Cuñarro: “El peor error de este Gobierno fue engordar el descontrol de los servicios de Inteligencia”

Por Gabriela Pepe.- La fiscal general dice que el kirchnerismo se equivoca al decir que la marcha del 18 es un intento de golpe pero que la oposición busca fotos para “probarse por anticipado la banda”. Cree que la ex SIDE “no ha servido para nada”. Extorsiones y relaciones promiscuas.

Las ahora famosas y conocidas por todos “relaciones promiscuas” que mantienen los agentes de Inteligencia con la Justicia, y que quedaron al descubierto con la muerte de Alberto Nisman, fueron durante años comentarios de pasillo, cuentos fuera de micrófono o declaraciones que unos pocos miembros del Poder Judicial se animaban a hacer en voz alta. Mónica Cuñarro es una excepción en la materia. Desde hace años la fiscal general especialista en temas de narcotráfico firma con nombre y apellido el relato sobre cómo los agentes de Inteligencia manejan investigaciones, a la vez que extorsionan a jueces y fiscales. “Algunos se dejan extorsionar por reuniones, cenas, viajes, o cosas más sutiles, como fotos con mujeres, salidas o temas relacionados con su elección sexual”, cuenta Cuñarro.
La muerte de Nisman puso en discusión el papel de la ex Side que, en opinión de Cuñarro, “no ha servido para nada” y cuya supervivencia y fortaleza es, para la fiscal, “el peor error político de este Gobierno”. Pero también dejó como saldo, entre otras cosas, la discusión de una reforma de Inteligencia y la profundización de las divisiones políticas ya existentes en la Justicia, que quedarán definitivamente plasmadas en la marcha del 18. “Yo solo espero que no se haga caranchismo político partidario de un lado o del otro”, dice la fiscal.

 

-¿Qué opinión tiene sobre la marcha convocada por los fiscales para el 18?
-Creo que todo habitante de la nación tiene derecho a manifestarse en forma pacífica. Los colegas que hacen un tributo lo deben expresar en el modo que quieran, no voy a ser yo quien diga cómo.

 

-Pero el oficialismo habla de golpe blando, ¿qué puede decir al respecto?
-El oficialismo que habla de golpe, simbólico o no, se equivoca. El Estado siempre es más fuerte que todo. Pienso que deberían callarse, no romper diarios, no crear monstruos con pies de barro. Y del otro lado, la oposición debe estar a la altura de las circunstancias, no buscar fotos para probarse por anticipado la banda. Lo que corresponde que estén discutiendo, y lo que queremos saber los fiscales, es qué harán con la nueva ley de Inteligencia. La nueva ley, la muerte de las víctimas de la Embajada y de la AMIA son lo más importante. Las marchas son circunstanciales. Yo solo espero que no se hagan conjeturas, que no se haga caranchismo político partidario de un lado o del otro, que se respete a cada colega al que le toca investigar, al rol institucional que cada uno tiene. Y que se respete la muerte de un colega, al menos por sensibilidad con su hijas, con su familia.

 


-¿A qué se refiere con lo de caranchismo político?

-A la gente le agota el manoseo, no vota a fiscales, la satura la continua conjetura de los medios o de algunos espacios políticos partidarios. Solo necesitamos trabajar en paz. Reforzar la independencia de los fiscales es lo que garantiza un mejor Estado de derecho. Hay que respetar el rol de cada poder.

 

-¿Cuál es su mirada sobre los cambios que se proponen en la ley de Inteligencia?
-El primer proyecto enviado era malo, jurídicamente malo. No cortaba ni la relación promiscua entre los servicios de Inteligencia y algunos sectores del fuero federal que existen desde los ’90, ni transparentaba o controlaba los servicios de Inteligencia. Los útimas modificaciones, sobre las declasificación de información y el control de gastos, por ejemplo, agregadas gracias a la intervención de ONG o por aportes de la Procuración General de la Nación y algunos sectores sociales van en el buen camino, pero son insuficientes. El tema de los gastos y los archivos debe ser transparentado sí o sí, como en cualquier país del mundo. Si eso no se hace, desde ya que no va a ser problema de los jueces o fiscales, pero creo que la política solo tiene que ver cómo terminó Carlos Menem y reflexionar. Son temas fundamentales.

 

-¿En qué medida diría que puede llegar a cambiar un proceso judicial con el traspaso de las escuchas desde la SI hacia el Ministerio Público?
-Pasar la “Ojota” (Dirección de Observaciones Judiciales) sin dudas es bueno. Recordemos que antes las escuchas las centralizaba solo la Policía Federal y luego la pasaron a la SIDE. Entonces, pasarlas al Ministerio Público, un órgano extrapoder al que los constitucionalistas le dedicaron nada menos que un capítulo entero de la Constitución Nacional es positivo. Ahora, si esto no se acompaña de personal, recursos y reglamentación democrática será solo una pantalla, en la que quedará empantanado el Ministerio Público Fiscal.

 

-¿Cómo definiría ese funcionamiento hasta ahora?
-El peor error político de este Gobierno ha sido mejorar, engordar y sistematizar el descontrol de los servicios de Inteligencia, ya sea porque no pudieron, no quisieron o creyeron que les era funcional. De ese modo se profundizó una relación que llegó hasta a determinar el ascenso – o no – de magistrados o fiscales, algunos del fuero federal -en el que incluyo al penal tributario y penal económico-, provocó que los agentes de Inteligencia intervinieran en investigaciones judiciales prohibidas por ley y, además, generó relaciones promiscuas entre algunos jueces y fiscales con los servicios.

 

-¿A qué se refiere con eso?
-Los magistrados, jueces y fiscales debemos controlar a los auxiliares de la justicia, no al revés. Pero la SI o la Side, como le llamen, terminó por controlar a los magistrados. La Justicia – incluyo a los fiscales- debe trabajar con controles cruzados entre todas las fuerzas. Ése es el modo de llegar a lo más parecido a la verdad en cualquier investigación, ya sea compleja o no. Lamentablemente tuvimos que tener un colega muerto para que este tema se discuta.

 

-¿Cómo funcionaría una relación ideal entre la Justicia y los agentes de Inteligencia? ¿Hay modelos de otros países a seguir?
-Los servicios de Inteligencia han tenido problemas en todo el mundo. Por citar dos ejemplos, la CIA o el MI5 (Military Intelligence, Section 5, del Reino Unido). ¿Qué hizo la política cuando vieron los mismos problemas que tenemos nosotros desde los ’90? Simple: les dejaron los temas internacionales y lo que es interno, de actividad criminal, pasó a manos de fuerzas internas, como el FBI. En este caso yo creo que deberían pasar presupuesto, controles y todo lo referido a temas internos a las fuerzas federales, la Gendarmería, Prefectura, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Policía Federal, porque de este modo ellas compiten, se cruzan datos, se controlan. Además estas fuerzas federales tienen protocolos claros de procedimientos como auxiliares judiciales conforme a la ley.

 

-De acuerdo con su mirada, ¿para qué sirvió la Secretaría de Inteligencia en Argentina hasta ahora?
-Lo que hemos vivido hasta ahora es que colegas fiscales y jueces, a los que por razones institucionales no voy a nombrar, no solo han sido manejados sino extorsionados por los servicios. O se han dejado extorsionar por reuniones, cenas, viajes, o cosas más sutiles, como fotos con mujeres, salidas o temas relacionados con su elección sexual. Lo que como magistrada digo es que las fuerzas no deben autogestinarse, deben tener controles de gastos, de presupuestos, ya sea en la órbita legislativa como en lo interno. Deben cruzarse y competir para que así mejoren en cada área. ¿Para qué sirvió la ex Side hasta ahora? Desde los trabajos de investigación de Gerardo Young y Santiago O’ Donnell que he leído para mí ha quedado bastante claro: no ha servido para nada. Pero en fin, si quieren que siga, si tanto los políticos del oficialismo como de la oposición creen que es necesario, realmente me excede.

 

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