“¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos; nosotros nos quedamos con la Asignación Universal por Hijo, con las jubilaciones, con el matrimonio igualitario, con la ampliación de derechos, con los convenios colectivos de trabajo, con el mejor salario mínimo, vital y móvil de toda la historia, con la industria nacional, con las inversiones en infraestructura, con la educación, con las universidades, con los científicos, con las escuelas, con los chicos”, escribió la mandataria junto a una foto suya en Casa Rosada.
Este último viernes, el fiscal federal Gerardo Pollicita imputó a la presidenta y al canciller Héctor Timerman, entre otros, en continuidad con la denuncia que presentó semanas atrás el fiscal Alberto Nisman, antes de que aparezca muerto en su departamento con un disparo en la cabeza.
Las reacciones de todo el arco político oficialista fueron las mismas que repiten cada vez que se los acusa por algún acto de gobierno.
Tras la imputación, tanto el jefe de Gabinete Jorge Capitanich como el secretario de la Presidencia Aníbal Fernández y otros más, hablaron de “golpismo judicial activo”, de “una vulgar mentira, una enorme operación de prensa y una estrategia de desestabilización política”, y demás.
Por su parte, Cristina ya está instalada en El Calafate, en donde pasará todo el fin de semana largo. Allí encabezará actos y se preparará para recibir su cumpleaños, el 19 de febrero.
De esta forma, la presidenta eligió refugiarse en el sur, en un contexto de crisis política interna, teniendo en cuenta que es el peor momento desde que el kirchnerismo está en el poder. El vicepresidente Amado Boudou está procesado y ahora se sumó la imputación de la mandataria y varias figuras claves del kirchnerismo.