de la gente”.

 

“Jugar a que somos infalibles es vivir en un mundo irreal, de mentira. Y gobernar es decir la verdad”, remarcó el alcalde de la Ciudad de Buenos Aires en otro mensaje al kirchnerismo.

 

Finalmente, en un discurso de impronta electoral, Macri se metió con una queja constante de la oposición política al Gobierno Nacional: el funcionamiento del Estado.

 

“Entendamos de una vez por todas la importancia de que el Estado esté al servicio de la gente y no de los intereses de la política”, resaltó.

 

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